La naviera construirá en el puerto exterior de A Coruña una planta de combustible renovable para suministrar a su flota
03 nov 2022 . Actualizado a las 20:49 h.La segunda mayor naviera de contenedores del mundo, la danesa Maersk, tiene previsto hacer de España uno de sus grandes centros de abastecimiento de combustible renovable para su flota, compuesta por unos 700 buques, con un proyecto presupuestado en unos 10.000 millones de euros de inversión y que generará 85.000 puestos de trabajo: 5.000 directos, 40.000 indirectos y otros tantos en la fase de ejecución. Así, se plantea construir en Galicia y en Andalucía sendas fábricas de metanol verde, el biocarburante que sustituirá al gasoil que emplean actualmente los cargueros y con el que prevé descarbonizar su flota.
Proyecto en firme todavía no existe. En junio dará más detalles. Pero el consejero delegado de la multinacional danesa, Soren Skou, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, firmaron este jueves un protocolo general de colaboración «para explorar las oportunidades de producción de combustibles verdes a gran escala en España», informó la compañía.
La multinacional ha puesto el foco en Galicia y en Andalucía. Y no por casualidad. Maersk necesitará ingentes cantidades de energía renovable barata para elaborar un combustible competitivo con el que dar el salto hacia la descarbonización de sus barcos. Y en Galicia hay mucha eólica y más que habrá cuando se desarrollen todos los proyectos que tanto el Gobierno central como la Xunta tienen en cartera. Lo mismo que Andalucía con los parques fotovoltaicos. Además, fuentes de la Presidencia del Gobierno explicaron que tanto una comunidad como la otra están situadas en localizaciones estratégicas, en las rutas marítimas del Atlántico y del Mediterráneo por las que discurrirán los barcos de Maersk.
«Estamos viviendo una emergencia climática y necesitamos acelerar rápidamente la disponibilidad de futuros combustibles verdes. Estamos muy complacidos de explorar oportunidades con el Gobierno español, ya que el país tiene características clave para ayudar a resolver este desafío con sus grandes ambiciones de hidrógeno y sus objetivos de sostenibilidad. Al mismo tiempo, España abarca importantes recursos renovables y se ubica a lo largo de rutas marítimas clave», resumió Soren Skou.
Las mismas fuentes gubernamentales indicaron que el proyecto implicará una revolución en el diseño de esas rutas para que los barcos dispongan de puntos de aprovisionamiento de combustibles renovables.
La ubicación exacta de las fábricas de metanol verde no es oficial, aunque estarán situadas en terminales portuarias para que los barcos de Maersk puedan llenar sus depósitos. Sin embargo, fuentes conocedoras de la operación explicaron que la planta gallega estará situada casi con toda probabilidad en el puerto exterior de A Coruña, aunque desde la Autoridad Portuaria de esa ciudad declinaron realizar declaraciones al respecto. Tanto desde el Puerto de Ferrol como desde el de Vigo aclararon que desconocían el proyecto de Maersk.
De los 10.000 millones de inversión, alrededor del 40 % se destinará a las fábricas, mientras que el resto se dedicará a la construcción de instalaciones renovables que producirán la electricidad necesaria para obtener primero hidrógeno verde y, a partir de él, metanol, aunque también suscribirá contratos bilaterales de suministro (PPA) de energía con otros promotores. Una fórmula esta última que está proliferando para conseguir electricidad a precios más bajos con el objetivo de impulsar proyectos industriales.
Dos millones de toneladas al año
«La firma del protocolo marca un hito significativo en la colaboración [con el Gobierno] que, si se implementa en su totalidad, podría generar hasta dos millones de toneladas de combustibles verdes al año», informó la multinacional danesa. Esta necesitará seis millones anuales para alcanzar su objetivo de emisiones en el 2030 y cantidades aún mayores en el 2040, para cuando quiere llegar a las cero emisiones netas.
De momento, la multinacional ya ha encargado 19 buques capaces de funcionar con metanol verde para ponerlos en funcionamiento entre el 2023 y el 2025. Necesitarán 750.000 toneladas de combustible, que no serán españolas, porque fuentes gubernamentales explicaron que en el 2027 estaría operativa la primera fábrica española, pero no precisaron si la gallega o la andaluza, para comenzar inmediatamente después la puesta en marcha de la segunda.
Sánchez destacó que «España quiere liderar la descarbonización del transporte naval y ser uno de los corredores verdes más importantes del tráfico marítimo mundial».
El presidente gallego se enteró del proyecto poco antes del anuncio oficial
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, no conocía el proyecto de Maersk. «Recibimos hoxe a chamada do xefe de gabinete de Pedro Sánchez comunicando este anuncio e que os detalles os daría a propia empresa en xuño. Celebramos o que sexa bo para Galicia, pero non temos ningunha outra nova. Non temos nin tivemos participación nin noticia».
Rueda resaltó que «hai outros proxectos perfectamente pechados, que crearían miles de postos de traballo, pero que levan meses sen saber se van ter financiación ou non». Recordó «eses PERTE fallidos que se convocan e non teñen adxudicatario, eses PERTE que se reformulan e nunca saen, eses 20.000 millóns embalsados».
El presidente gallego valoró que «hai un panorama sombrío e moi preocupante da xestión totalmente centralizada dos fondos Next Generation, cunha participación mínima das comunidades autónomas. O resultado é moi preocupante. Levamos meses advertindo de que pasan os prazos e o único que se move é o calendario. Isto ten que cambiar. Debe descentralizarse a xestión. Así non imos ben».
Un gigante del transporte marítimo
Pero, ¿qué es exactamente Maersk? Se trata de un gran conglomerado danés dedicado básicamente a las actividades de transporte marítimo y energía. Y lo hace copando gran parte de este mercado. Porque desde el año 1996, el grupo puede presumir de ser una de las empresas de transporte marítimo de contenedores más grandes de todo el mundo. Para muestra, un botón: cada año se encarga de trasladar más de 12 millones de contenedores. Con sede en Copenhague, Maersk cuenta con oficinas en más de 135 países.
Maersk tiene historia. Mucha. Fundada a principios del siglo XX, el germen de la naviera surge de la compañía de vapores Dampskibsselskabet Svendorg, fundada por la familia Møller (concretamente por Peter Maersk Møller y su vástago A. P. Møller). La llegada de las vacas flacas obligó a los Møller a repensar el negocio. Tras conseguir algo de capital, se hacen con un barco de vapor y, a finales del año 1904, comienzan perfilar lo que sería la naviera del futuro. No les fue nada mal. Porque ya en el 1912, Møller hijo decide fundar otra compañía de buques de vapor, una empresa que se vio muy impulsada por los tormentosos vientos que trajo consigo la Primera Guerra Mundial. Mientras el mundo languidecía a causa del conflicto bélico, Maersk crecía de manera vertiginosa beneficiada por las necesidades de transporte que requería la guerra.
Con las dos empresas creciendo viento en popa, A. P. Møller siguió en su afán de diversificación y en 1918 puso en marcha un astillero en la ciudad danesa de Odense. Ya arrastrando dos décadas de experiencia a sus espaldas, Maersk empieza en 1928 sus primeros servicios de transporte regular con salidas mensuales. Si la Primera Guerra Mundial se convirtió en un impulso, la Segunda supuso un auténtico frenazo a la expansión de la firma. 36 de sus 46 barcos fueron requisados para el conflicto y 25 de ellos acabaron en el fondo del mar llevándose consigo la vida de 150 marineros.
Pero los Møller siguieron trabajando para sacar adelante un proyecto que dio su salto definitivo en la década de los 70. Tras varios años impulsándose gracias al bum del petróleo, en el año 1973 la empresa añade a su flota el primer barco de contenedores, el Svendborg Maersk, un buque con capacidad para 1.800 contenedores que tenía por objetivo aprovechar al máximo el espacio de las naves para transportar con el mínimo coste la mayor cantidad de mercancías posibles. La primera piedra del rentable negocio que en la actualidad domina en todo el mundo.
Y en esta pata de negocio les fue muy bien. En el año 1993, viendo el potencial de esta forma de transporte, Maersk decide expandirse en este sector adquiriendo y absorbiendo a otros competidores. Hasta hoy. Las cifras hablan por sí solas. En los nueve primeros meses del 2022, Maersk obtuvo un beneficio neto de 24.340 millones de dólares (24.581 millones de euros), más del doble de lo que había logrado solo 12 meses antes.
¿Qué está pasando en este sector para que la naviera haya cosechado tremendas cifras? En el último año, el precio de alquiler de los contenedores (los conocidos como fletes) ha escalado de manera vertiginosa debido a los cuellos de botella que está sufriendo el comercio mundial. Maersk trabaja a destajo, sin descanso, acaparando alrededor del 20 % del transporte mundial de mercancías por mar. Según los últimos resultados que presentó la compañía, solo un 0,6 % de todos los cargueros se mantuvieron inactivos durante el tercer trimestre del año, un dato completamente inusual. Otro dato que puede ayudar a dar cuenta de las cifras que hay detrás de la compañía, el precio de los fletes aumentó un 229 % en el tercer trimestre en comparación con el mismo período del año pasado, aupado básicamente por la alta demanda. De hecho, las tarifas de la propia naviera danesa han pasado de 1.909 dólares por un contenedor estándar a 3.561 dólares.
Maersk no quiere quedarse atrás. Con más de un siglo de actividad a sus espaldas, este coloso de los mares busca ahora seguir caminando de la mano de las energías verdes. Y parece que Galicia puede convertirse en su nuevo impulso en esta carrera.