Stellantis Vigo negocia con el Gobierno incentivos vitales para garantizar su futuro en Galicia

Manoli Sío Dopeso
m. Sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

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La multinacional condiciona una inversión de 600 millones y la adjudicación de un nuevo modelo a las ayudas que reciba

16 ene 2023 . Actualizado a las 19:27 h.

«Cada día que pasa el riesgo de deslocalización de la planta de Stellantis en Vigo es mayor. Si no hay una respuesta inmediata, será mayor». Esta afirmación del vicepresidente primero de la Xunta y conselleiro de Economía, Francisco Conde, hecha en la radio pública gallega este domingo, ha activado todas las alertas.

Las palabras de Conde iban dirigidas al Ministerio de Industria, donde ayer tuvo lugar la segunda reunión de la mesa de negociación constituida hace casi dos meses para buscar una vía de acceso de Stellantis Vigo a los fondos europeos. Entrada que podría llegar en un segundo PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado, con un plazo de ejecución más amplio que la primera convocatoria, que dejó prácticamente fuera —con solo cinco millones de euros adjudicados, frente a los 400 de Seat Volkswagen—, a la planta gallega.

La presión de la Xunta al Gobierno se enmarca en un contexto político de competitividad para captar y gestionar el dinero de Europa, pero ¿está realmente en riesgo de deslocalización Stellantis Vigo? La respuesta, según distintas fuentes consultadas del sector de la automoción, es que sí lo está. «Nadie habla de cierre, ni de que se lleven la planta a otro país. Estamos hablando de deslocalización de una parte de la producción si no se hacen las inversiones necesarias para conseguir un nuevo modelo, y eso sí que está en riesgo», explican desde el motor gallego.

El plan industrial del grupo que lidera el portugués Carlos Tavares, volcado en la electromovilidad, contempla la instalación en sus principales plantas de nuevas plataformas para fabricar la próxima generación de coches eléctricos de Stellantis (Peugeot, Citroën, Opel, Fiat-Chrysler y hasta 14 marcas diferentes).

De esa nueva plataforma depende que la planta gallega pueda conseguir la asignación de un nuevo modelo, que sustituirá al todocamino Peugeot 2008, uno de los superventas del grupo, cuando este finalice su periplo en el mercado. Dicho de manera resumida, si no hay inversión —600 millones de euros—, no habrá nueva plataforma, y no llegarán nuevos modelos a Vigo, que serán desviados a otras plantas en las que el grupo Stellantis ya ha comprometido los desembolsos para su instalación.

¿A qué plantas? Las posibilidades son muchas, porque Stellantis, tras adquirir Opel y Fiat, cuenta con una treintena de centros de producción repartidos por todo el mundo, pero por citar las más próximas, las mejor situadas son las fábricas de Kenitra (Marruecos) y Trnava (Eslovaquia), o alguna en Italia, países a los que Tavares ha asignado inversiones y nuevos modelos porque sus gobiernos han apoyado económicamente los proyectos del grupo.

 Fondos y rebajas fiscales

La política de inversiones de Stellantis la ha dejado meridianamente clara su presidente en distintas ocasiones. Defiende la tesis de que si Bruselas ha marcado una hoja de ruta para la descarbonización del automóvil que ha impuesto a la fuerza a los fabricantes, sin consultar con ellos, los ejecutivos deben apoyar a la industria del automóvil es ese proceso.

El Gobierno de España ha recogido el guante, y prueba de ello son las millonarias ayudas concedidas a Seat Volkswagen, o incluso a la planta de Stellantis en Zaragoza, que recibirá algo más de 52 millones de euros con cargo al primer PERTE.

Pero las negociaciones para garantizar el futuro de la fábrica de Vigo parece que no avanzan, o eso es lo que se deduce al termino de la reunión de ayer en Madrid, de apenas una hora, a la que Industria acudió sin propuestas, a la espera de recibir el visto bueno de Bruselas para la convocatoria de un segundo PERTE dotado con más de 2.000 millones de euros, el dinero de la primera convocatoria que quedó sin asignar.

Según distintas fuentes, Industria ha pedido al constructor que presente un plan desglosado de inversiones, previsiblemente con la finalidad de establecer un calendario de financiación del proyecto por fases. En el paquete de demandas de Stellantis figuran otras cuestiones que el grupo considera estratégicas para su futuro en Vigo, como una infraestructura de alta tensión de abastecimiento eléctrico, o mejoras en materia de fiscalidad, como la rebaja de los cánones que Stellantis paga a Zona Franca.

«El objetivo de la reunión ha sido actualizar los proyectos de Stellantis en España y analizar el apoyo público que pueden recibir para liderar la movilidad sostenible y la digitalización en las plantas de Madrid, Vigo y Zaragoza» se limitó a decir Industria.