La carrera para presidir el BEI entra en su recta final, con Calviño como clara favorita

Olatz Hernández BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

POOL | REUTERS

El voto de Francia, que aún no ha revelado a quién apoya, será clave

07 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La carrera para el relevo en la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) entra en su recta final con la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, como clara favorita. Según fuentes gubernamentales, la candidata española logró ganarse esta misma semana el favor de Bélgica, un apoyo clave que podría ser el último impulso que necesita para hacerse con el cargo, al que también aspira la comisaria de Competencia en excedencia, la danesa Margrethe Vestager. Se espera que la votación final tenga lugar durante la reunión que celebrarán mañana en Bruselas los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE), y todo apunta a que será Francia con su voto —que aún no ha hecho público— el país que tenga la última palabra.

Bélgica es el país encargado de coordinar el proceso de sustitución del actual presidente del BEI, Werner Hoyer. Sin embargo, las negociaciones llevan encalladas desde septiembre. El motivo: había dos claras favoritas y el ministro de Finanzas belga, Vincent van Peteghem, no quería celebrar una votación sin que hubiera una «candidata de consenso». Pero ahora parece que la hay. Peteghem envió esta semana una carta al resto de ministros de la UE dando su apoyo a Calviño como próxima presidenta del BEI, tras las consultas llevadas a cabo entre los Estados miembros, lo que supone un nuevo impulso a su candidatura. Se espera que la votación tenga lugar mañana y, a pesar de tener el apoyo de varios países, todo dependerá del voto de Francia, uno de los estados con más peso en este órgano financiero. De comprobarse que no hay una candidatura con el respaldo suficiente, los belgas tratarán de posponer la votación.

Italia apoyará a Vestager

La ministra española debe lograr el voto favorable de 18 Estados miembros, que tengan al menos un peso del 68% en el accionariado del BEI. Alemania, a través de su canciller Olaf Scholz, ya ha hecho público que respaldará a Calviño. El país tiene un peso del 18% en el órgano financiero —al igual que Francia e Italia—. España es el cuarto accionista con el 11%, seguida por Bélgica, los Países Bajos y Polonia (con cerca del 5%).

Su principal rival, la danesa Vestager, cuenta con el apoyo de Dinamarca, Bulgaria y Grecia. También podría recibir el de Finlandia, los tres bálticos e Italia, que la semana pasada ya dejó entrever que la apoyará si su candidato, el exministro de Finanzas Daniele Franco, no sale elegido. Además del voto de Francia, queda por ver a quién apoyarán Suecia y Polonia en el caso de que descarten a sus candidatos, el exministro de Energía sueco, Thomas Östros, y la antigua titular de Finanzas polaca, Teresa Czerwinska.

Hace más de tres años, en julio del 2020, Calviño era también la favorita en la carrera para la presidencia del Eurogrupo, pero, en el último momento, y pese al apoyo de Francia y Alemania, su aspiración se vio frustrada. En un giro inesperado, los países miembro se decantaron por el irlandés Paschal Donohoe. Habrá que esperar a mañana para ver si, en esta ocasión, se cumple el guion previsto.

España asume el recorte anual de deuda que pide Berlín en su propuesta de reglas fiscales

Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea intentarán hoy cerrar un acuerdo sobre las nuevas reglas de disciplina fiscal. Lo harán sobre la base de una propuesta de la presidencia española que recoge el planteamiento de Alemania de exigir recortes anuales mínimos de la deuda a los países más endeudados.

El documento elaborado por España, al que tuvo acceso Efe, servirá de base para la discusión que mantendrán los ministros durante la cena que se celebrará tras la reunión de los titulares de Finanzas de la eurozona (Eurogrupo), y que podría prolongarse toda la noche e incluso hasta el viernes, con el objetivo de cerrar el acuerdo.

En concreto, el borrador español plantea que los países que superen el umbral de deuda del 60% del PIB tengan que hacer una reducción «media anual mínima» de un punto porcentual cuando la ratio supere el 90% del PIB y de medio punto cuando se encuentre entre el 60 y el 90%.

La propuesta atiende así la principal reclamación planteada por Berlín, que pedía un ajuste anual del 1% al que inicialmente se opusieron varios Estados por considerar que podía ser en ciertos casos aún más estricto que las normas actuales, e incorpora además la idea alemana de exigir un colchón adicional incluso a aquellos países que no rebasen el tope de déficit público del 3% del PIB.

La Comisión Europea, señala el documento, tendrá que «asegurar que el ajuste fiscal continúa» hasta que el país sitúe su déficit en el 1,5% del PIB en circunstancias económicas normales, con el fin de dejar «margen de maniobra» en los presupuestos. En aquellos casos en que el déficit público supere el 3%, la propuesta prevé exigir al país un recorte anual mínimo de medio punto.