La naviera danesa conecta el puerto marinense con Algeciras con un buque que lleva contenedores a otro de mayor tamaño y con un tren con carga refrigerada
03 nov 2022 . Actualizado a las 20:55 h.No es que un gigante de la logística como es Maersk —con una flota de más de 700 barcos que recalan en 300 puertos de 130 países—, se haya dado de bruces ahora de repente con un rincón en la esquina de Europa para desplegar su megaproyecto energético que le ayudará a cumplir su objetivo de llegar al 2040 con cero emisiones netas.
Aunque no precisamente el de A Coruña —donde no opera directamente—, los puertos gallegos no escapaban a esa telaraña que el conglomerado danés del transporte ha tejido por tierra, mar y aire para poner cualquier tipo de mercancía —seca o refrigerada— dondequiera que sea en el mundo. La división española de la que es la segunda mayor naviera del mundo —se ha caído de lo alto del podio a principios de este año— tiene sede central en Madrid, oficinas cerca de los siete principales puertos del país y ofrece soluciones de envío desde —y hacia— los puertos de Algeciras, Almería, Barcelona, Bilbao, Cartagena, Las Palmas (Gran Canaria), Marín, Santa Cruz (Tenerife), Sevilla, Valencia y Vigo.
A esta última terminal llegaba una línea regular, con periodicidad semanal, que traía fruta desde Sudamérica, un servicio que después acaparó Marín, pero que ya no conserva.
Sin embargo, el marinense continúa siendo clave en la red logística que Maersk tiene desplegada en España. En una doble vertiente: por tierra y por mar. En lo que respecta al transporte marítimo, el Puerto de Marín sirve de escala a un barco feeder (un buque portacontenedores que lleva carga que introducir en otro de mayores dimensiones) con periodicidad semanal que conecta la terminal pontevedresa con Algeciras. Gracias a esa conexión con el hub que es el puerto andaluz, desde Marín puede «traerse y llevarse mercancía de y a cualquier parte del mundo», apuntan desde la Autoridad Portuaria.
Por tierra, Maersk también conecta Marín con Algeciras. Lo hace a través de un tren, que también hace el recorrido con periodicidad semanal —llega el miércoles a Galicia y sale hacia el sur los viernes—, cargado con carga refrigerada en contenedores reefer. Es, apuntaron desde el puerto marinense, el trayecto ferroviario más largo de España con este tipo de mercancía, un total de 1.650 kilómetros.