Sucedió en el 2009: Rajoy y Blanco o cómo jugarse la campaña estatal en Galicia
ELECCIONES 2020
La Voz de Galicia seguía los pasos de un día de recorrido electoral con los dos líderes nacionales. Los candidatos eran Feijoo y Touriño, pero la partida de Madrid se jugaba en el tablero autonómico
09 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Ambos dejaban Madrid para jugársela en casa. «Los dos gallegos con más poder en el PP y el PSOE lanzan su contracampaña para evitar que el 1-M les pase factura en Madrid». Así abría La Voz de Galicia su sección electoral en la carrera hacia los comicios autonómicos del 2009. Era la información que señalaba que Mariano Rajoy y José Blanco estaban a punto de recalar en Galicia para apoyar a sus candidatos: Alberto Núñez Feijoo y Emilio Pérez Touriño -este último, candidato a la reelección-.
«Los dos gallegos con más influencia en Madrid se juegan buena parte de su futuro político en los comicios autonómicos. De ahí que ambos decidiesen trasladar estos días a Galicia sus cuarteles generales para pelear por cada voto», explicaba la información del 18 de febrero del 2009.
José Blanco llegaba como vicesecretario general del PSOE -Rodríguez Zapatero era el presidente del Gobierno- y Mariano Rajoy lo hacía como líder de la oposición.
«Los protagonistas de esta partida establecen su propio diálogo político, siempre en clave estatal, y apenas interfieren en los actos de los candidatos del PSOE y el PP a la Xunta. Feijoo cuenta en los mítines centrales con la presencia de Rajoy, pero las agendas de Touriño y Blanco no se cruzarán ni un solo día», se explicaba en las páginas de La Voz en plana campaña electoral. Para el popular, «recuperar el granero gallego» suponía «emprender la reconquista» -en ese momento gobernada el bipartido PSdeG-BNG. Para el socialista, el reto pasaba por reeditar el bipartido. Algo que le reforzaría en «la carrera como candidato a un ministerio».
Su día a día
Apenas tres días después, dos equipos de La Voz de Galicia vivían una jornada de campaña electoral junto a ambos contendientes.
El 22 de febrero del 2009, bajo el título «El hombre tranquilo palpa la Galicia rural», el periódico relataba como Rajoy se sentía cómodo alejado del ruido mediático de Madrid.
Su día de campaña comenzaba en el Parador de Pontevedra. Allí estaba su esposa, Elvira, «que lo acompañará en todos los actos de la agenda». «Mientras se organiza el paseo electoral, salen a la terraza. Rajoy se lamenta de que apenas han disfrutado de un fin de semana libre desde hace tiempo. También dice que está intentando dejar de fumar...».
Es día para diferentes actos, entre ellos la conquista del rural. Rajoy se ha propuesto «ayudar a Feijoo en la zona rural con jornadas maratonianas de 500 kilómetros que incluyen aldeas con 50 personas»: «Esas zonas hay que trabajarlas bien», decía el candidato. En su recorrido, un admirador espontáneo. «Mira que gran home, mira que altura». El líder del PP «se ríe, y responde en un pulcro castellano». El admirador regresa a la máquina tragaperras: «Rajoy, mire se é vostede grande que ata me tocou o premio», cuenta la crónica.
Mientras, el vicesecretario general del PSOE tiene su cuartel general en Santiago. «A las ocho y media subió en el ascensor hasta la habitación 303 del hotel Palacio del Carmen. Rodeado de periódicos y con el televisor encendido como telón de fondo repasó su orden del día ante dos grandes jarras de café. Pero no toma café. Es de té verde», cuenta la crónica. Su siguiente paso, una entrevista en las ondas, para después atender a una llamada clave: «Un momento, presidente -por Rodríguez Zapatero- ahora te llamo que me están haciendo una foto». Sería la primera llamada del día con el jefe del Ejecutivo.
Ya en A Coruña, «Pepe dice que le gustan las campañas porque está en la calle, con la gente. Es capaz de capear las críticas y encajar las alabanzas, pero en su justa medida. "Es mucho peor cuando paseas por Madrid"».
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