Enyd López, directora general de Impulsa Galicia: «Elegimos socios muy sólidos para que los proyectos salgan con o sin fondos»

El reparto de los fondos europeos para la recuperación (Next Generation) se encauzará a través de una lluvia de convocatorias lanzadas desde los distintos ministerios. Europa vigila, y las adjudicaciones hay que ganarlas con buenos proyectos, bien diseñados y cien por cien ejecutables. No hay tiempo que perder, el dinero que no se haya conseguido y gastado a finales del 2023 se habrá perdido. Captar la mayor inversión posible es la misión de Impulsa Galicia, la sociedad creada hace 6 meses por la Xunta de Galicia (40 % de participación), junto con Abanca (38 %), Reganosa (12 %) y Sogama (10 %) para sacar adelante proyectos empresariales transformadores de la economía gallega a través de un modelo de negocio verde y digital, que es lo que manda Bruselas. Al frente de Impulsa está desde el pasado mes de julio Enyd López Fernández (Santiago, 1980) ingeniera química experta en economía circular.

-Impulsa Galicia ¿Qué es?

-Es el resultado de un consorcio público privado que nace para facilitar la transformación de Galicia en el marco de la candidatura gallega a los fondos europeos Next Generation.

-¿Y qué es lo que hacen?

-Nuestra misión es armar proyectos de país. Ayudamos a madurar buenas ideas, proyectos estratégicos capaces de generar un efecto tractos y transformador del tejido productivo, en donde grandes compañías, pymes y autónomos se den la mano.

-¿Con qué recursos trabajan?

-Impulsa es la heredera del trabajo hecho por la comisión de expertos de la Xunta que puso en marcha la identificación de proyectos tractores. Pero Impulsa ni asigna fondos, ni invierte, busca quien los haga.

-Tienen entre manos ocho proyectos, del que solo ha trascendido hasta el momento el de producción de fibras textiles de origen forestal. ¿Qué puede contar de los otros siete?

-Se trabaja en paralelo en todos los proyectos, porque tenemos un calendario exigente, aunque están en diferentes fases de desarrollo. Lo que puedo decir es que se centran en la economía circular, economía verde o ganadería, siempre diseñados con una gran capacidad de transformación sectorial. Hay proyectos con un grado de maduración muy semejante al de las fibras textiles, a punto de firmar el MOU [memorando de entendimiento o Memorandum of Understanding, por sus siglas en inglés], con el socio inversor.

-¿Puede concretar algo más?

-En este momento no es posible. No podría. Pero trabajamos de forma muy intensa para llegar a las fechas que se nos marcan.

-El Gobierno ha mandando seleccionar y reducir la candidatura gallega. ¿Alguna de las iniciativas con los que trabaja se ha caído de la lista?

-Los proyectos están todos conectados de forma circular y sostenible. Va todo muy sinergiado.

-Cada proyecto tiene un socio industrial ¿Dónde buscan inversores?

-A nivel nacional e internacional. Buscamos los mejores socios para garantizar el éxito de un proyecto que sea inclusivo del tejido empresarial y que genera valor en Galicia.

-¿Cómo se convence a un inversor, como por ejemplo Altri, cuando aún no hay fondos asignados para el proyecto ni, en el mejor de los casos, el porcentaje de subvención a la que optaría?

-Bueno, no es fácil. En el caso de la producción de fibras textiles de origen forestal no estamos hablando de un proyecto nuevo. Está en una fase muy avanzada de maduración, y hemos buscado socios sólidos para que salga adelante con o sin financiación.

-¿Confía en que la planta de fibras textiles consiga fondos?

-El proyecto cumple todas las pautas marcadas en las bases de los fondos Next Generation. Es merecedor de los fondos, y buscamos la forma de que salga sí o sí, pero la asignación no depende de nosotros.

-Hay muchos proyectos optando a fondos y mucha rivalidad entre comunidades y entre países ¿y si no llegan los fondos? ¿Lo consideraría un fracaso?

-Es algo en lo que no pienso. Lo que pienso es que tienen que salir con o sin fondos. Trabajamos en los proyectos con todo lo que nos marca Europa.

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