El plan de fusiones se quedó solo en dos experiencias, pero la viabilidad de la planta municipal sigue estando en cuestión
18 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Coinciden muchos antropólogos en que la parroquia es en realidad el verdadero marco identitario local de los gallegos, especialmente en la esfera rural. Tanto, que los alcaldes que gobiernan ahora los dos únicos municipios surgidos de las fusiones impulsadas por la Xunta (Oza-Cesuras y Cerdedo-Cotobade) creen que la experiencia no ha sido nada traumática, precisamente porque el apego primigenio es con la entidad parroquial y no tanto con los concellos, aunque la fenomenología en este ámbito es variada.
Esta realidad, por tanto, debería favorecer las fusiones, especialmente en los municipios menos poblados, en serio peligro alguno de ellos de tener una población casi anecdótica. El riesgo de despoblación podría conjurarse con la unión y las sinergias, en una comunidad donde hay ya 23 concellos con menos de mil habitantes. En la provincia de Ourense, en torno al 26 % de sus municipios está en esa franja demográfica dramática. Pero si no ha habido más fusiones se debe más a la resistencia de los poderes políticos locales que a la de los propios habitantes. Y, por supuesto, también se explica en que el final de la crisis económica cerró en falso el debate sobre la sostenibilidad de la planta municipal gallega y española.
Tanto Oza-Cesuras como Cerdedo-Cotobade salieron airosos de sus fusiones tras alguna oposición inicial, y buena parte de ese éxito se debió al dopaje presupuestario con el que la Xunta primó estos procesos de unión. Alfredo García, presidente de la Fegamp, suele recordar que el minifundismo local es mayor en otras comunidades: solo en Burgos hay más de 400 municipios y en provincias como Salamanca, Teruel o Zamora, los ayuntamientos con menos de mil habitantes suponen el 90 % del total. Estos datos, efectivamente, sirven para relativizar el problema de Galicia, pero no despejan el horizonte a medio plazo.
Carlos Ferrás Sexto, profesor de Geografía Humana de la USC, es un ardiente defensor de la reducción del número de concellos en Galicia. «Portugal tiene menos municipios que Galicia cuando es más de tres veces más grande en superficie y cuatro veces en población total. ¿Por qué?», se pregunta. Los actuales alcaldes de los dos concellos surgidos de procesos de fusión, Pablo González Cacheiro y Jorge Cubela, ambos del PP, también se sitúan en esa línea, apostando por una reforma radical en todo el Estado con fusiones de carácter obligatorio y no negociadas, como fue el caso de Galicia.. «Tenemos la misma planta municipal que cuando íbamos a caballo», suele decir Jorge Cubela.
Todos coinciden en que se necesita coraje político para acometer las reformas que son necesarias en el escenario municipal. ¿Lo habrá? ¿O se pensará antes en el desgaste que provocan las reformas profundas? El experto en población y territorio Carlos Ferrás da una fórmula: «Podemos pensar en municipios mayores de 10.000 habitantes como recomienda la Unión Europea, que creen centralidades clave, que ejerzan de centros urbanos capitales capaces de dinamizar el mercado de trabajo local». Es posible que una senda como esta genere más oposición, pero ahí queda la propuesta.