Antonio Garamendi, presidente de la CEOE: «Dudo de que la UE vaya a permitir la reforma laboral que quiere el Gobierno»

manu Álvarez BILBAO / COLPISA

ECONOMÍA

Benito Ordoñez

Aunque la patronal ha firmado once pactos, todo anticipa ahora un choque en el Estatuto de los Trabajadores

17 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En las últimas semanas se ha visto envuelto en la polémica porque, aparentemente, ha defraudado a quienes le consideraban políticamente cercano. Unas declaraciones en torno a los indultos a los líderes independentistas catalanes y otro pacto con el Gobierno, el de las pensiones -y van once acuerdos-, han despertado las voces críticas de quienes piensan que los empresarios deben estar a un lado de la batalla política. En este momento, contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Antonio Garamendi, el presidente de la patronal española CEOE, se muestra preocupado -hasta asustado- con la tensión política que vive España. Todo apunta a que llegan tiempos complicados en el entendimiento con el Ejecutivo, porque la reforma laboral está al pil pil. Y entre lo que quieren el Gobierno y la patronal hay un mundo de distancia.

-Comienza el riego de dinero del plan de recuperación. El Gobierno ya ha puesto en marcha alguna convocatoria de ayudas, como es el caso del sector del automóvil, recién anunciada. ¿La patronal debe tener contento al Gobierno?

-No se trata de contentar o no. En este tema de las ayudas europeas nos jugamos mucho y tampoco es que vayamos muy bien. Mire, en el caso del automóvil, creo que Francia y algunos otros países nos han tomado la delantera y vamos a tener que esforzarnos mucho.

-Pero no me negará que muchas empresas van a depender ahora de lo que el Ejecutivo quiera hacer en la concesión de ayudas.

-No tanto. Más importante que las ayudas va a ser la capacidad de asumir riesgos por parte de las empresas. Cojamos el ejemplo del PERTE del automóvil. Las ayudas son 4.500 millones, sin embargo las empresas van a tener que poner 19.000 millones.

-Las críticas lanzadas en los últimos días por la CEOE en torno a la reforma laboral que propone el Gobierno, ¿son un movimiento táctico?

-¿Táctico?

-Sí. Algo así como poner distancia con quien se ha estado demasiado cerca...

-No, son críticas que responden a la realidad. En la comisión laboral de CEOE están representadas las grandes empresas, las pequeñas y las consultoras, por ejemplo. Y hay unanimidad. La preocupación con la reforma laboral es total. Corremos el peligro de constreñir más el mercado de trabajo.

-La ministra de Trabajo dice que hay que reducir la temporalidad y la precariedad.

-Y estamos de acuerdo, aunque quizá no en los matices. Primero, temporalidad y precariedad no son lo mismo. Un trabajo puede ser temporal porque no existe otra fórmula, pero estar bien pagado. En España hay 300.000 establecimientos de hostelería y muchos de ellos ligados al turismo. Necesariamente ahí existe temporalidad y es inevitable. Pero un empleo puede ser temporal, tener unas condiciones dignas y no ser precario.

-Ya. Pero ¿dónde cree que hay que poner el acento para resolver el exceso de temporalidad? Existe.

-Tres de cada cuatro contratos en el sector privado, el 75 %, son indefinidos. En el sector público solo el 66 % son indefinidos. ¿De verdad que el problema lo generan los empresarios? Y el foco creo que hay que ponerlo en la formación, en dotar a los trabajadores de habilidades para poder mantenerse en el mercado de trabajo cuando no están, por ejemplo, en la hostelería.

-¿El problema está en la Administración?

-La verdad es que algunas personas que no paran de hablar de lo mala que es la temporalidad en el mercado laboral, deberían hacérselo mirar. Están muy cerca del problema.

-El Gobierno cree que se arregla cambiando la legislación y reduciendo la posibilidad de utilizar contratos temporales.

-Las leyes no crean empleo, lo crean los empresarios. Y hay anuncios más dañinos que algunas leyes. El efecto que se está consiguiendo con esas manifestaciones es que los empresarios paralicen la contratación, a la espera de conocer cómo es el terreno de juego.

-¿Se aprobará la reforma del Estatuto de los Trabajadores antes de que acabe el año?

-Es un compromiso asumido con la UE y el Gobierno tiene que cumplir. Otra cosa es que lo que quieran hacer es lo que la UE espera. Dudo de que la UE vaya a permitir una reforma laboral como la que quiere el Gobierno.

-Ha habido cambios en el Gobierno y Nadia Calviño ha sido ascendida a vicepresidenta primera...

-Calviño está muy en línea con la UE.

-¿Le tranquiliza ese movimiento en el Gabinete?

-En el Gobierno han cambiado algunas personas, pero no la estrategia. Hay acuerdos adoptados por los partidos que están en el Ejecutivo que lo lógico es que traten de cumplirlos. Pero no nos pueden pedir que estemos de acuerdo con algunas cosas y será el Gobierno el responsable de las consecuencias.

-Hay quien anticipa que la CEOE va a abandonar la negociación con el Gobierno y los sindicatos.

-Ya le anticipo que se equivocan quienes piensan así. Nosotros no nos vamos a levantar de la mesa. Pero no pueden pretender que diga que me gusta algo que no me gusta. Y también es bueno hacer un poco de memoria.

-¿Memoria?

-Sí, hay quien trata de vender la idea de que es una obligación de la CEOE apoyar la reforma de la legislación laboral. Hay que recordar que la reforma del Gobierno de Rajoy no la apoyamos.

«Estamos para resolver problemas, no para hacer política»

-Es usted una máquina de pactar...

-Once acuerdos, once, hemos firmado con el Gobierno.

-¿Se arrepiente de alguno?

-No, por supuesto. Las medidas para superar la pandemia, cinco prórrogas de los ERTE, las ayudas directas, los avales del ICO, la Ley del Teletrabajo, la regulación legal de los riders, eran cosas necesarias. Pura economía, no política. Las empresa nos exigen que solucionemos sus problemas, no que hagamos política.

-Vayamos a otro tema candente: pensiones. ¿No cree que la reforma ha comenzado por la parte facilona para dar otra patada a seguir sobre los temas complicados?

-Ha sido el Gobierno el que ha decidido que se haga en tres fases y la UE lo ha permitido. Ahí no tenemos nada que decir.

-Pero apoyar la primera fase les ha granjeado algunas críticas.

-El acuerdo sobre Seguridad Social ha sido bueno. Creemos en la lealtad institucional. Yo no elijo a los ministros. Ha sido un acuerdo que es pura economía, pero hay quien se empeña en ver sólo política. El resto de la reforma... ya veremos. Que se mojen los partidos

-¿Por qué dice que deben mojarse los políticos?

-¿No se ha dado cuenta de que están callados sobre este asunto? Les toca. Lo que hemos pedido es que el Pacto de Toledo haga una propuesta concreta y ya daremos nuestra opinión sobre su contenido. Creo que nuestra misión no es diseñar la solución a este problema. Cada uno tiene sus responsabilidades. Y por cierto, yo pertenezco a la generación del baby boom.