La cartera de pedidos de 1.000 millones salvó a Barreras del plan de liquidación de Pemex
ECONOMÍA
La petrolera mexicana confirma su intención de vender el astillero una vez auditadas sus cuentas y valorados todos sus activos
12 jul 2019 . Actualizado a las 23:58 h.Hace ahora un año, el Gobierno de México ordeno una «operación limpieza» en el complejo entramado de empresas de Pemex para aligerar sus cuentas y combatir la corrupción. Uno de los primeros objetivos a atacar fue PMI, subsidiaria de Pemex de la que descuelga PMI Holdings (con sede en los Países Bajos) propietaria del 51 % de Hijos de J. Barreras desde diciembre del 2013. En este tiempo, la petrolera ha borrado de su organigrama una treintena de filiales consideradas activos no estratégicos. No es este el caso de Barreras. El factor que ha resultado determinante para no liquidar el astillero ha sido su cartera de pedidos que, en el momento de esta decisión, sumaba 930 millones de euros. Mientras la empresa gallega que preside José García Costas lucha por no perder la mitad de los contratos firmados (un ferri para Armas de 150 millones de euros; y dos cruceros para Havila, que suman 300 millones), Pemex asegura que de las 21 filiales de PMI solo quedarán 11 en el organigrama del grupo, y una de esas 11 es Barreras. «Somos socios del 51 %. Lo compró Pemex hace algunos años, pero no lo podemos liquidar porque tiene activos», explican fuentes de la petrolera, que se remiten a las palabras que el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, pronunció el 26 de junio, ante el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador:
Vender, sí
«De PMI nosotros recibimos 21 empresas en diciembre del año pasado, y de esas 21 empresas se han liquidado seis. Hay además otras cuatro en proceso de extinción. Una vez que eso quede resuelto, quedarán solamente 11 empresas, ninguna en paraísos fiscales, que por diferentes razones no se pueden eliminar. Hermanos Barreras [por Hijos de J. Barreras] es un astillero en Vigo, España. Esa tiene activos, no la podemos liquidar», manifestó el responsable de Pemex, según cita textualmente un portavoz de la petrolera. Dicho esto, la compañía mexicana reconoce que su intención es desprenderse de la participación mayoritaria del astillero, «sin malvenderla», a pasar de que la compra que firmaron hace casi 6 años tres directivos mexicanos, ahora investigados por corrupción (Emilio Lozoya, Carlos Roa y José Manuel Carrera Panizzo), oficialmente, se cerró en 5,1 millones de euros, y la operación contó, además, con el apoyo de un crédito participativo de Sodiga (sociedad de capital riesgo de Xesgalicia.
Havila, un agujero negro
Precisamente, de evitar una mala venta se encarga el nuevo cuadro de directivos que, desde el miércoles, se encuentra ya trabajando en el astillero, con Mario Alberto Gasque Peña, un almirante de la Secretaría de Marina del Gobierno de México, al frente, con el cargo de director adjunto. Durante su estancia en Vigo se encargarán de auditar los estados financieros de Barreras y de valorar todos sus activos. José García Costas, titular del 24,5 %, ya se ha postulado públicamente como posible comprador, en una operación que debería servir para abrir el capital del astillero a nuevos accionistas, y que podría abordarse en un próximo consejo de administración. Entre tanto, el astillero vigués trata de evitar la pérdida de los dos crucero contratados por la naviera Havila. La situación es irreversible, porque la compañía noruega sigue sin presentar un plan de financiación al astillero, que ya sufre más de 30 millones de euros de impagos por las dos construcciones que ha empezado a levantar en las gradas de Vigo. No hay financiación, y el presupuesto inicial de los buques, de 150 millones de euros, respectivamente, se ha encarecido por los errores de cálculo de la oficina técnica que realizó el diseño. Corregir ambas construcciones tendría un coste de 20 millones de euros por unidad, una suma de la que ninguna de las dos partes está dispuesta ni puede hacerse cargo. «Barreras tiene activos, no lo podemos liquidar», asegura la petrolera mexicana