El Gobierno intenta ajustar el impuesto energético a las exigencias de los nacionalistas para salvarlo
ECONOMÍA
Ante la negativa de Junts y PNV, ofrece rebajas e incluso cederlo al País Vasco, aunque quede muy descafeinado al dejarlo permanente
24 oct 2024 . Actualizado a las 17:43 h.La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha admitido por primera vez la posibilidad de que el gravamen extraordinario energético y bancario no salga adelante, como tiene intención de prorrogarlo, ante las suspicacias mostradas por dos de sus socios parlamentarios, Junts y PNV, sobre la vigencia de este tributo. Montero insiste en la «vocación» del Ejecutivo para llevar adelante esta medida, pero al mismo tiempo ha reconocido que si no tienen el apoyo «suficiente» en el Congreso, no se podrá dar continuidad a esos impuestos.
Lo que ha expresado Montero es la frágil realidad parlamentaria con la que se mueve el Gobierno al necesitar los votos de los nacionalistas vascos y catalanes para sacar adelante la medida. Por eso, el Ejecutivo sigue negociando al límite para conseguir un acuerdo que permita incluir los cambios deseados antes del próximo día 30 en el proyecto de ley para aplicar un tributo mínimo a las grandes multinacionales. Y lo está haciendo ajustando varias artistas de esos gravámenes con las que intenta agradar a Junts y PNV.
En el caso concreto de las energéticas, con bonificaciones vinculadas a sus compromisos en inversiones verdes; y en cuanto a la banca, en lo relativo a las rebajas de las que podrían beneficiarse en función de las provisiones que realicen (el dinero que van reservando para hacer frente a impagos) para evitar problemas en el futuro.
Mientras el PNV exhibe sus recelos por el riesgo de que las empresas afectadas frenen sus planes de inversión y demanda que, en todo caso, la tasa se gestione por las Haciendas vascas, el PSE no solo apoya la extensión de la medida sino que arremete contra los jeltzales por querer «perdonar impuestos» a esas compañías, en particular a Repsol, cuyo consejero delegado, Josu Jon Imaz, es un «compañero de partido».
La tasa que grava los ingresos de las empresas energéticas nacionales como una fórmula extraordinaria y se aplica desde el año pasado, pero ahora el Ejecutivo de Pedro Sánchez quiere que sea definitiva. Para ello, y en paralelo a la negociación de los Presupuestos del 2025, necesita el apoyo de todos sus socios.
Junts ya ha mostrado su oposición total por temor a que Repsol paralice una inversión de 1.100 millones de euros en Cataluña, concretamente en Tarragona.
La banca muestra «su más enérgico rechazo» al tributo
Las asociaciones bancarias AEB y CECA salieron este jueves a escena para expresar su «más enérgico rechazo» a la medida que, según sus estimaciones, implica una merma de 50.000 millones de euros en la capacidad de financiación del sector bancario. A través de un comunicado conjunto, los representantes de las entidades advierten que, si se mantiene la iniciativa, «España se convertiría en la única jurisdicción europea con un impuesto permanente de estas características, lo que constituye una desventaja competitiva para los bancos españoles».