Josep Bou advierte de que el pacto con la CUP llevaría a un «caos legislativo» y sería lesivo para Cataluña
30 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Los empresarios catalanes apuestan claramente por nuevas elecciones, aunque se muestran reacios a declararlo públicamente. Salvo algunas excepciones, como Josep Bou, presidente de Empresaris de Catalunya, una asociación de empresarios y directivos partidarios de la unidad de España. Según esta organización, un eventual acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP desembocaría en un «caos legislativo», que consideran el peor de los escenarios imaginables.
Una idea compartida por muchos directivos, cuya mayor preocupación es que la situación de incertidumbre política se prolongue en el tiempo, con o sin investidura de Artur Mas. Y es lo que ocurrirá, en su opinión, si el presidente catalán es reelegido con el apoyo de la CUP, «incapaz de asumir responsabilidad y tomar decisiones», lo que, en palabras de Josep Bou, «nos llevará más temprano que tarde a la celebración de nuevas elecciones, incluso si se pacta una investidura».
Para esta organización de empresarios, un eventual acuerdo de investidura entre Junts pel Sí y la CUP, «lejos de resolver los problemas de gobernabilidad de Catalunya, abriría una etapa de gran inestabilidad dado que las acciones de gobierno pactadas entre ambas formaciones políticas no solo son inviables desde una perspectiva tanto legal como económica, sino que además son lesivas para los intereses económicos del conjunto de la sociedad catalana».
Josep Bou se refiere «al incumplimiento sistemático de las leyes» derivado de la declaración secesionista aprobada por el Parlamento catalán el 7 de noviembre, en la que se abre un proceso que llevaría a la independencia en 18 meses y que conllevaría la desobediencia de la legalidad en aquello que contraviniera las normas aprobadas por el Parlamento catalán.
Los empresarios consideran, además, que algunas de las medidas socioeconómicas asumidas por Junts pel Sí para atraerse el voto de los anticapitalistas con nefastos para el empleo y la inversión. «La llamada a la insumisión frente a la reforma laboral o la paralización de proyectos como el consorcio sanitario de Lérida o el Barcelona World son ejemplos claros», argumenta. Este último proyecto fue la respuesta de la Generalitat catalana al intento del Gobierno de Esperanza Aguirre de instalar Eurovegas en la Comunidad de Madrid.