Agosto deja un reguero de casi 213.000 puestos de trabajo destruidos
03 sep 2019 . Actualizado a las 20:22 h.La desaceleración ya está aquí. Y a decir de muchos, ha llegado para quedarse. Lo aventuran organismos como el FMI, la OCDE o el propio Banco de España. Y lo refrendan los datos. Luces de alarma no faltan. El PIB del país creció un 0,7 % en el primer trimestre y en el segundo ese ritmo ya había bajado al 0, 5 % (en Galicia pasó del 0,4, al 0,3 %); bajan las exportaciones con el telón de fondo de la contienda comercial entre Estados Unidos y China (aquí más que en ninguna otra comunidad autónoma); se reducen las inversiones, se desploman las ventas de coches (más del 30 % en Galicia y en el conjunto del país); y lo refleja, claro está, el mercado laboral (más el español que el gallego).
Basta con echarle un vistazo a los últimos datos de empleo, los que hizo públicos este martes el Ministerio de Trabajo, para darse cuenta de que esa desaceleración de la que todos hablan ya está haciendo mella en la contratación.
No es que sea agosto precisamente un buen mes para el empleo. El período vacacional siempre conlleva destrucción de puestos de trabajo. Es cierto que se crean en sectores como la hostelería (aunque, cada vez más, las contrataciones se adelantan a julio o incluso a junio), pero no los suficientes como para compensar los que se destruyen en otros. Y no hay que perder de vista tampoco que, en ramas como la educación o la construcción, eso de dar de baja los contratos por vacaciones para ahorrarse los costes se da mucho. Aunque sea un fraude.
Este último agosto se ha ceñido al guion. Tanto que el paro registrado aumentó en 54.371 personas, lo que coloca el número de desempleados repartidos por todo el país en 3,06 millones. Y lo que es peor, la afiliación a la Seguridad Social se dejó por el camino 212.984 cotizantes (ahora tiene 19,32 millones de trabajadores). Esa caída de casi 213.000 afiliados es la mayor que se ha producido en un mes de agosto desde el 2008, el año en el que comenzaron las dentelladas de una crisis que acabó mostrando su peor cara precisamente en el ámbito laboral. Es tanto como decir que cada día de agosto se perdieron casi 6.900 empleos.
Y si ponemos el foco en el dato del paro, es el más alto que se ha registrado en agosto desde el 2010.
Advierten los expertos que esa pérdida de fuelle del mercado laboral acabará por lastrar el consumo de las familias. Y si a eso se le añade el efecto que las incertidumbres externas (brexit, guerra comercial, pérdida de empuje de países como Alemania...) e internas (situación política) están teniendo sobre las inversiones, las cosas para el PIB no pintan precisamente bien.
Con todo, las cifras anuales siguen siendo buenas. Cierto es que el ritmo de creación de empleo se mantiene lejos del 4 % que se llegó a rozar en mayo de hace apenas dos años, pero por encima del 2,5 %, lo que sigue siendo un nivel robusto, que nos coloca a la cabeza de Europa. Así, la Seguridad Social suma 480.413 ocupados en los últimos doce meses, casi 300.000 en lo que va de año.
Galicia resiste
El mercado laboral gallego, de momento, resiste. En agosto se destruyeron una media de 19 empleos al día, lo que coloca a la comunidad como la menos golpeada, a excepción hecha de Asturias y Cantabria, los dos únicos territorios en los que se generaron puestos de trabajo.
La secretaria xeral de Emprego, Covadonga Toca, ponía el foco en que Galicia suma 45 afiliados al día en el último año; y en que el paro (que se incrementó en 2.899 personas) ha bajado un 6,45 % respecto a agosto del 2017 (3,65 % en el conjunto de España). «Hay 10.604 desempleados menos que hace un año», presumió; y el paro se sitúa en Galicia «en niveles muy inferiores a los de hace una década y próximos a los de antes del inicio de la crisis», subrayaba Toca.