El daño en el tejido empresarial complicará la recuperación del empleo en Galicia

Cristina Porteiro
c. porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Brais Lorenzo

Las ayudas públicas y el confinamiento postergaron cierres hasta el 2021

31 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Resulta paradójico, pero es real: Después de un año de pandemia, Galicia despidió el 2020 con solo 15.100 empleos menos (sin contar los trabajadores en ERTE). La cifra va en sintonía con los registros empresariales. En el 2020 el saldo entre altas y bajas de nuevos negocios empeoró levemente con respecto al 2019, pasando de un superávit de 2.324 negocios a 1.965, según datos de Registradores de España. No parece demasiado si se tiene en cuenta que la economía estuvo hibernando y funcionando a medio gas durante nueve meses. Incluso las declaraciones concursales por insolvencia han caído, pasando de las 188 a las 178 (un 5,4 % menos que en el 2019).

No se trata de un poltergeist o una coincidencia estadística. Detrás de estos números hay varios diques de contención desplegados por el Estado para evitar el hundimiento del tejido productivo y el empleo a causa del covid-19. «Hai unha parte da economía que está sostida artificialmente mediante axudas, os ERTE ou co aprazamento da obrigatoriedade de presentar concursos», explica el presidente del Consello Galego de Economistas, Miguel Ángel Vázquez Taín.

El cóctel de parón empresarial y préstamos blandos hizo que muchos propietarios de negocios aplazasen decisiones en el segundo trimestre del 2020, tanto de altas -no se atreven a abrir en medio de una crisis-, como de cierres empresariales, hasta la retirada del Estado o el fin de la tregua concursal, prevista para el 14 de marzo.

Impacto oculto

La situación sanitaria ha obligado a extender más tiempo del inicialmente previsto las ayudas así que la caravana de concursos podría demorarse hasta la segunda mitad del año. El daño todavía no se puede ver en toda su magnitud, pero existe y pasará factura al empleo: «O verdadeiro impacto nas empresas e no emprego aínda está por vir [...] Para poder analizar ese impacto no tecido empresarial e o emprego aínda teremos que agardar un pouco máis. Veremos os efectos ao longo do 2021», admite Vázquez Taín. Vienen meses duros. La recuperación y las correcciones en el tejido productivo cruzarán sus caminos. Aunque Galicia no está entre las comunidades más dependientes de los préstamos del ICO, hay multitud de «empresas zombis» que podrían hundirse y ser incapaces de devolver la deuda cuando se les desconecte el oxígeno de la liquidez. Tienen todo tipo y tamaño.

De préstamo a subvención

Para evitar pérdidas significativas, la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, sugirió esta semana a los Gobiernos que abran más la mano con las ayudas: «Propusimos convertir los préstamos y garantías en subvenciones porque puede que las empresas, durante las restricciones y el confinamiento, se vean en una trampa con préstamos en sus balances. Puede que sea necesario convertirlos en subvenciones para que se puedan recapitalizar e impulsar su viabilidad una vez que empiece la recuperación», recordó la danesa. El gran temor que tiene Bruselas es que España retire las ayudas antes de tiempo. No solo adelantaría ese escenario de quiebras sino que profundizaría en las pérdidas de músculo empresarial.

No es un equilibrio fácil. La incapacidad para distinguir entre las empresas sanas de las que no lo son hará que la factura del Estado engorde.

Más resistentes

Según los datos del Ministerio de Asuntos Económicos, esa labor de escaneo será más sencilla en Galicia que en otras comunidades porque sus empresas han resistido mejor la pandemia y han recurrido menos a las ayudas del ICO. Solo el 4,84 % de los avales solicitados (de los 87.085,8 millones de euros que se han movilizado en España) tienen sello galaico. Son 4.217,1 millones. Por provincias, son las firmas coruñesas las que han solicitado más ayuda (40,53 % de los fondos), seguidas de las pontevedresas (36,89 %), las ourensanas (12,84 %) y las lucenses (9,74 %).

La tercera ola de la pandemia retrasará los ajustes 

Para los expertos y el Banco de España la tercera ola del coronavirus no solo retrasará la recuperación, también podría aplazar hasta el verano los ajustes en el tejido productivo. La recién aprobada prórroga de los ERTE y la disposición de un techo mayor para las ayudas públicas a empresas grandes, pymes y familias, indica que no se podrá retirar la respiración asistida a la economía hasta que la campaña de vacunación haya avanzado lo suficiente como para levantar las restricciones a la actividad. Y los últimos en percibir los temblores serán los trabajadores. Hasta ahora, el Foro Económico de Galicia había cifrado en un 9 % el desplome del PIB en el 2020, una caída que no ha pasado apenas factura en términos de puestos de trabajo: «O efecto no emprego creo que está pendente, cando a situación se normalice e se deixen de extender as axudas, veremos», asegura Taín. Cree que la cifra de paro podría empeorar a medida que las empresas hagan balance real de los daños.

Mortalidad de las pymes

Coincide Emilio Ontiveros, presidente de AFI: «Habrá alta tasa de mortalidad empresarial. Haremos balance cuando se retiren las ayudas y se haga el parte de guerra. Hay 3.850.000 empresas en España, pero el 95 % tiene menos de cuatro trabajadores. Su capacidad defensiva es muy reducida. Algunas batallan gracias a los estímulos, pero no podrán durara toda la vida», deslizó en la conferencia Perspectivas económicas y financieras en 2021. Cree que, sin la cortina de los ERTE, el desempleo posiblemente podría alcanzar el 20 %. Y aunque la última EPA ha sido relativamente buena, apunta al peligro que supone el gran volumen de contratos precarios y temporales firmados, que no permitirán despegar el consumo cuando la economía intente remontar el vuelo.