Manuel Cabezas, candidato del PP en Ourense: «Intentaré un gobierno con PSOE y BNG, es una situación de emergencia»

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE / LA VOZ

ELECCIONES 28M

Manuel Jaime Cabezas Enríquez (Ourense, 1953) tiene dos hijos. En caso de ser alcalde, no concreta la cuantía de su salario, pero sería, en todo caso, inferior al del funcionario que más cobra, es decir, menos de 80.000 euros. «Eso lo tengo claro», dice. Al preguntarle por el libro que recomendaría, dice, dadas las circunstancias actuales, «Las mil y una noches», en recuerdo a Alí Babá y los cuarenta ladrones.
Manuel Jaime Cabezas Enríquez (Ourense, 1953) tiene dos hijos. En caso de ser alcalde, no concreta la cuantía de su salario, pero sería, en todo caso, inferior al del funcionario que más cobra, es decir, menos de 80.000 euros. «Eso lo tengo claro», dice. Al preguntarle por el libro que recomendaría, dice, dadas las circunstancias actuales, «Las mil y una noches», en recuerdo a Alí Babá y los cuarenta ladrones. Santi M. Amil

El aspirante popular evita nombrar a Jácome porque, según dice, prefiere «pensar que no existe»

26 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Alcalde entre los años 1995 y 2007, Manuel Cabezas reconoce que los audios de Gonzalo Pérez Jácome han hecho saltar por los aires la campaña. Dice, en todo caso, que no se arrepiente de su regreso. «Se juntan las ganas de hacer cosas con el sentimiento de vergüenza y de tristeza. Además hay mucha gente que dice ‘todos son iguales’ y no es verdad, no todos somos iguales».

—Aunque fue el PP quien hizo alcalde a Jácome en el 2019, este ya existía. ¿Qué pasó para que alguien como él llegase al cargo?

—No lo sé. En aquellos doce años que yo estuve, Jácome existía, pero no conseguía nunca nada. Ya tenía una televisión local y hacía lo que hizo siempre. Es duro decirlo, pero es fácil engañar desde una atalaya como esa. Hay gente que ha acabado comprando ese discurso de ir contra todo. Y eso, unido a un sentimiento de desamparo, hizo que muchos hiciesen un experimento. La desafección de la política y la búsqueda de cosas estrambóticas desgraciadamente nos llevan a esto. Puedo entender que eso pase en determinado momento, pero cuando ya has descubierto el muñeco... Ahí es donde la gente debe demostrar sentido común.

—Aunque se le escapó en su primera respuesta, hace usted siempre el esfuerzo de no nombrar nunca a Jácome. ¿Por qué?

—Pues no lo sé, no puedo. Siempre he sido respetuoso con todo el mundo y nunca he atacado personalmente a nadie. El odio oxida el cuerpo y yo no estoy dispuesto a odiar a nadie, pero lo que sí puedo intentar hacer es pensar que ese alguien no existe.

—Él sí que lo nombra a usted, recordando el caso por el que fue absuelto, pero que aún está pendiente de recurso. ¿Es algo que le inquieta?

—No, no me inquieta nada. Eso se ha utilizado como un arma arrojadiza contra mí durante mucho tiempo, cuando ya no tenía nada que ver con la política. En algún pleno, cuando ha habido alguna intervención en ese sentido, su opinión no era esa. Lo que pasa es que ahora, como soy su contrincante, ha cambiado. Yo es como si tuviese un certificado de buena conducta porque a mí me han mirado de los pies a la cabeza. Ha sido una persona que me ha perseguido durante ocho años de mi vida, que me ha hecho muchísimo daño desde el punto de vista humano, familiar y personal. Solo tendría que decirle que se lea la sentencia de la Audiencia y con eso es más que suficiente. Era todo un montaje contra mí, como se ha demostrado.

—Acostumbrado a gobernar con mayoría absoluta, ¿está preparado para hacerlo en minoría?

—Mi escenario siempre es el de la mayoría absoluta. En el año 95 era impensable y al final la tuvimos. Pero, aún teniendo yo mayoría absoluta, intentaré un gobierno con PSOE y BNG, es una situación de emergencia y yo creo que seríamos un ejemplo a nivel nacional.

—¿Habla de gobernar juntos?

—No me importaría absolutamente nada. Y, si no tuviera la mayoría absoluta, ya no es solo que no me importase, sino que además sería necesario. En las ciudades, a mi modo de ver, hay muy poco de ideología y, por lo tanto, ponerse de acuerdo no sería nada extraño.

—Usted ha descartado reiteradamente un nuevo pacto con Jácome. Pero, ¿y si la Diputación corre peligro de nuevo?

—No, lo he dicho yo el primero, que eso no pasará jamás. Lo ha dicho el presidente actual de la Diputación, Manuel Baltar, y lo ha dicho el presidente de la Xunta también. En caso de que no haya mayoría absoluta, tiene que gobernar la lista más votada, tanto en un sitio como en el otro. Un nuevo pacto es imposible.

—En el 2019 también parecía imposible y se hizo.

—Yo no viví aquel momento, pero lo que se dice es que, si no hubiese pactado el PP, hubiese pactado el PSOE. En fin, yo no voy a entrar en esa historia porque no sé como fue y, si digo algo, seguramente me equivoque. Lo que sí tengo claro ahora mismo es que ese pacto no se reproducirá nunca jamás, nunca. Desde fuera no se entendió y yo lo primero que hice al llegar en agosto fue romper ese pacto. Eso la gente lo ve y lo valora.

—Si tiene un mal resultado el domingo, ¿se quedará Manuel Cabezas en la oposición?

—Después del día 28 Manuel Cabezas va a ser alcalde de Ourense.

—¿Y si no lo fuera?

—No va a pasar eso. Estoy plenamente convencido de que vamos a ganar las elecciones.

—¿Y si pasara lo impensable?

—No, no contemplo ese escenario de ninguna de las maneras.

—Si Jácome queda primero, el PSOE segundo y el PP tercero. ¿Qué pasaría?

—Nos tendríamos que poner de acuerdo el PSOE y el PP porque sumaríamos más de catorce. Si esa circunstancia se da, eso está clarísimo.

«Desde el punto de vista interno, lo primero que hay que hacer es una auditoría»

Una de las ideas que más ha repetido Cabezas a lo largo de esta campaña es la necesidad de recuperar la interlocución del Concello con el resto de instituciones públicas, que se perdió durante el mandato de Gonzalo Pérez Jácome, según asegura el candidato del PP. El exregidor recuerda que, cuando él llegó al Concello, en el año 1995, no había remanente de tesorería. Ahora el Ayuntamiento tiene ahorrados 130 millones, algo con lo que Cabezas no está de acuerdo. «En una ciudad los recursos hay que invertirlos todos los años», remarca el aspirante popular, que recuerda así las estrecheces de su primera etapa: «No teníamos recursos en aquella época y los buscamos en otras Administraciones, pero ahora lo único que hay es peleas». Esos 130 millones podrían multiplicarse por diez llegando a acuerdos, subraya Cabezas.

—¿Cuál sería su primera medida si fuese alcalde?

—Reuniría a mi equipo, marcaría los objetivos en cada una de las concejalías y empezaríamos a trabajar. Además, desde el punto de vista interno, lo primero que hay que hacer es una auditoría económica y administrativa. Ya hemos pedido que se paralicen todos los procedimientos de contratación porque no sabemos lo que está pasando y no sé lo que nos vamos a encontrar. Hay funcionarios extraordinarios que no han podido ni opinar en expedientes en los que tenían que haberlo hecho y todo eso hay que revisarlo, claro.

—Si esos expedientes existen es porque en muchos casos la oposición votó a favor en su día. Visto lo visto, ¿fue un error?

—Entiendo que sí. Visto lo visto ahora, ha sido un tremendo error. Pero, claro, quien tomó la decisión en ese momento lo hizo con toda la buena voluntad de no paralizar nada. No podemos volver a atrás, desgraciadamente.

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