El Banco de España avanza una inflación del 7,5 % este año y rebaja un punto el crecimiento del PIB, al 4,5 %

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

BANCO DE ESPAÑA

Espera que el mayor impacto de la guerra llegue este segundo trimestre y retrasa al tercero del 2013 la vuelta al PIB prepandemia

05 abr 2022 . Actualizado a las 16:06 h.

La economía española crecerá este año menos de lo esperado y seguirá conviviendo con una abultada inflación. Esas son las proyecciones hechas públicas este martes por el Banco de España, que cifra en el 4,5 % el avance del PIB para este año, a distancia del 7 % que esperaba el Ejecutivo y que tendrá que revisar este mes, y también casi un punto menos de su cálculo de diciembre. También los precios se mantendrán altos, en el 7,5 % de media en el ejercicio (más de doble de lo que esperaban en su última estimación, un 3,7 %), arrastrados por las tensiones de suministros y la elevada incertidumbre que está provocando la inesperada invasión rusa de Ucrania, «una perturbación económica muy severa».

En su Boletín Económico, que incluye el Informe Trimestral de la Economía Española y las proyecciones macroeconómicas 2022-2024, la institución que lidera Pablo Hernández de Cos, explica que espera que el impacto macroeconómico más intenso de la guerra en la economía nacional se registre en el segundo trimestre del año y que, en ausencia de una escalada en el conflicto, el dinamismo de la actividad aumente gradualmente en el segundo semestre. Sin embargo eso no impedirá que la recuperación del PIB prepandemia se retrase otra vez y no se espere hasta el tercer trimestre del 2023. 

En cualquier caso, el servicio de estudios de la institución espera que la actividad mantenga «un elevado grado de dinamismo» en los dos próximos años, con un crecimiento previsto del 2,9 % para el 2023 y del 2,5 % en el 2024. Igualmente, las tensiones inflacionistas cederían hasta un manejable 2 % el próximo año y al 1,6 % en el 2024, como consecuencia de la esperada «relajación de los precios» de la energía a partir de julio de este año, siempre que los efectos de segunda vuelta, es decir, la retroalimentación de las subidas de salarios y precios, sean reducidos. Aquí cabe recordar que el Banco de España lleva tiempo abogando por la moderación en la subida salarial que negocian ahora patronal y sindicatos dentro del quinto acuerdo nacional por el empleo y la negociación colectiva (AENC), un planteamiento al que se ha sumado el Ejecutivo, reclamando un pacto de rentas que los sindicatos exigen sea también fiscal y energético.

Las medidas del Gobierno para contener los precios restarán entre 0,5 y 0,8 puntos a la inflación media anual, según los cálculos del organismo, que no tienen en cuenta la propuesta de limitar a 30 euros en el mercado ibérico de electricidad el precio del gas para las centrales que usen esa materia prima en la generación eléctrica.

No obstante, el informe señala que esta medida podría suponer «un impacto significativo» sobre el precio de la luz pagado por los consumidores.

La menor demanda nacional frena el crecimiento

El menor crecimiento previsto para este año se explica fundamentalmente por el comportamiento de la demanda nacional (consumo e inversión), que pasa de aportar 4,4 puntos al crecimiento en las proyecciones de diciembre a sumar ahora solo 3,3 puntos.

Baja el consumo de los hogares, del 5,1 % al 4,5 %, y sobre todo la inversión, del 7,8 % previsto en diciembre al 4,5 % actual. Tras este frenazo en consumo e inversión está el miedo que ha generado la invasión rusa de Ucrania, que hace que hogares y empresas moderen su gasto en previsión de que lleguen vacas flacas. Y no solo eso. También pesan «las alteraciones en las cadenas de aprovisionamiento y, sobre todo, la merma de poder adquisitivo, como consecuencia del aumento de la inflación».

En particular, se verá resentida la capacidad de compra de los hogares de menores ingresos, para los cuales el gasto en bienes energéticos representa una proporción más elevada dentro del total.

Estos efectos adversos se podrían ver contrarrestados no solo por el plan respuesta a la guerra, sino también por la ejecución de los fondos europeos Next Generation EU, por unas condiciones de financiación todavía favorables (aunque algo más estrictas que en trimestres precedentes) y por la mejora gradual de la situación epidemiológica, añade el informe.

Para la demanda exterior se prevé un mejor comportamiento del esperado, ya que contribuiría con 1,2 puntos al crecimiento anual frente al punto esperado en las proyecciones anteriores.

El crecimiento del empleo cae a la mitad

El crecimiento del empleo se ralentiza a la mitad (1,9 %) respecto a las previsiones anteriores, mientras que la tasa de paro se mejora al 13,5 %, frente al 14,2 % estimado en diciembre.

Pese a la moderación en el crecimiento del PIB, el Banco de España espera que el impacto macroeconómico más intenso de la guerra se produzca en el segundo trimestre que acaba de comenzar y que, en ausencia de una escalada en el conflicto, el dinamismo de la actividad aumente gradualmente en el segundo semestre.

Una parte importante del crecimiento del 4,5 % previsto para el conjunto de 2022 se explica porque el elevado ritmo de crecimiento del PIB en la segunda mitad de 2021 impulsará por sí solo el avance de este año. El informe señala que incluso aunque el PIB no creciera en tasa intertrimestral en ninguno de los trimestres de este año, la tasa media anual sería del 3,1 %.