Bruselas acusa a Amazon de abusar con los datos confidenciales de terceros vendedores

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

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La multinacional los recopiló para canibalizar el mercado de venta «online»

10 nov 2020 . Actualizado a las 21:04 h.

Lucha sin cuartel contra el abuso de los gigantes tecnológicos estadounidenses. La Comisión Europea demostró este martes que no cejará en su empeño para hacer que las multinacionales cumplan con las reglas en la UE, con Trump o sin él. Esta vez ha sido la plataforma de ventas online Amazon la que ha caído en las garras de Bruselas. Y no es la primera vez. La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, acusó hoy a la empresa de Jeff Bezos de abuso al utilizar los datos confidenciales de vendedores que utilizan su plataforma para detectar tendencias de compra de sus usuarios, preferencias en la calidad de los artículos o modelos de envío más usados. Con toda esa información agregada, sus expertos habrían elaborado estrategias de comercialización para arrebatar cuota de mercado a esos mismos vendedores, una práctica que va en contra de las reglas de competencia de la Unión Europea: «Los datos sobre la actividad de los vendedores no debería usarse en beneficio de Amazon cuando esta actúa como competidor en su propia plataforma», aseguró la danesa, quien cree que la posición monopolística de la compañía en el ámbito del comercio online podría haber perjudicado a miles de vendedores de Alemania y Francia, donde la multinacional tiene más presencia.

No acaban ahí las tropelías que ha identificado el equipo de Competencia de la Comisión. Vestager anunció la apertura de una nueva investigación para tratar de esclarecer si, como apuntan todos los indicios, Amazon concedió un trato de favor a sus ofertas y a las de los vendedores que accedieron a utilizar sus servicios de logística y reparto en detrimento de quienes optaron por recurrir a terceros. Según explicó la comisaria, la empresa tecnológica ofrece las ventajas de visibilidad de su servicio premium solo a quienes vinculan las operaciones de envío con ella. ¿Cómo? Extendiendo el botón de compra directa a los usuarios prime —los que más compran— en las ofertas de vendedores que hayan firmado su programa de fidelidad. El grueso de las ventas que se realizan en la plataforma se hacen a través de esta «caja de compra», así que al excluir a las empresas y particulares que no aceptaron sus condiciones, habrían provocado daños en la competencia. «Alcanzar a esos clientes es importante para los comerciantes porque el número de usuarios prime crece de manera continua y porque tienden a generar más ventas», explicó la Comisión. Esta estratagema se encuadraría en el supuesto de abuso de posición dominante. Si las alegaciones de Amazon no convencen, Bruselas impondrá una nueva multa multimillonaria.

Desacuerdo

Vestager envió el pliego de acusaciones a la compañía, después de enumerar una por una las evidencias sobre las que se apoya la denucia. A pesar de la retahíla, la empresa —cuya sede fiscal está en Luxemburgo—, rechazó ayer todas las acusaciones. No aportó argumento alguno, pero sí trató de convencer al público de que ha beneficiado mucho a las economías europeas. Uno de sus portavoces, como señala Efe, aseguró que «Amazon representa menos del 1 % del mercado minorista mundial» y que «en todos los países» en los que opera hay vendedores minoristas de mayor tamaño, obviando la ventaja competitiva que le reporta la diversificación y penetración en múltiples nichos de mercado, gracias a una infraestructura tecnológica que domina en el entorno online y, por tanto, que puede llegar a todas partes. Lejos de reconocer cualquier perjuicio, la empresa sacó pecho sosteniendo que en las últimas dos décadas ninguna compañía se había preocupado tanto por apoyar a las pequeñas empresas como Amazon, apoyándose en que hay más de 150.000 firmas europeas que venden a través de su plataforma generando «decenas de miles de millones de euros en ingresos anualmente y empleando a miles de personas». Un razonamiento que no da respuesta a la acusación que lanza Bruselas: Amazon utilizó los datos confidenciales de un buen número de esas empresas para arrebatarles los clientes y seguir apuntalando su hegemonía.

Ajuste de cuentas

El revés a la estadounidense Amazon coincidió con la entrada en vigor de los aranceles europeos a las importaciones de ciertos productos procedentes de Estados Unidos. Un ajuste de cuentas doble contra el proteccionismo de la Administración Trump y contra las prácticas abusivas —tanto fiscales como competitivas— de las tecnológicas de ese país.

Ante la dificultad que encuentra la UE para acordar de forma unánime una fiscalidad mínima para estos colosos, que pagan en impuestos la mitad que las empresas tradicionales, la Eurocámara y el Consejo acordaron que 11.000 millones de euros de los próximos presupuestos europeos a siete años se sufragarán con las multas impuestas a quienes, como Amazon, incurran en prácticas anticompetitivas. Esta fórmula permitirá poner un parche al daño estructural que ha generado el gigante de las compras en el pequeño comercio tradicional. Desde los negocios de ropa a las librerías, ferreterías o tiendas de muebles se han visto especialmente golpeadas en esta pandemia. En primer lugar porque el cierre físico laminó sus ingresos. Y en segundo lugar porque Amazon aprovechó la coyuntura para absorber sus pérdidas a través de la venta online. Por eso en algunos países como Francia, las autoridades han recomendado a sus ciudadanos que no compren productos en dicha plataforma mientras dure el segundo confinamiento. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, cree que es la única forma de mantener a flote el comercio local.

Tras el varapalo del lunes, cuando Amazon se desplomó un 5 % en bolsa, al conocerse los avances en la eficaz vacuna de Pfizer, la firma caía al cierre de esta edición otro 3,23 %, arrastrado por Bruselas.