Medio Rural ultima una ley para gestionar tierra abandonada de dueños ilocalizables
GANADERÍA
Galicia tiene once millones de parcelas rústicas, y el 8 % son de propietarios desconocidos
06 may 2019 . Actualizado a las 19:43 h.La movilización de la tierra abandonada, un desafío al que se enfrenta el medio rural gallego desde hace ya décadas, se ha convertido en el principal objetivo para recuperar la actividad económica en el campo, generar valor y, en consecuencia, revertir su grave crisis demográfica. Tanto es así, que la Xunta ultima una ley para recuperar tierras agrarias y ponerlas en valor. Una normativa cuya principal novedad es que permitirá a la Administración autonómica movilizar y gestionar las fincas de propietarios desconocidos, sin que eso suponga un proceso expropiatorio, porque una vez que aparezca su dueño, la parcela habrá recuperado un valor. Así lo avanzó ayer en Santiago José González, conselleiro de Medio Rural, en un foro organizado por el Banco Santander y La Voz de Galicia sobre el futuro del rural.
En Galicia hay once millones de parcelas rústicas repartidas entre 1,6 millones de titulares, lo que evidencia el elevado grado de fragmentación de la propiedad. Sin embargo, más allá del minifundio, lo que singulariza a esta comunidad es la gran proporción de dueños desconocidos, un 8 %, lo que dificulta la gestión pública. «Só Ourense ten máis parcelas catastrais que Andalucía e parte de Estremadura xuntas», explicó el conselleiro.
El objetivo de la nueva norma pasa por una planificación integral de los diferentes usos del suelo (agrícola, ganadero y forestal) para ofrecer seguridad jurídica y aumentar la rentabilidad. Se trata, en definitiva, de favorecer los procesos de compraventa o arrendamiento, pero siempre a demanda de los interesados.
Atraer inversiones
Una de las figuras del nuevo texto legal, como anunció José González, serán los polígonos agroganaderos y forestales. Medio Rural plantea la movilización de diez mil hectáreas en lo que queda de legislatura, y ha puesto el foco en una estrategia para recuperar los soutos tradicionales, con miles de hectáreas que producen toneladas de castaña que, cada temporada, se quedan sin recoger.
Ante un auditorio formado por cooperativistas, ganaderos, agricultores y empresarios, todos ellos pertenecientes a los diferentes subsectores de actividad, José González hizo un llamamiento al mundo financiero y empresarial para que inviertan en el rural. Un medio, expuso, lleno de fortalezas y oportunidades.
El potencial se refleja en actividades como el sector lácteo, con 7.000 ganaderos que facturan 800 millones de euros y que han convertido a la comunidad gallega en la octava región europea en producción. De Galicia sale el 40 % de la leche de España.
El campo gallego genera 52.000 empleos, y solo el sector agropecuario aporta al PIB de la comunidad el 5 % de su volumen, con 3.000 millones de euros.
En el vino, Galicia cuenta con más de 15.000 viticultores que forman parte de alguna de las cinco denominaciones de origen, que mueven unos 200 millones anuales. El 18 % de la producción se exporta, cuando hace diez años en el mercado exterior se vendía el 13 %: solo la denominación Rías Baixas comercializa 33,1 millones de botellas al año.
Para Medio Rural, la clave para el futuro pasa por apostar por la marca Galicia como sinónimo de calidad de los productos, como ya sucede con algunos de los que están amparados por sellos, como la ternera, la miel o el queso. «Hai que estender a idea de que para vivir no rural hai que ter unha actividade económica», expuso José González en un foro que abrió la directora territorial del Banco Santander en Galicia, Rosario García Alonso.
La responsable de la entidad quiso destacar la importancia del medio rural para la economía, y la apuesta que han hecho por el sector agroalimentario, «que aporta en España el 11 % del PIB y 2,5 millones de empleos».
García Alonso recordó que la producción agraria está creciendo y se ha convertido en una fuente de generación de empleo y riqueza en las comarcas gallegas, donde el Santander quiere estar presente. «Potenciar el crédito a empresas, pymes y autónomos es nuestro modelo de negocio, y va a seguir siéndolo», avanzó.
Ochenta mil familias ingresan al año casi 300 millones por la venta de madera
El futuro del rural está inevitablemente asociado a la madera. Galicia es una potencia forestal y ello a pesar de que tiene una parte importante de su territorio infrautilizada. Un tercio de su monte es improductivo. Y de ahí la necesidad de impulsar el nuevo Plan Forestal, ahora en fase de alegaciones. El conselleiro aprovechó su intervención en el foro para recordar que el sector factura 2.000 millones al año, con 1.555 en la primera transformación, es decir, tablero y pasta. En Galicia se hacen la mitad de las cortas de toda España, unos nueve millones de metros cúbicos.
La incertidumbre sobre el futuro de Ence en Galicia ha servido también para poner encima de la mesa otros datos, muy relevantes, que ponen de manifiesto la importancia que tiene la madera para generar renta y fijar población en el campo: en Galicia hay 80.000 familias que ingresan dinero por la venta de madera, casi 300 millones al año, de los que 204 se corresponden con el eucalipto.
Según los datos que maneja la Asociación Forestal de Galicia (AFG), las ventas en pie de esta especie sumaron 5,8 millones de metros cúbicos, con A Coruña y Lugo como principales provincias productoras (3,3 y 1,9 millones, respectivamente).
Diversidad
Según lo avanzado por el conselleiro de Medio Rural en el foro, se trata de defender la multifuncionalidad del monte, sin denostar especies, recuperando algunas de las que son necesarias (castaños) y preservando aquellas que aportan riqueza y valor dentro de un orden, como es el caso del eucalipto.
Recientemente, la AFG y una industria maderera, como Finsa, han firmado un plan que permita revalorizar los montes de pino. En Europa hay una gran oportunidad de mercado por la demanda de productos de madera de coníferas, como reflejan la actividad de las superficies comerciales y las empresas de equipamientos de construcción. El objetivo es que las industrias gallegas puedan disponer de una madera de mayor calidad para sus productos.