Los socialistas se mantienen como la fuerza más votada en la Cámara Alta pero acortan distancias con el PP; Vox consigue entrar y Ciudadanos se va de vacío
11 nov 2019 . Actualizado a las 01:24 h.De los 43 que obtuvo en el 2016 senadores a 121. El éxito de los socialistas en los comicios del 28 de abril se reflejó también en la Cámara Alta. Ahora vuelve a ser el partido con más senadores, pero su mayoría es mucho más discreta; tanto que pierde la mayoría absoluta. Pedro Sánchez y los suyos se quedarían así con el 98,45 % de votos escrutado, con 92 asientos. Por su parte, el Partido Popular logra una remontada y aportaría 83 senadores. Esto dejaría patente que, pese a la petición masiva que han hecho los votantes del autodenominado bloque constitucionalista de seguir la fórmula 1+1+1 (votar a un candidato del PP, otro de Ciudadanos y uno de Vox), por lo general, se ha tendido al voto útil. No obstante, los de Pablo Casado no logran recuperar una mayoría a la que se aferraban desde 1993.
La formación naranja continúa con su debacle perdiendo todo el peso que podría tener en el Senado, y se queda sin representación pese a los cuatro senadores que pudo aportar en abril. Vox, por su parte, entra por primera vez en el Senado, logro que no superó hace siete meses. ERC se queda como estaba; es decir, con 11 escaños, y el PNV se queda también en tablas con respecto a los anteriores comicos, con 9 senadores. Junts per Catalunya y Navarra Suma logran tres cada uno. La formación de Santiago Abascal entra por primera vez con al alcanzar 2 escaños, igual que una de las sorpresas de la noche, ¡Teruel Existe!; la Agrupación Socialista Gomera mantiene uno, como Coalición por Melilla y Bildu.
La situación en Galicia
El BNG no logra, tampoco en esta ocasión, enviar un senador a la Cámara Alta. En Galicia la foto es la siguiente: a expensas del recuento total, el PP gana las elecciones con 11 senadores por 5 de los socialistas, cuando en abril empataron a ocho actas.
La hermana fea del Congreso tiene, sin embargo, un papel fundamental en una coyuntura política en la que el artículo 155 es utilizada como moneda de cambio por partidos de todos los colores. Tiene relevancia también que Vox, que nunca ha ocultado su interés por dinamitar las comunidades autónomas, consiga representación en una cámara que, además de cumplir una función legislativa tiene también una labor presupuestaria y de integración territorial.