España celebra 20 años de estabilidad con el euro

La Voz REDACCIÓN / EFE

ECONOMÍA

RONALD WITTEK

La introducción de la moneda común también propició una subida pronunciada de los precios

30 dic 2021 . Actualizado a las 11:54 h.

El próximo 1 de enero el euro cumplirá 20 años desde su entrada en circulación. En el 2002 España jubiló sus emblemáticas pesetas y abrazó la moneda común, que trajo al país casi dos décadas de estabilidad económica y capacidad de crecimiento. Aunque también ha habido sombras por el camino que hicieron dudar, como las notables alzas de precios que trajo consigo o su incapacidad para amortiguar la crisis financiera que lo puso en jaque, ante la enorme fragmentación financiera entre las economías que se habían encomendado a él. 

Los expertos consultados por Efe creen que el resultado para España es netamente positivo, dado que ha propiciado un marco de estabilidad cambiaria y monetaria que ha favorecido la capacidad de crecimiento y el avance en la convergencia con la Unión Europea (UE). «El balance me parece extremadamente positivo y más en una etapa en la que hemos tenido que vivir catástrofes como la crisis financiera del 2008 y posteriormente la crisis provocada por la pandemia en los últimos dos años. Hubiera sido todo muchísimo más complicado si hubiéramos estado fuera del euro», explica Juan Ignacio Crespo, analista financiero.

No obstante, el profesor de Empresa y Economía de la Universitat Abat Oliba CEU, Albert Guivernau, cree que todas las ventajas del euro no sirvieron para amortiguar la crisis financiera «que impactó de forma muy similar en el conjunto de países de la UE, formaran parte o no de la eurozona».

Entre las principales carencias del área del euro, Guivernau señala las diferencias entre las estructuras productivas de los países miembros y la falta de movilidad de los trabajadores -frente a la amplia movilidad de capitales-, así como la incompleta unión bancaria y la inexistencia de integración fiscal, lo que ha llevado a una gestión muy desigual de las finanzas públicas, motivo de desequilibrios. 

Sin embargo, desde la llegada del euro el PIB de España ha aumentado un 60 %, de los 700.993 millones de euros de 2001 a los 1,12 billones de 2020, con un avance de la renta por habitante del 40 %, de 17.200 a 23.693 euros, aunque todavía por debajo de los 33.260 euros de media de la unión monetaria.

Para el profesor de EAE Business School, Javier Fernández-Pacheco, a nivel europeo la moneda única «ha ayudado de manera determinante a facilitar el comercio intracomunitario», algo que ha beneficiado a España, cuyos principales mercados de exportación son Francia y Alemania.

«A nivel nacional tener una divisa con el Banco Central Europeo (BCE), alejado del poder político, nos ha permitido tener una inflación baja a lo largo de los últimos años y eso es muy positivo para la economía. Además, permite acceder a una financiación internacional mucho más barata y como la deuda es en euros no hay peligro de que se devalúe», añade Fernández-Pacheco.

Todo es más caro

Su entrada en circulación supuso una subida de los precios de consumo que elevó la inflación del 2,7 % de diciembre de 2001 al 4 % en diciembre de 2002, si bien la ciudadanía percibió que el incremento fue mayor y es que en muchos casos el cambio aplicado fue de 1 euro por cada 100 pesetas.

Así lo denunció la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que reveló que entre las subidas más destacadas no solo había precios privados, sino también públicos, ya que los mayores incrementos se dieron en las tarifas de correos, el pan, el cine, el billete de diez viajes de metro o autobús, y el menú del día de algunos restaurantes.

El entonces secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, también reconoció que la entrada del euro había provocado alzas en los precios, pero destacó que la nueva moneda había permitido crecer al país por encima del 2 % y crear empleo en un momento de desaceleración.

Pérdida de autonomía monetaria

En aquel momento también preocupaba la pérdida de autonomía monetaria y que el Banco de España se quedara sin la posibilidad de devaluar la moneda nacional como herramienta para impulsar la economía en caso de que fuera necesario. Una estrategia a la que recurren muchos países terceros en malas épocas para abaratar las exportaciones y ganar competitividad. 

«Aunque hayamos perdido autonomía es bueno si lo que sucede es el desarrollo económico a mayor velocidad que ha experimentado España del que se habría dado si no hubiéramos estado en el euro», destaca Crespo, quien cree que el Banco de España nunca habría podido dejar los tipos de interés a cero, como ha hecho el BCE. «Si no hubiéramos estado dentro del euro hubiéramos estado pagando tipos de interés más altos (...) El proceso de bajada de tipos de interés hasta cero ha significado una transferencia de rentas enorme de quienes tenían ahorro a quienes no lo tenían. Es negativo para quienes tenían ahorro pero positivo para quienes tenían deuda», añade el analista.

Pesetas no canjeadas

Con la llegada del euro el Banco de España abrió un período para canjear los billetes y monedas de peseta, en circulación entre 1868 y el 2002, que se ha prolongado durante casi 20 años.

A su finalización, el pasado 30 de junio, se habían canjeado el 96,8 % de las pesetas que había en circulación en diciembre del 2001, 48.750 millones de euros, la mayor parte de ellos en los primeros seis meses de vida de la moneda única.

El monto de pesetas sin canjear, que se prevé que ahora tengan solo valor como objeto de colección o de recuerdo, asciende a 1.575 millones de euros.