La Comisión Europea constata que no existen ayudas de Estado en esta operación, un paso más en el proceso que se prolongará por el análisis exhaustivo de Competencia
26 nov 2024 . Actualizado a las 18:07 h.La opa de BBVA sobre Banco Sabadell ha superado un nuevo trámite administrativo tras el aval concedido por la Comisión Europea para autorizar la operación. Bruselas entiende que no existen subvenciones de terceros países sobre el negocio y, por tanto, no se beneficiará de ayuda extracomunitaria para llevar a cabo dicha operación. Es uno de los requisitos que el Ejecutivo comunitario se encarga de valorar para autorizar este procedimiento que era prácticamente dado por válido en la mayor parte de los mercados.
La operación le fue notificada a Bruselas el pasado 21 de octubre y el plazo se extendía hasta este mismo 26 de noviembre. La Comisión estaba obligada a determinar si era necesario iniciar una «investigación en profundidad» o la fusión podía seguir adelante sin un examen de mayor dimensión. Finalmente, Bruselas se ha decantado por esta segunda opción. Los servicios de Competencia de Bruselas han decidido no investigar la operación bajo este nuevo marco de inversiones extranjeras. No se ha tratado de una autorización de concentración habitual, ya que bajo ese prisma está siendo estudiada a nivel nacional.
La autorización de la Comisión llega casi tres meses después del aval concedido por el Banco Central Europeo (BCE) para que BBVA compre Sabadell. En realidad, la del BCE era la autorización más importante para poder llevar adelante la fusión y la que el mercado daba por descontada. El banco central tenía como prioridad fijarse sobre todo en la solvencia bancaria y es partidario de concentraciones bancarias, aunque prefiere las transfronterizas que las nacionales. El Banco de España envió al BCE un informe favorable a la fusión hace unos días y también los reguladores británicos aprobaron el futuro control indirecto por el BBVA de TSB, filial del Sabadell.
Dos respaldos comunitarios
Con los dos respaldos comunitarios (BCE y Comisión Europea), la operación sigue a expensas de la 'fase 2' en la que se ha centrado la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), organismo que decidió hace dos semanas realizar un análisis mucho más profundo de la fusión y del impacto que tendría la operación en el mercado bancario español.
Se trata de una decisión que complica el objetivo del banco vasco ya que sabe que la dilación va en contra de sus intereses, aunque ya ha anticipado que no tira la toalla. «Seguiremos colaborando estrechamente con la CNMC para culminar cuanto antes el acuerdo de compromisos y la aprobación del expediente», señaló en su momento un portavoz oficial del banco. Tras conocer esta decisión, el consejero delegado de la entidad, Onur Genç, apuntó que si las condiciones que imponga el organismo presidido por Cani Fernández son demasiado restrictivas para la fusión y afectan a la rentabilidad prevista en la operación, BBVA retirará la oferta. «Tenemos la opción de dar marcha atrás en la opa», insistió.
La semana pasada la propia CNMC concluía que necesita un análisis más profundo ante el posible impacto negativo que podría generarse tanto en el crédito a pymes como en las condiciones comerciales a los particulares. Frente al riesgo de crédito a pymes -uno de los puntos que más preocupa no solo a Competencia, sino también al Gobierno e instituciones empresariales- BBVA se compromete a mantener todas las líneas de capital circulante (aquellas con un plazo de terminación o renovación igual o inferior a 1 año) en todo el territorio durante 18 meses.
La operación también está a la espera de que la CNMV apruebe el folleto, que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) adopte una resolución y que los accionistas del Sabadell acudan a la oferta pública de acciones si se realiza finalmente. El Gobierno tendría la última palabra, pero no podría vetar la compra, solo la fusión de ambas entidades tras la adquisición.