Los 400.000 nuevos fijos discontinuos harán que el paro suba menos en otoño

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Martina Miser

Cuando no estén en activo no computarán como parados, al igual que los trabajadores en ERTE, porque siguen teniendo contrato

04 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En mayo, por primera vez desde hace 14 años, el paro cayó en España por debajo de la barrera de los tres millones de personas. Un hito que, como sucedió el mes anterior cuando la Seguridad Social superó los 20 millones de afiliados, el Gobierno vendió como prueba de la buena marcha de la economía española pese a los lastres de la pandemia y la guerra.

Sin embargo, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijoo, quitaba valor a la rebaja del desempleo asegurando que las estadísticas se «maquillan», porque lo que antes era un contrato temporal ahora es un fijo discontinuo y «no computa en el paro».

La polémica no es nueva. Ya ocurrió en los primeros meses de la pandemia, cuando la oposición acusó al Ejecutivo de inflar artificialmente las estadísticas de cotizantes al computar como ocupados a los trabajadores afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE).

A continuación, algunas claves del impacto de los cambios de la reforma laboral en las estadísticas del mercado de trabajo.

¿Qué diferencia un contrato fijo discontinuo de uno temporal?

El fijo discontinuo, como recoge el Estatuto de los Trabajadores, es un «contrato por tiempo indefinido», es decir, sin fecha de finalización determinada, que se concierta «para la realización de trabajos de naturaleza estacional o vinculados a actividades productivas de temporada» —por ejemplo, los ligados a ciertas campañas agrícolas, turísticas o industriales que tienen un calendario definido cada año— y también para puestos «que, siendo de prestación intermitente, tengan períodos de ejecución ciertos». Lo que se busca es que, por ejemplo, si un hotel contrata cada año un camarero para cubrir la temporada turística entre abril y octubre, en vez de firmar cada año un contrato temporal (que puede ser con el mismo trabajador o con uno diferente cada vez) apueste por darle estabilidad al empleado haciéndolo fijo discontinuo, de forma que este se asegura que lo llamarán para trabajar al menos esos siete meses al año. Por su parte, las empresas, ahora que tantas se quejan de no encontrar mano de obra, consiguen fidelizar a sus plantillas.

¿Cuando el fijo discontinuo no está trabajando computa como parado?

No. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE, antiguo Inem) solo computa como paradas a aquellas personas que no tienen trabajo y que están inscritas en sus oficinas como demandantes de ocupación. En el caso de los fijos discontinuos no se dan las dos circunstancias, pues tienen una relación laboral, al igual que las personas en ERTE. Por este motivo, las estadísticas del SEPE diferencian entre parados registrados (en mayo, 2,92 millones) y demandantes de empleo (que incluyen a los anteriores, y se elevan hasta 4,25 millones). En esta última bolsa se engloban, entre otros colectivos, trabajadores en activo que buscan un empleo mejor que el que tienen, personas que buscan empleo pero con condiciones especiales de trabajo (en el extranjero, teletrabajo...) y aquellas que están en ERTE o los fijos discontinuos que no trabajan en ese momento.

Como recuerdan desde el Gobierno, esa forma de medir el paro no ha cambiado con la reforma laboral, sino que lleva años aplicándose.

¿Hay un trasvase de parados a esa bolsa de demandantes de empleo?

No, de hecho en el último año han bajado tanto las cifras de parados registrados (en casi 900.000 personas) como las de demandantes de empleo no parados (en más de 1,8 millones). En este último caso, por la vuelta de muchos trabajadores en ERTE a sus puestos de trabajo.

Ese trasvase, que es el que el PP califica de maquillaje y que no se produce ahora, sí se dará, con casi total seguridad, tras el verano. Hay que tener en cuenta que los más de 400.000 nuevos contratados fijos discontinuos desde la entrada en vigor de la reforma laboral se acaban de incorporar al mercado de trabajo y están en activo. Será cuando dejen sus puestos cuando se producirá ese efecto estadístico que critica la oposición: no estarán ocupados pero no computarán como parados, sino como demandantes de empleo, ya que no tienen disponibilidad plena para buscar un nuevo trabajo (su empresa puede llamarlos para que se incorporen de nuevo). De esta forma, las subidas del desempleo habituales en otoño serán este año mucho menos intensas de lo que era habitual cuando estos puestos se cubrían con contratos temporales, que al finalizar sí engrosaban el paro.

«Vamos a ver una ruptura en la serie del paro y no podremos comparar los datos de antes y después de la reforma», sostiene Valentín Bote, director de Randstad Research, que en declaraciones a la agencia Colpisa indica que no se trata de que se haya hecho «nada irregular, sino de que la manera de medir es diferente».

En el caso de la encuesta de población activa (EPA), el criterio es distinto, pues a los fijos discontinuos que no estén trabajando los cataloga como parados o inactivos en función de si está buscando activamente empleo y la disponibilidad para incorporarse a uno en caso de encontrarlo, como apuntan desde el INE.

Donde sí se notará la salida de la actividad de los fijos discontinuos será en las estadísticas de afiliación a la Seguridad Social, pues los fijos discontinuos, cuando no están trabajando, no computan como cotizantes, a diferencia de lo que sucede con los trabajadores en ERTE.

¿Pueden cobrar paro los fijos discontinuos?

Sí, si han cotizado el tiempo suficiente para tener derecho a la prestación. De esta forma, desde el SEPE explican que cuando finalice su temporada, el trabajador fijo discontinuo puede optar entre reanudar la prestación por desempleo que tuviese aprobada con anterioridad si aún le quedaban meses de disfrute o solicitar una nueva si ha cotizado al menos 360 días desde que solicitó ese paro anterior.