El Gobierno utiliza la crisis industrial gallega como arma para la investidura

s. luaña / x. gago REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

SANDRA ALONSO

Maroto apela a Alcoa para pedir un acuerdo y Conde dice que Galicia no se subasta

06 ago 2019 . Actualizado a las 16:41 h.

Los tanteos para lograr la investidura de Sánchez y la cuenta atrás de la precampaña para las elecciones autonómicas se colaron con fuerza en el conflicto de Alcoa. La ministra de Industria en funciones, que ayer se reunió con el alcalde de Santiago, con la regidora de A Coruña y con el comité de empresa de la aluminera, utilizó la crisis de la planta coruñesa y, por extensión, la situación de la industria en Galicia, para presionar a la Xunta sobre la necesidad de facilitar la investidura de Pedro Sánchez. «Si se bloquea la formación de Gobierno se está bloqueando el estatuto electrointensivo», advirtió Reyes Maroto en la plaza del Obradoiro, donde acusó a Núñez Feijoo de estar pidiendo una solución para Alcoa sin hacer lo suficiente para convencer a Pablo Casado sobre la posibilidad de que el PP se abstenga en una segunda vuelta para la formación de Gobierno. Lejos de lograr su objetivo, lo que consiguió fue que el conselleiro de Economía, Francisco Conde, mostrase su malestar por esa estrategia política y advirtiese a Maroto de que «os intereses de Galicia non están a subasta».

La titular de Industria insistió en que un Ejecutivo en funciones no puede aprobar el estatuto electrointensivo que garantice en el tiempo la continuidad de Alcoa tras su venta al fondo suizo Parter. Le acompañaba el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, y el líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, quien aseguró que para el próximo Xacobeo el PSOE seguirá en el Gobierno central y en la alcaldía de Santiago, pero que ya no estaba claro que el PP siguiese en la Xunta, lo que da una idea de la estrategia política y electoralista de las declaraciones hechas ayer por los socialistas en Galicia.

El conselleiro de Economía lamentó que Maroto se acercase a Galicia para reunirse con el comité de empresa de Alcoa y no avisara al Gobierno gallego. Y acusó a Maroto de «rachar» la relación institucional que hasta ahora habían mantenido por el problema de Alcoa, dando a entender que, una vez lograda la venta a Parter, al Gobierno de Sánchez ya no le interesaba mantener relaciones con la Xunta. Pero le advirtió que ni el tema de Alcoa estaba cerrado ni Galicia salía a subasta, e interpretó el órdago de Maroto como una estrategia para desviar la atención del «fracaso» de no haber sacado adelante en su día el estatuto electrointensivo.

En A Coruña, la ministra se reunió con la alcaldesa, Inés Rey, y con el comité de empresa de Alcoa. Además de insistir sobre las «contradicciones» del Ejecutivo gallego por pedir una solución para Alcoa sin garantizar la formación de un Gobierno que la consiga, se excusó por no haber avisado a la Xunta de su visita a Galicia recordando que la agenda se limitaba a las entrevistas con alcaldes y los trabajadores.

Conde, que evitó la foto en Madrid cuando se cerró la venta de Alcoa, acusa ahora a Maroto de visitar Galicia para fotografiarse con los trabajadores. Estos tendrán otra cita hoy con políticos, esta vez, con el presidente de la Xunta y con el conselleiro.