Endesa duplica la inversión para el desmontaje de la térmica de As Pontes

Beatriz García Couce
Beatriz Couce REDACCIÓN

ECONOMÍA

La térmica de Endesa, en sus últimas horas de operación
La térmica de Endesa, en sus últimas horas de operación JOSE PARDO

La eléctrica eleva hasta 114 millones de euros el importe de unos trabajos cuyas tareas previas comenzaron y en los que empleará a 130 personas

18 dic 2023 . Actualizado a las 17:44 h.

Oficialmente, los trabajos de desmantelamiento de la central térmica de Endesa en As Pontes —que el pasado octubre puso fin a cuatro décadas de operación— darán comienzo en abril del próximo año, una vez que el Concello emita la licencia de obra correspondiente. Sin embargo, sobre el terreno las primeras tareas preparatorias para ese proceso ya se han iniciado. El phase-out tiene por objetivo «la desenergización de la instalación y el vaciado, limpieza e inertización de equipos y sistemas en la resolución de salvaguardas que permita la continuidad en el funcionamiento de los sistemas auxiliares que deben permanecer operativos durante los trabajos de desmantelamiento», según reseña Endesa. El desmontaje tendrá un plazo de ejecución de cuatro años. La compañía eléctrica duplicará la inversión inicial para materializar las obras, al pasar de los 50 millones previstos a 112. 

El desmontaje de las instalaciones tendrá que efectuarse con la particularidad de que tienen que mantenerse operativas algunas dependencias y servicios de la central. Es el caso de la planta de agua desmineralizada que presta servicio al ciclo combinado de As Pontes hasta que se construya una nueva o el laboratorio ubicado en el emplazamiento de la térmica y que da servicio a otras unidades del grupo, que será reubicado en la antigua villa minera.

La licitación abierta por Endesa para acometer ese proceso de desmantelamiento se resolverá en los primeros meses del próximo año. Los primeros cálculos apuntan a que la compañía adjudicataria empleará a una media de 130 trabajadores directos durante los próximos cuatro años, aunque habrá puntas de ocupación en los que se llegará a los 200. Tal y como ha sucedido en otras zonas en las que la empresa clausuró otras centrales térmicas, dará prioridad a la contratación de personal de la zona y trabajadores de las firmas subcontratistas de la planta.

Un amplio elenco de perfiles profesionales participarán en las tareas. Trabajadores de las ramas eléctrica, mecánica, obra civil, limpieza industrial, descalorifugado y desamiantado, personal de administración y de gestión de obra acometerán las tareas. Endesa estima que serán necesarios jefes de equipo, técnicos especialistas, oficiales, peones, ayudantes, transportistas, maquinistas, soldadores, instaladores, andamieros, técnicos de calidad, medioambiente, obra, mantenimiento, personal especialista para equipo de rescate y técnicos de prevención de riesgos laborales y recursos preventivos.

Para realizar el proceso, Endesa ha definido varias zonas con características propias y específicas desde el punto de vista de la ubicación, las técnicas y maquinarias de demolición, con el fin de optimizar los trabajos. Son las de turbinas; calderas; desulfuración y desnitrificación de gases; parque de carbones cubierto; parque de carbones de Saa; chimenea; torres de refrigeración; edificios y estructuras varias, y elementos singulares.

Beatriz Muñiz, directora de Proyectos Térmicos de Endesa Generación, explica que será posible trabajar en paralelo en las distintas áreas. No obstante, habrá un denominador común: en todas se iniciarán los trabajos por la retirada del aislamiento térmico —en los casos en los que este exista— para posteriormente continuar con el desmantelamiento electromecánico de equipos y sistemas. Cada zona tendrá su secuencia propia de desmantelamiento en función de sus características y de los equipos que la integran. 

Parque de carbones

En paralelo al desmontaje de la central se producirá también el del parque de carbones de Saa. En este último emplazamiento irá ubicada la bioplanta de Ence para la recuperación de fibras y papel y posteriormente para la fabricación de papel tisú. Es uno de los proyectos que se enmarcan en el Plan Futur-e impulsado por Endesa para propiciar la reindustrialización en las zonas afectadas por el cierre de térmicas. De ahí la necesidad de que quede la superficie libre para que Ence pueda iniciar las obras de esas factorías, que serán alimentadas energéticamente con una planta de biomasa. 

Muñiz añade también que en la central «se priorizarán los trabajos que generen interferencias con la construcción de la futura línea eléctrica y subestación que construirá la filial renovable de Endesa y que permitirá la evacuación de los futuros parques eólicos que tiene previsto desarrollar en la zona». Una vez que finalicen los trabajos de desmantelamiento se abrirá otra fase, la de remediación de suelos y de ejecución de la adecuación y clausura del vertedero de residuos no peligrosos que tiene la central. Estos trabajos serán objeto de proyectos específicos.

Por otro lado, hay que recordar que, en julio del 2022, la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia, incoó el procedimiento para declarar bien de interés cultural la chimenea de la central. Desde ese momento se inició un plazo de 24 meses para resolver ese expediente. Así, en julio de 2025 la Xunta debe decretar si inicia el procedimiento como BIC de la chimenea o no. Esto condicionará los trabajos a ejecutar, ya que, en el caso de que haya que mantenerla, no los impedirá, pero tendrá que optar por procedimientos menos convencionales que los utilizados en otros procesos similares en térmicas de la empresa. Consecuentemente, también serán más caros que los habituales. No obstante, si se mantiene, el espacio para futuros proyectos industriales se verá reducido notablemente.

Un proceso largo y complejo con especial atención a las tareas en altura

El desmontaje de las centrales térmicas es un proceso complejo que, debido a su envergadura, presenta grandes riesgos y en los que se deben de implementar todas las medidas preventivas para garantizar la seguridad de los trabajadores. Endesa considera que las tareas más críticas son aquellas que conllevan la realización de trabajos en altura. Además, en este tipo de proyectos también son especialmente sensibles los trabajos que implican las voladuras controladas. Son tareas que precisan de un elevado número de estudios técnicos y trabajos previos para garantizar que las detonaciones se realicen con éxito y con los mayores niveles de seguridad para todos los implicados en las mismas.

Las instalaciones de la antigua villa minera sucumbirán a demoliciones por voladura

Los procesos de desmantelamiento de centrales térmicas en España, auspiciados por la transición energética hacia fórmulas de generación menos contaminantes, han implicado en algunos casos trabajos que han llamado la atención por su espectacularidad. Es el caso de la demolición por voladura controlada, tanto para estructuras de hormigón como para estructuras metálicas. Chimeneas y torres de refrigeración de plantas que ha clausurado la eléctrica han sucumbido a la dinamita. Beatriz Muñiz confirma que esta técnica se empleará también en As Pontes, «si bien se analizará en cada caso el impacto de su utilización en las distintas estructuras sobre elementos existentes y que deban permanecer», con el fin de poder tomar la decisión más adecuada en cada caso.

Además, explica que las voladuras implican que la exposición al riesgo de los trabajadores, sobre todo aquellos relativos a los trabajos en altura, sea menor y por eso se priorizan sobre el empleo de técnicas por desmantelamiento mecánico. «Si bien, hay que decir, que cual metodología que se emplee, sea mecánica o por voladura, son técnicas perfectamente válidas y seguras siempre que se implemente las medidas de prevención y de seguridad adecuadas», reseña Muñiz.

Los trabajos generarán alrededor de 90.000 toneladas de residuos. De ese montante total, más del 90 % se gestionará como material valorizable, «cumpliendo así con el ambicioso compromiso con la sostenibilidad que tiene Endesa en el proceso de desmantelamiento de sus centrales», afirma la directora de Proyectos Térmicos de Endesa Generación.

Economía circular

Además, la compañía eléctrica, al igual que ya está haciendo en el resto de los proyectos de desmantelamiento que está llevando a cabo, implementará el modelo de economía circular que tiene definido. Para ello se optimizará el rendimiento de los recursos disponibles reutilizando materiales, equipos y componentes in situ, destinándolos a otras instalaciones propias de Endesa o bien mediante la venta o cesión a terceros. Todo, con el objetivo de reducir al máximo la cantidad de residuos que haya que depositar en vertedero. Los primeros pasos para acometer el desmontaje de la central pontesa ya se han dado, aunque resta un proceso largo y complejo en el que está volcada la compañía.