Llega un «mundo energético muy diferente», con sobreproducción de gas y petróleo y el inicio de la «Era de la Electricidad»
ECONOMÍA
La Agencia Internacional de la Energía prevé bajadas de precios y pide a los Gobiernos utilizar los recursos para acelerar el despliegue de las fuentes renovables
16 oct 2024 . Actualizado a las 08:21 h.La Agencia Internacional de la Energía (AIE) lo tiene claro, en poco más de un lustro, el panorama mundial experimentará un profundo cambio, impulsado por la necesidad de reducir las emisiones de CO2 y de favorecer la generación con fuentes renovables. «En la segunda mitad de esta década, la perspectiva de un suministro más abundante -o incluso excedentario- de petróleo y gas natural, dependiendo de cómo evolucionen las tensiones geopolíticas, nos llevaría a un mundo energético muy diferente del que hemos vivido en los últimos años durante la crisis energética mundial», afirmó Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, que este miércoles ha publicado su informe anual. Así, dibuja un escenario que estará marcado por los riesgos geopolíticos, pero también por una oferta relativamente abundante de múltiples combustibles y tecnologías.
Precisamente la sobreoferta de las fuentes fósiles tendrá un efecto inmediato sobre los precios, con descensos acusados. «El respiro de las presiones sobre los precios de los combustibles puede proporcionar a los responsables políticos espacio para centrarse en intensificar las inversiones en transiciones hacia energías limpias y eliminar los subsidios ineficientes a los combustibles» grises, subrayan los autores del estudio. El informe pone fecha para el inicio del declive del gas, el petróleo y el carbón, situado a finales de esta década. Paralelamente, se prevé que las fuentes de bajas emisiones generarán más de la mitad de la electricidad mundial antes de 2030. «El consumo de electricidad ha crecido a un ritmo dos veces superior al de la demanda total de energía en la última década, y dos tercios del aumento mundial de la demanda de electricidad en los últimos diez años proceden de China», subraya la agencia.
Nadie duda del imperio de la electricidad: «En la historia de la energía, hemos sido testigos de la Era del Carbón y la Era del Petróleo, y ahora estamos avanzando a toda velocidad hacia la Era de la Electricidad, que definirá el sistema energético mundial en el futuro y se basará cada vez más en fuentes limpias». Y para la agencia, si hay un protagonista imbatible a nivel internacional en el ámbito de la energía, ese es China. «Ya se trate de la inversión, la demanda de combustibles fósiles, el consumo de electricidad, el despliegue de las energías renovables, el mercado de los vehículos eléctricos o la fabricación de tecnologías limpias, ahora estamos en un mundo en el que casi todas las historias energéticas son esencialmente una historia de China». El auge de las instalaciones de generación verde en este país es de tal calado que solo con su producción fotovoltaica podría abastecer por sí sola la demanda total de electricidad de Estados Unidos en la actualidad.
Pero para que la expansión de las fuentes verdes y principalmente de la electrificación se ejecute con éxito, la AIE pone deberes y apunta a la necesidad de acometer inversiones en redes de transporte y en almacenamiento. «En la actualidad, por cada dólar invertido en energías renovables, se gastan 60 céntimos en redes y almacenamiento, lo que pone de manifiesto que las infraestructuras de apoyo esenciales no siguen el ritmo de las transiciones hacia energías limpias», advierte.
Para Dave Jones, director del programa Global Insights del think tank Ember, «a medida que avanzamos en la era de la electricidad, la energía solar y las baterías se llevan la palma», de forma que «la AIE espera ahora para 2030 un 24 % y un 54 % más, respectivamente, de lo que preveía el año pasado por estas fechas».
«El despliegue de las energías renovables está creciendo rápidamente en todas las geografías, y la eólica y la solar son ya las fuentes de energía más baratas en la mayoría de los países del mundo. Con el cambio a fuentes de energía variables y la creciente electrificación de nuestras sociedades como estrategia clave de descarbonización llegan nuevos retos. Esto significa que el propio concepto de seguridad energética necesita una redefinición. Una transición justa y satisfactoria hacia la neutralidad climática, cuyo núcleo sea la seguridad energética, requiere marcos políticos y financieros sólidos que pongan la electricidad y las tecnologías limpias y asequibles al alcance de todos», reflexiona Frauke Thies, directora ejecutiva de Agora Think Tanks.
Más esfuerzos en la neutralidad climática
El informe presentado hoy subraya que las emisiones mundiales de dióxido de carbono alcanzarán su punto máximo de forma inminente, pero advierte de que no se están implantando medidas para reducir de forma drástica los niveles contaminantes. Por ello, «el mundo se encamina hacia un aumento de 2,4 °C en las temperaturas medias mundiales para finales de siglo, muy por encima del objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C». Las tensiones climáticas ya se dejan notar a través de distintos fenómenos meteorológicos extremos, lo que plantea profundos retos para el funcionamiento seguro y fiable de los sistemas energéticos. Además, sigue existiendo otra asignatura pendiente: la democratización del acceso a la energía. «En algunas regiones del mundo, los elevados costes de financiación y los riesgos de los proyectos están limitando la difusión de tecnologías energéticas limpias y competitivas en costes allí donde más se necesitan», incide el estudio. También pone el acento en que «la falta de acceso a la energía sigue siendo la principal desigualdad en el sistema energético actual, con 750 millones de personas -principalmente en el África subsahariana- sin acceso a la electricidad y más de 2.000 millones sin combustibles limpios para cocinar.