La innovación en Galicia creció casi al doble del ritmo de la media española desde el 2014
ECONOMÍA
Tras la pandemia, la brecha con el norte de Portugal se ha reducido a su mínimo de los últimos siete años
22 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Galicia no olvida sus deberes. Aunque la innovación ha sido siempre la tarea pendiente en la comunidad, los números avalan sus esfuerzos por seguir la estela de las regiones a la vanguardia de la Unión Europea (UE).
Según un informe publicado ayer por la Comisión Europea, el ritmo de penetración de la innovación en la comunidad casi dobla el de la media española desde el año 2014. Galicia partía de una situación mucho menos ventajosa tras la crisis, en los 66,9 puntos de la media europea (100), mientras el resto de España se situaba en los 82,6. El indicador de innovación medró en la comunidad un 31,25 %, mientras que en el conjunto del país apenas creció un 16,27 %. A lo largo de estos siete años, la distancia se ha ido acortando. Tanto, que Galicia ha pasado de ser la décima región más innovadora a la octava, adelantando a Cantabria y Asturias por el camino, y reduciendo ligeramente la brecha con la número uno, el País Vasco, que todavía está a 37,1 puntos de distancia.
¿Qué sucede si se torna la mirada al norte de Portugal, el gran competidor de la región? Algo insólito: los esfuerzos de innovación de Galicia durante la pandemia han aguantado mucho mejor que los de sus vecinos lusos. La comunidad ha reducido al mínimo la enorme brecha que se había abierto con los portugueses. Si en el 2020 la diferencia era de 18,36 puntos (con indicadores previos a la crisis), en el 2021 esa distancia se ha reducido hasta los 2,06.
A pesar de estas dos tendencias positivas, también hay motivos para la preocupación. Y el principal tiene que ver con la estructura empresarial. El empleo en firmas innovadoras gallegas se desplomó hasta un 36,3 % en estos siete años, lo que significa que la innovación no está permeando al tejido industrial. Se está concentrando en el entorno académico. Y eso puede ser un problema para poder competir en los próximos años, cuando Galicia deberá ejecutar un volumen de fondos ingentes procedentes del Next Generation EU. No es la única cifra que ha hecho encender las alarmas. Ha caído un 18,65 % el índice de pymes que introducen procesos innovadores a sus negocios. Lo mismo ocurre con la aplicación de patentes, que se ha hundido un 17,15 %.
¿En qué ha mejorado Galicia en términos de innovación? El gasto en este capítulo del sector empresarial ha aumentado tímidamente un 2,11 %, pero sigue hundido en los 37 puntos con respecto a la media europea (100). Un resultado paupérrimo. Mejor han ido las cosas en capacitación de los trabajadores. El capital humano sigue siendo el ámbito donde más ha permeado la innovación. La población con educación superior ha crecido un 18,81 % en estos siete años y está 62 puntos por encima de la media europea. Lo mismo ocurre con quienes disponen de habilidades básicas digitales (+22,88 %).
Otra de las materias en donde Galicia supera a la media de la UE tiene que ver con las pymes innovadoras que colaboran entre sí (109,5). El esfuerzo del mundo académico sigue dando resultados. Aunque Galicia todavía no alcanza la media europea, han aumentado el número de publicaciones científicas en el top del 10 % más citadas.
Empresas obsoletas
Los problemas que aquejan a las empresas gallegas se extienden al conjunto de las españolas. El país suspende en inversión empresarial en I+D y en creación de productos y procesos innovadores. Y eso se debe, en parte, a la estructura sectorial de regiones como Extremadura y Canarias, a la cola en innovación. Su alta dependencia de la agricultura y el turismo, poco intensivos y resistentes a la innovación, lastran los resultados del conjunto del Estado. Hay al menos 15 países de la UE por encima en materia de innovación, con los nórdicos a la cabeza. España se sitúa solo tres escalones por encima de Portugal y supera la media europea en capital humano, el atractivo de sus sistemas de investigación y en digitalización.