Los alimentos baten récords de precios con subidas de hasta el 65 % en un año

Ana Balseiro
ANA BALSEIRO MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Maruxa Alfonso

El IPC afloja por segundo mes y baja al 8,9 %, pero asfixia a las rentas bajas

09 dic 2022 . Actualizado a las 23:00 h.

La inflación aflojó en septiembre el nudo con el que ahoga el bolsillo de los ciudadanos desde hace casi dos años. Los precios cerraron a la baja —por segundo mes consecutivo—, al situarse en el 8,9 % interanual para el conjunto del país (una décima menos de lo adelantado hace dos semanas) y en el 9,2 % en el caso de Galicia. Quedan atrás los máximos históricos alcanzados en julio (del 10,8 y del 11,5 % respectivamente) y suponen un alivio respecto al mes de agosto de siete décimas en España y de ocho para los gallegos.

Sin embargo, este pequeño respiro en el coste de la vida no llega a todos los hogares por igual, ya que los componentes cuyos precios no dejan de subir son los que tienen un mayor peso relativo en la cesta de la compra de los consumidores con menos renta que, además, disponen de un menor colchón de ahorro para hacer frente a estos sobrecostes.

Definida también como un impuesto a los pobres, la inflación se está cebando especialmente con los alimentos y los productos más básicos, precisamente de los que los consumidores con menores recursos no pueden prescindir.

Así lo confirman los datos definitivos del índice de precios de consumo (IPC) publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que coloca al grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas como el que más a tirado al alza en septiembre, al incrementarse un 14,4 % interanual (seis décimas más que en agosto) y registrar la tasa más alta de toda la serie histórica, que arranca en enero de 1994.

Como muestra el gráfico adjunto, lo más básico es lo que más caro está respecto a hace un año. Así, el aceite de girasol incrementó su precio casi un 70 % respecto a septiembre del 2021, la harina casi un 40 %, la pasta —otro básico en la cocina de subsistencia— cerca de un 30 % y poco menos (un 28,1 %) se encarecieron salsas y condimentos.

También la leche entera, presente en todas las casas y más aún si hay criaturas, vio dispararse su precio un 25,3 %, igual que el de los huevos (23,6 %) o el de las legumbres y hortalizas (casi un 18 %), de las que se suele tirar para los socorridos platos de cuchara, en muchos casos convertidos en plato único, como advierten desde hace unos meses estudios realizados por expertos, que han constatado que la escalada de la inflación está obligando a cambiar los hábitos alimenticios de muchas familias.

El aceite de oliva, las patatas, el café, las carnes, el queso, el pan o las frutas y verduras también se han encarecido a doble dígito.

Subidas más contenidas han experimentado otros artículos básicos, como es el caso de la ropa de hombre y de mujer (3,6 % y 5 % interanual) o el calzado.

Rali histórico

Frente al rali histórico de los alimentos, los datos del INE sitúan el comportamiento de los precios de la electricidad y carburantes, que han actuado frenando ligeramente la subida del IPC del último mes. En lo que respecta a la energía eléctrica, ha hecho que los costes vinculados a la vivienda se hayan contenido más de diez puntos, hasta el 14,2 % interanual, mientras que hace un año era cuando la luz comenzaba a encarecerse sin control. La misma evolución ha seguido el gas en septiembre, suavizando su subida, algo que, sumado al tope ibérico, ha embridado algo los costes de la energía.

Por su parte, el transporte es ahora un 9,4 % más caro que en septiembre del 2021, aunque dos puntos menos de lo que lo era en agosto. Esto responde a la bajada del precio de carburantes y lubricantes, frente a la subida de hace un año. A la moderación de este grupo ha contribuido igualmente la entrada en vigor el 1 de septiembre de la gratuidad del ferrocarril para Cercanías y Media Distancia.

Alivio en la subyacente

Otro indicador que ofrece el INE es el de la inflación subyacente, que mide los precios excluyendo los productos más volátiles (alimentos no elaborados y energía). Esta ofrece una evolución del coste de la vida mucho más ajustada que la del índice general, ya que en septiembre la inflación subyacente anual disminuyó dos décimas, hasta el 6,2 %.

En lo que respecta al IPC medido sin el impacto de la variación de los impuestos, excluyendo la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y otras bajadas fiscales, los precios se situaron en septiembre cuatro décimas por encima de la tasa general del 8,9 %, alcanzando el 9,3 % interanual.

Estadística también incluye el índice de precios de consumo armonizado (IPCA), que es el que se emplea para comparar la evolución en la eurozona. En este sentido, el indicador se situó el mes pasado en el 9 % interanual, lo que supone un punto y medio por debajo de la tasa de agosto. La variación mensual fue del ?0,2 %.

Del mismo modo, cabe destacar que es la primera vez desde marzo del año pasado, cuando los precios comenzaron su escalada, que la inflación armonizada en España registra una tasa anual inferior a la media de la europea, que en septiembre fue del 10 %, un punto por encima de la española.

Los hogares encajarán un sobrecoste en comida de 830 euros anuales

La OCU ha estimado a cuánto ascenderá el sobrecoste anual que las familias españolas tendrán que asumir por la escalada de los precios de los alimentos. Y la factura no es menor, además de difícilmente asumible por muchos hogares, ya que según la organización de consumidores, rebasará los 830 euros al año.

Por este motivo, la OCU ha solicitado al Gobierno una suspensión temporal de impuestos ligados a la energía, así como aumentar las ayudas a los hogares.

En concreto, el IPC disminuyó siete décimas en septiembre en relación al mes anterior y recortó de golpe su tasa interanual 1,6 puntos, hasta el 8,9 %, bajando de los dos dígitos después de haber encadenado tres meses consecutivos por encima del 10 %.

Los precios de los alimentos subieron, de nuevo, y su tasa avanzó seis décimas, hasta el 14,4 %, la más alta en casi treinta años, desde el comienzo de la serie histórica, en 1994. «Y lo peor es que no parece que vayan a bajar mientras el elevado coste de la energía continúe gravando el coste de la producción, transporte y distribución de los alimentos», ha advertido la OCU en un comunicado.

En tasa mensual, las legumbres y hortalizas frescas se han encarecido en septiembre un 4,1 %, lo mismo que el arroz (2,4 %), la carne de ovino (2 %), el azúcar (1,9 %), la carne de cerdo (1,3 %), la leche y los productos lácteos (1,2 %) y los huevos (1 %), mientras que el aceite de girasol (-3,1 %), las frutas (-1,3 %) y el pescado tanto fresco como congelado (-0,6 %) se abarataron.

Comprar marca blanca

La OCU ha recomendado adquirir productos de marca blanca y priorizar los supermercados más baratos, pues, eligiendo bien el lugar donde se compra, se puede ahorrar hasta 1.000 euros de media al año, que rebasan los 3.500 euros en algunas ciudades.

«En el corto plazo nada hace pensar que la situación va a cambiar», dice en su comunicado, por lo que urge al Gobierno a tomar medidas «firmes y decididas» para cortar la subida de los precios, como suspender temporalmente los impuestos ligados a la energía (origen de la espiral inflacionista), y aumentar las ayudas a las familias vulnerables mediante cheques de alimentos.

«El enemigo 1, 2 y 3»

La OCU no fue la única en referirse este viernes al riesgo que entraña la inflación. También lo hizo la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, que calificó la escalada imparable de los precios como «el enemigo número uno, dos y tres, puesto que daña a las empresas y a las familias vulnerables».