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El BCE rebaja al 2,5 % los tipos pero sugiere que pausará los descensos

Ana Balseiro
Ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE)
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE) RONALD WITTEK | EFE

Es la quinta bajada desde que viró su política monetaria, pero la incertidumbre geopolítica «gigante» amenaza con parar los recortes

06 mar 2025 . Actualizado a las 20:16 h.

El Banco Central Europeo (BCE) ha tomado este jueves su última decisión sencilla desde que decidió virar su política monetaria (en junio del pasado año) y comenzar a bajar los tipos de interés. El organismo que preside Christine Lagarde no se ha desviado de lo que tenía previsto y ha vuelto a rebajar en un cuarto de punto el precio del dinero -como ya hiciera en su reunión de enero-, dejándolo en el 2,50 %.

Lo que no está claro es que hará a partir de ahora el regulador bancario europeo, ya que la incertidumbre geopolítica actual -con la guerra comercial desatada por la escalada arancelaria de Donald Trump y la necesidad de aumentar el gasto en defensa por el giro de timón de Estados Unidos sobre la guerra en Ucrania, como principales preocupaciones- pueden obligar a poner en pausa la senda de bajada de las rebajas de tipos en la UE, que hoy ha sumado su quinto recorte. 

Hasta este jueves, la tasa de depósito, a la que el BCE remunera los depósitos a un día y refleja mejor la realidad de los tipos de interés en los mercados, estaba al 2,75 %, mientras que el tipo de interés principal del BCE, al que presta dinero a los bancos a una semana, está en el 2,90 %. Ahora se aplica una reducción del 0,25 %, de modo que el tipo aplicable a la facilidad de depósito quedará en el 2,50 %, con efectos a partir del próximo 12 de marzo.

Según ha informado el organismo, la decisión tomada «se basa en su evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, de la dinámica de la inflación subyacente y de la intensidad de la transmisión de la política monetaria».

A favor de continuar con las rebajas de tipos juegan factores como que la inflación de la eurozona se mantiene en niveles contenidos y que el crecimiento de la economía es débil, por lo que abaratar el precio del dinero impulsaría el despegue económico. Sin embargo, el Consejo de Gobierno del BCE está preocupado por la posibilidad de que la inflación vuelva a repuntar -el objetivo del supervidor es mantenerla en torno al 2 %-, algo que ya dejó por escrito en las actas de la reunión de enero.

 Además, la incertidumbre geopolítica actual y la aversión al riesgo llevan con frecuencia al dólar a apreciarse y esta apreciación podría desencadenar subidas de los precios de la energía y más inflación para la eurozona, ya que la energía se paga en esa moneda.

Por todo lo anterior, el mercado esperaba que la reunión de este jueves revelase diferencias de criterio en el seno del Consejo del BCE sobre qué hacer a partir de ahora con la política monetaria, habida cuenta de que la velocidad a la que se recortan los tipos es clave para alcanzar el objetivo de estimular la economía para ahuyentar el fantasma de la recesión, pero sin provocar un sobrecalentamiento que acabe disparando de nuevo la inflación. Sin embargo, en esta última reunión, tal y como señaló Lagarde, la decisión de bajar los tipos 25 puntos básicos se ha tomado por unanimidad -con tan solo una abstención-, pese a que la economía europea enfrenta «un panorama desafiante». 

Sin compromisos a futuro 

Precisamente por la incertidumbre actual, el BCE ha señalado hoy que irá tomando las próximas decisiones en función de la evolución de la inflación, «sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos» y marcado únicamente por el compromiso de mantener los precios en el entorno del 2 %. Y Lagarde insistió en el mismo mensaje durante la rueda de prensa que ofreció tras la reunión: «Existe una incertidumbre gigante y, en esas circunstancias, es más relevante que nunca no comprometernos a una senda concreta».

«El proceso de desinflación sigue avanzando», ha señalado el organismo en un comunicado, destacando que los precios han evolucionado «en consonancia con lo esperado» por sus expertos, que ahora consideran que la inflación general se situará, en promedio, en el 2,3 % en el 2025, en el 1,9 % en el 2026 y en el 2 % en 2027. «La revisión al alza de la inflación general para 2025 refleja un mayor dinamismo de los precios de la energía. También prevén que la inflación subyacente (excluidos la energía y los alimentos), se situará, en promedio, en el 2,2 % en 2025, el 2,0 % en 2026 y el 1,9 % en 2027», detallan.

Aunque el BCE también admite que la inflación interna «sigue siendo elevada, debido principalmente a que los salarios y los precios en algunos sectores están aún ajustándose a la anterior escalada con un retraso considerable», señala que el crecimiento de los salarios «se está moderando», y los beneficios están amortiguando en parte el impacto sobre la inflación.

Hace hincapié también en que la política monetaria está siendo «considerablemente menos restrictiva» -abriendo la puerta a pausarla- porque las bajadas de los tipos de interés están reduciendo el coste del crédito nuevo para empresas y hogares y el crecimiento de los préstamos está repuntando. Al mismo tiempo, las anteriores subidas de los tipos, que continúan transmitiéndose al saldo vivo del crédito, son un factor adverso para la relajación de las condiciones de financiación, y la concesión de préstamos sigue siendo, en general, contenida.

La incertidumbre y la guerra comercial atenazan el crecimiento

En lo que respecta al crecimiento de la economía, el BCE señala que «continúa afrontando retos», por lo que sus expertos han vuelto a rebajar sus proyecciones de crecimiento hasta el 0,9 % para el 2025, el 1,2 % para el 2026 y el 1,3 % para el 2027.

Las correcciones a la baja para este año y el próximo reflejan -dice el regulador- un «descenso de las exportaciones y la persistente debilidad de la inversión», atribuible en parte a la «elevada incertidumbre sobre las políticas comerciales y a la incertidumbre sobre las políticas económicas en general». El aumento de las rentas reales y la desaparición gradual de los efectos de las anteriores subidas de los tipos de interés siguen siendo los principales factores en los que se apoya la recuperación esperada de la demanda con el paso del tiempo, a juicio del BCE.