La posible bajada de los tipos de interés este mismo año empuja al alza el metal precioso
06 mar 2024 . Actualizado a las 21:08 h.La onza de oro troy, activo refugio por antonomasia, ha perforado por segunda jornada consecutiva sus máximos históricos al anotarse un alza del 1% y tocar los 2.150 dólares tras las palabras del presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Jerome Powell, que ha apuntado ante el Congreso de ese país que ve probable que el organismo empiece a bajar los tipos de interés este año si la economía estadounidense «evoluciona como se espera».
Según los datos del mercado consultados poco después del cierre de las bolsas europeas, el metal precioso ha llegado a subir un 1%, a 2.150,08 dólares la onza. En lo que va de año, el oro acumula una revalorización del 4%.
El oro consiguió ayer, poco después de la apertura de Wall Street, una subida del 1,27%, situándose a 2.141 dólares, alcanzando así un máximo histórico -superado este miércoles- y batiendo la marca previa del pasado 4 de diciembre, cuando tocó los 2.135 dólares.
El oro, que cotiza en dólares, guarda una relación inversa con el billete verde: un dólar débil encarece al oro, ya que harían falta más billetes verdes para su obtención y viceversa. En ese sentido, los inversores parecen ver cercano un recorte de los tipos de interés -el llamado precio del dinero- por parte de la Fed, si bien Powell ha declarado que «la Fed necesita mayor confianza en que la inflación baje para recortar los tipos».
A propósito de este reciente repunte del oro, el experto de Julius Baer, Carsten Menke, ha comentado que los precios del oro se vienen disparando desde que comenzó la semana a pesar de que los motores habituales del oro -el dólar, el bono estadounidense y la búsqueda de un valor refugio- no se movieron.
En ese sentido, ha aducido que «parece que el oro recibió un impulso del bitcóin», otro activo considerado alternativo por los inversores y que también ha batido esta semana sus máximos históricos al superar los 69.000 dólares tras un importante rali alcista que empezó en enero por la aprobación en Estados Unidos de los fondos cotizados (ETF) de esta criptomoneda.
«Este optimismo parece estar desbordándose hacia el mercado del oro, aunque el contexto fundamental es muy diferente al del bitcóin», ha apuntado desde Julius Baer para seguidamente explicar que, salvo una recesión en Estados Unidos y un giro de la política monetaria estadounidense en forma de recortes de tipos, considera que «los precios del oro están sobre una base inestable y hay más desventajas que ventajas a medio y largo plazo; dicho esto, los riesgos de precio a corto plazo están sesgados al alza».
Por su parte, el gestor de inversiones, oro y plata de Jupiter AM, Ned Naylor-Leyland, ha explicado que una de las principales razones de la resiliencia del oro, a pesar del elemento en contra que suponen las elevadas tasas de interés reales, es la acumulación soberana (por parte de los Estados) del metal precioso.
En ese sentido, ha cifrado que los bancos centrales globales compraron 1.037 toneladas durante el 2023, el segundo total anual más alto registrado. Asimismo, ha apuntado que los flujos de lingotes también han sido particularmente fuertes en el Este a la vista de las recientes retiradas de la Bolsa de Oro de Shanghái (una manera de medir la demanda total en China), que ha alcanzado el nivel más alto desde julio del 2015.
Con todo, ha apuntado que pese a la fuerte demanda de Asia, los inversores occidentales «permanecen en gran medida al margen, como evidencia la caída en de los ETFs (inversiones en futuros) de oro».
«Creemos que la actual dinámica de flujos negativos en los ETFs cambiará significativamente a favor del activo toda vez que el oro rompa de manera decisiva la cota de los 2.150 dólares la onza», ha pronosticado.
La cotización del oro resurgió con fuerza por el regreso a primer plano del conflicto palestino-israelí, en tanto que desde el pasado 7 de octubre -día del ataque de la milicia islamista Hamás sobre territorio israelí- el metal acumula una revalorización de más del 15%.
De esta manera, impulsado por los riesgos geopolíticos y la compra masiva por parte de los bancos centrales, el oro alcanzó a principios de diciembre una nueva cota para sus registros históricos por encima de los 2.100 dólares.
Anteriormente a esa racha alcista del pasado otoño, la última vez que el oro cotizó por encima de los 2.000 dólares fue en mayo del 2023 por la tensión en el conflicto ucranio y los coletazos derivados de la crisis de la banca regional estadounidense, así como la quiebra de Credit Suisse del pasado marzo, de tal manera que su valor alcanzó un valor de 2.063 dólares a principios de mayo.
Con todo, el anterior máximo histórico del oro -previo al del pasado diciembre de 2023- se produjo el 7 de marzo del 2022, cuando la onza tocó los 2.075 dólares, por el comienzo dos semanas antes de la invasión rusa de Ucrania. A su vez, también rondó esos niveles en agosto del 2020, tras el estallido de la pandemia.