El socialista encadena en Vigo su quinto mandato y baja a 19 ediles, uno menos; el PP remonta cinco puntos, el BNG crece más que nadie y Marea desaparece. El alcalde: «Vigo continúa el cambio, navegando hacia la estrella polar»
29 may 2023 . Actualizado a las 03:16 h.Abel Caballero seguirá gobernando Vigo cuatro años más. Las urnas le otorgan una cómoda mayoría absoluta que le permitirá dirigir el Ayuntamiento sin hacer concesiones. El alcalde encadena su quinto mandato y su tercera mayoría absoluta seguida, en la que tendrá 19 concejales sobre un total de 27.
Es, por lo tanto, el ganador sin contemplaciones de las elecciones de ayer. Pero el candidato a la reelección había convertido los comicios en un reto contra sí mismo por superar sus marcas, fijadas en mayo del 2019 en 101.000 votos, 20 concejales y un 67,6 % de los sufragios. Desde ese punto de vista, Caballero no ha logrado su objetivo de seguir subiendo. Al contrario, se ha frenado. Pierde un concejal, pierde 19.000 votos y una buena parte del porcentaje del apoyo que tenía, pues se queda en el 60,9 %, que son siete puntos menos. Ese alto coste, traducido a concejales, solo significa uno menos. Por primera vez en 16 años, se rompe su tendencia a crecer.
Caballero había cerrado la campaña con un llamamiento final a la participación, consciente de que a él lo apoyan votantes de todos los partidos. Su objetivo era lograr 21 concejales, pero las elecciones estaban tan decantadas que podía producirse un exceso de confianza entre los votantes menos fieles. Ese llamamiento no fue suficiente. Solo el 57,6 % del censo electoral de Vigo acudió a las urnas, cinco puntos menos que hace cuatro años.
En unas elecciones en las que las candidaturas de la oposición ni siquiera cuestionaban que el PSOE iba a lograr una importante mayoría absoluta, los puntos de interés estaban en otros lugares. Uno era el PP de Marta Fernández-Tapias. Los populares estaban obligados a subir de los cuatro concejales que en el 2019 habían provocado que toda la lista dimitiese y que el número 20 de la candidatura se convirtiese en portavoz por accidente. El PP consiguió un concejal más, hasta cinco.
Pero lo cierto es que el apoyo social ha crecido mucho más que lo que refleja el reparto de actas. Logran el 18,6 % de los sufragios, que son cinco puntos porcentuales más que en el 2019. Y, aunque se emitieron menos votos que entonces, Tapias recibió cinco mil papeletas más que su antecesora, Elena Muñoz.
Esa subida ya le permite hablar de cambio de tendencia, aunque con 19 ediles del PSOE enfrente es previsible que Caballero imponga su apisonadora. Todavía es una incógnita si Tapias será portavoz de la oposición o ejercerá ese papel desde fuera.
El otro punto de interés era la izquierda del PSOE, donde Marea de Vigo y BNG se repartían dos y un ediles, respectivamente. Todo ese espacio ha sido recuperado por el Bloque, muy activo durante todo el mandato y sobre todo en estos últimos meses. Los nacionalistas son la fuerza que más sube en las elecciones. Consiguen el doble de apoyo ciudadano, con el 11 % de los sufragios, 15.000 en total. La mayoría socialista había impedido a los nacionalistas que formasen grupo en la corporación. Ahora, Xabier Pérez Igrexas dejará de ser el concejal no adscrito.
A cambio, Marea de Vigo desaparece. Este año, por primera vez, Podemos se integró en la coalición, que llevaba ocho años en el Concello encabezada por la Esquerda Unida de Rubén Pérez. La suma de los morados no les ha reportado nada y se quedan fuera de la corporación porque no alcanzan la barrera del 5 % de los votos que establece la ley electoral. Partían del 7 %, pero obtienen el 4,82 % y sus 6.500 votos (3.500 menos que en las anteriores) acaban en el mismo sitio que los cinco mil de otros partidos minoritarios: fuera de la corporación municipal.