
La subida de los precios de la energía también repercute en las arcas públicas
09 mar 2022 . Actualizado a las 16:26 h.Llenar el depósito de gasolina o realizar todos aquellos quehaceres diarios que requieren del uso de la electricidad se ha convertido en una tortura para el bolsillo de los españoles. Los precios de la energía ya llevaban unos meses asentados en su particular rali alcista, pero la guerra en Ucrania ha provocado un acelerón que trae de cabeza a las autoridades y, sobre todo, a los consumidores.
Las gasolineras de toda España lucen en sus carteles unas cifras que los ciudadanos no habían visto en muchos años. Según los últimos datos recogidos en el geoportal de hidrocarburos del Ministerio para la Transición Ecológica —correspondientes al lunes 7—, el litro de gasolina 95 se vendía en España a una media de 1,722 euros; mientras que el de gasoil se dispensaba a 1,64 euros. Tampoco invita al optimismo el comportamiento de la electricidad, que una y otra vez bate sus propios récords históricos. Este martes, los pulverizaba todos y superaba —una vez más— su registro más caro al comercializarse en el mercado mayorista a 544,98 euros el megavatio hora.
Y buena parte de ese esfuerzo económico que realizan los consumidores cuando encienden la luz o arrancan el coche se va directo a las arcas públicas. Porque una parte importante del coste de los carburantes y del de la electricidad llegan en forma de impuestos.
Según los números que manejan en la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), entre un 49 (en el caso de la gasolina 95) y un 45 % (cuando se trata del gasoil) de lo que se paga por cada litro de carburante son gravámenes. El resto se lo reparten los costes al por mayor (el precio del crudo y el refino) y los márgenes y costes de distribución. La primera partida supone un 35 % del precio final del litro de gasolina 95 y un 40 % en el del gasoil; mientras que los costes de distribución suponen el 16 % y el 15 % respectivamente.

Con estos porcentajes sobre la mesa, es fácil calcular cuánto destinan los ciudadanos a estas partidas en cada litro de combustible que consumen. Si tomamos como referencia el de gasolina 95 —cuya media nacional se situó este martes en los 1,722 euros— cerca de 0,839 se van directos a las arcas del Estado: 0,298 corresponden al IVA y 0,541 a impuestos especiales. Tan solo unos 60 céntimos equivalen al precio del crudo y el refino mientras que algo menos de 30 céntimos se cobran en concepto de costes de distribución.
La cuenta se repite con un patrón muy semejante cuando se desglosa el esfuerzo de los que llenan su coche con gasoil. En este caso, algo más de 75 céntimos de los 1,64 euros que cuesta el litro se engloban en la categoría de impuestos (tanto el IVA como los especiales), mientras que el coste de la propia energía no supera los 0,65 euros.
Directo al Estado
Al encarecerse el precio base de la energía —tanto de los carburantes como de la electricidad— uno de los primeros en notarlo es el Estado. Porque al mismo ritmo que crecen los precios lo hace también lo hace la recaudación.
No hay más que analizar una factura eléctrica para darse cuenta de que Hacienda, a pesar de haber reducido los tributos en estos últimos meses, está recaudando unas cifras bastante similares a las de antes.
Tomando como referencia la misma factura, con un consumo de 102 kilovatios, la partida de los impuestos prácticamente no ha sufrido variaciones tras las rebajas aplicadas por el Ejecutivo de Sánchez. Los ciudadanos siguen aportando lo mismo al Estado. En julio del 2021, cuando solo se había reducido el IVA del 21 al 10 %, la factura reflejaba un coste de la energía de unos 10,85 euros, a los que se sumaban otros 15,81 en concepto de costes regulados y 4,12 por los tributos. En octubre del año pasado, tras aprobar una bajada del impuesto de la electricidad, con un consumo de unos 20,84 euros, se pagaban 3,44 de impuestos. Ahora, las partidas han crecido considerablemente. Porque mientras que el consumo de energía del pasado febrero costaba más de 26 euros, los impuestos escalan, una vez más, hasta los 4,17.
