Tras tres subastas frustradas, Facenda acepta ofertas por un inmueble en el barrio ferrolano de Caranza
22 may 2019 . Actualizado a las 18:59 h.No es lo habitual, porque a la hora de heredar siempre salen familiares hasta debajo de las piedras, pero hay casos en los que, por ausencia de parientes, o porque estos se desentienden del legado, este acaba gestionado por la Administración, que debe destinar los fondos que obtenga a fines sociales o culturales.
Aunque, a veces, el regalo sale envenenado. Que se lo pregunten si no a los técnicos de la Consellería de Facenda, que desde hace más de dos años intentan, sin éxito, encontrar comprador para una vivienda que recibió dentro de una de esas herencias. Se trata, en concreto, de un piso en el barrio ferrolano de Caranza, que el año pasado salió tres veces a subasta. En las tres la puja quedó desierta. Y eso a pesar de que, en la última, el precio de salida era de solo 30.533 euros.
En la Xunta no entienden el desinterés por el inmueble. Se trata de un undécimo, con tres habitaciones, cocina, salón, un baño completo, un aseo, vestíbulo y terraza. En total, 72 metros cuadrados útiles con vistas a la ría ferrolana. Y, lo que igual es más importante, sin cargas.
El único debe, la necesidad de alguna reforma (principalmente en la cocina, más antigua), aunque desde Facenda apuntan que el piso es perfectamente habitable sin obra alguna. Por eso no entienden los problemas que se están encontrando para venderlo, nunca les había sucedido con un inmueble de estas características.
Por eso, como último intento, tras declarar desierta en febrero la tercera subasta, la consellería abrió un plazo de tres meses para que cualquier persona pueda presentar una oferta por el inmueble, que debe superar, eso sí, los 18.649,05 euros. ¿Es un precio competitivo? Como todo en el mercado inmobiliario, es subjetivo, aunque de los 140 resultados que arroja una búsqueda de pisos en Caranza en la web de Idealista, solo hay uno por debajo de esa cifra.
Esos tres meses terminan el próximo lunes 27, y de momento nadie ha tomado la iniciativa. Si en estos pocos días que quedan aparece algún interesado, la oferta más alta de las que se presenten será la que sirva de precio base para una cuarta subasta pública, en la que se decidiría quién se queda finalmente con la vivienda. El único requisito para los que quieran pujar por ella (y no es poco) es anticipar un 25 % del importe de la oferta, que luego se devuelve a todos aquellos que no hayan resultado adjudicatarios.
Si alguien está interesado y quiere recabar más información o incluso concertar una visita (si el plazo lo permite), puede ponerse en contacto con la consellería en el teléfono 981.544.151.
¿Y si no aparece ninguna oferta de aquí al lunes? En ese caso, aseguran desde la Xunta que se desistiría del actual proceso de venta y se iniciaría otro, es posible que con alguna rebaja en el precio mínimo de venta.