Para los expertos, el desarrollo de las redes y la formación del capital humano son las claves del éxito
09 oct 2018 . Actualizado a las 07:33 h.Mejorar las redes de telecomunicaciones, adaptar la formación del capital humano a las habilidades que requiere el nuevo modelo económico y, sobre todo, concienciar a las empresas de que la transformación digital no consiste solo en vender por Internet, sino en adaptar su modelo de negocio para aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología, especialmente en el conocimiento del cliente.
Son, según los expertos, los retos pendientes para conseguir enganchar a Galicia en el tren de la digitalización, lo que a juicio de Edita de Lorenzo, vicedecana del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones de la comunidad, obligará a un cambio de mentalidad: «En Galicia, el minifundio, el microfundio, nos marca. Hay grandes emprendedores, pero en solitario, y en esta nueva era de la agenda digital hay que alinearse y formar equipos transversales».
Un argumento en el que abundó José Manuel Valiño, director general de innovación de Abanca, que recordó que, en un mundo en el que la competencia es global, Galicia cuenta con actores de primer nivel en muchos ámbitos, desde el financiero al textil. El reto, remarca, es trasladar esas experiencias de éxito a las pymes, «que no están al mismo nivel», e incluso a sectores que en principio parecen menos proclives a la transformación tecnológica, como el primario. Y puso como ejemplo el caso chino, «donde han digitalizado la cabaña ganadera usando 5G», cuyo desarrollo ve imperativo para que las empresas españolas puedan ser competitivas.
«Nunca hemos tenido tantas tecnologías tan disruptivas avanzando en paralelo a tanta velocidad», resumió Borja Ochoa, director global de servicios financieros de Indra, para resumir por qué la digital se puede considerar la cuarta revolución industrial. Inteligencia artificial, big data, realidad virtual o blockchain son algunas de esas tecnologías que están transformando la economía, mejorando la relación con el cliente y, sobre todo, el conocimiento que las empresas tienen de sus clientes, lo que les permite diseñar servicios y productos más ajustados a las necesidades de los consumidores.
Pero la tecnología no lo es todo. Hace falta capital humano bien formado para poder aprovechar las oportunidades que ofrece esta era digital. Porque, como advirtió De Lorenzo, uno de los errores más extendidos es pensar que las nuevas generaciones, por ser nativos digitales, están ya preparados para manejar todo ese potencial tecnológico, que requiere una formación muy precisa, primero en la universidad y luego en las propias empresas. En cuanto a la fuga de cerebros de los últimos años, acentuada durante la crisis, la experta cree que la clave no está tanto en disuadirlos de emigrar durante unos años, ya que puede ser un impulso a su carrera, sino en «ser capaces de conseguir que vuelvan».
Para Valiño, que cree que el final del dinero físico no está lejos, otro de los grandes retos para conseguir que este proceso avance con éxito es aprobar una regulación que proteja a los consumidores y blinde la competencia ante el dominio de las grandes corporaciones tecnológicas (las llamadas GAFA: Google, Amazon, Facebook y Apple), que ya han mostrado su apetito por introducirse en el sector financiero.