Vinícius llora de risa al ver como un usuario se burla en redes de la celebración del gol de Fermín
FÚTBOL
El comentario de un usuario en redes sociales en el que se mofaba del gol de Fermín no pasó desapercibido para Vinícius
22 abr 2024 . Actualizado a las 12:52 h.El Barcelona se adelantó en dos ocasiones en el Bernabéu, la segunda con un gol de Fermín, que había salido desde el banquillo. El canterano celebró su tanto, que provisionalmente metía a su equipo en la lucha por la Liga, subiéndose a una de las vallas del fondo norte y abriendo sus brazos. Sin embargo, su gol en el minuto 69 fue neutralizado por otro de Lucas Vázquez cuatro minutos después y por otro de Jude Bellingham, que dio la victoria al Real Madrid en el tiempo añadido. Vinícius había anotado en la primera mitad para el conjunto blanco.
Por la manera en la que celebró su gol, y por hacerlo como si su tanto hubiera dado la victoria al Barcelona quedando todavía 21 minutos por jugar, un usuario de X (red social conocida anteriormente como Twitter) se burló así de Fermín: «Él creía que era Jude Bellingham». Fue a su comentario al que reaccionó Vinícius con seis emojis llorando de risa.
Vinícius y Fermín marcaron en el Clásico
En una atmósfera apagada, algo impropio de este tipo de encuentros, el Clásico se decidió en el descuento. Fue la estrella Bellingham, que no marcaba desde febrero, el autor del gol definitivo. Antes, Vinícius, de penalti, y Lucas Vázquez, igualaron los tantos de Christensen y Fermín. Un triunfo que sabe a título para los blancos, que le ganan los tres Clásicos del curso al Barcelona y se colocan a 11 puntos de su rival con 18 por disputar.
Dos imprecisiones de Lunin y Vinícius en su propio campo propiciaron los dos primeros sustos. Precisamente, un pase atrás a nadie del brasileño forzó una acción defensiva de Kroos que fue córner, en el que Christensen remató casi sin saltar ante la mala salida del ucraniano para adelantar a los suyos. El guardameta blanco, que venía de ser héroe en Mánchester, no arrancó con buen pie el Clásico, desnivelando rápido la balanza hacia el lado azulgrana.
Con el 0-1, los de Ancelotti adelantaron unos metros sus líneas. Ni dos minutos después, disfrutaron de una acción inmejorable para engancharse de nuevo, pero Vinícius mandó alta un pase peinado dentro del área de Modric. El carioca tuvo otra buena ocasión en un remate de cabeza que no fue preciso, mientras el Barcelona se encomendaba a las internadas peligrosas de Lamine Yamal por la derecha, que hizo trabajar a Lunin.
Sin embargo, el dominio con el balón de los locales se tradujo en el empate cuando no habían pasado ni 20 minutos. Lucas Vázquez insistió por la derecha y regateó a un hasta el momento frágil Cancelo, adentrándose en el área y recortando a Cubarsí, que golpeó su pierna derecha. Soto Grado no dudó en señalar un penalti que convirtió Vinícius.
A partir de ahí, llegaron los mejores minutos del Real Madrid, mientras el Barcelona sufría defendiendo muy atrás y solo estirándose con jugadas a balón parado. Y fue en otro córner, la tortura de los locales, cuando el Barcelona pudo ponerse de nuevo por delante con un taconazo de un activo y peligroso Lamine Yamal en el primer palo que sacó en la línea, con suspense desde el VAR, Lunin, redimiéndose de su error inicial.
El joven extremo era un dolor de muelas para Camavinga, incapaz de sostenerlo en velocidad. Los de Xavi Hernández tomaron aire con más de posesión, inaugurando los minutos de más igualdad del Clásico, con ambos conjuntos intentando explotar sus armas sin éxito.
Ni siquiera con la más clara de los blancos, con Vinícius encarando solo después de un sensacional robo de Bellingham. Pero el '7', que pudo tirar, prefirió ceder de tacón a un Rodrygo que no remató por una precisa acción defensiva de Christensen. Los primeros 45 minutos se despidieron con la peor noticia azulgrana, ya que De Jong tuvo que retirarse en camilla después de un balón dividido al que fue con más contundencia Valverde. Fue el momento de Pedri.
El tanto de Fermín llegó en la segunda mitad
La salida de vestuarios confirmó el ambiente algo frío en el Bernabéu, con los equipos sin mostrar demasiado colmillo y con un ritmo lento. Solo Lamine Yamal por la derecha y un disparo desde al frontal de Bellingham hicieron levantarse del asiento al aficionado. Esa cadencia más pesado beneficiaba al Barcelona y sus largas posesiones, mientras el 2-1 para el Real Madrid se iba al limbo en una acción a la contra que Vinícius no supo convertir después de una carrera de más de 30 metros.
Xavi Hernández intentó agitar el partido dando entrada a Ferran Torres y Joao Félix. Y fue el «tiburón» quien gozó de una gran ocasión al adentrarse en el área tras una gran galopada que no culminó en una contra, aunque estaba en fuera de juego. El Barcelona estaba mejor en ese ritmo pastoso, y fue en una jugada que parecía aislada cuando Lamine Yamal sirvió un buen balón con rosca que sacó estirándose Lunin, cuyo rechacé llegó a Fermín que no falló y colocó el 1-2 silenciando aún más el Bernabéu.
Pero el guion del partido no acabó ahí, y los de Ancelotti, conscientes de que no perder les permitía casi abrochar el título, siguieron intentándolo y encontraron el premio apenas tres minutos después. En el enésimo intento de Vinícius por la izquierda, esta vez opto por centrar y encontró solo, sin el marcaje de un Cancelo perdido, a Lucas Vázquez que remató de primeras para empatar (2-2) y despertar al feudo madridista.
El 7 madridista pudo sentenciar en otra peligrosa contra gracias a un excepcional envío largo de Lunin, pero dudó en si asistir a Brahim, que había entrado por Kroos, o si rematar, optando por lo último, al muñeco y cuando ya era tarde. El partido entró en una fase de locura en los últimos minutos, con golpes desde ambos lados, aunque sin demasiado peligro para los porteros.
Y la locura se desató en el descuento, con un tanto de Bellingham a pase de Lucas Vázquez desde al derecha. El Bernabéu, que vi como su equipo tuvo que sufrir y defender hasta el final el 3-2, rápido se echó a los brazos de su estrella y a celebrar con su equipo un título que está más cerca, gracias a una ventaja de 11 puntos. De hecho, el estadio aguantó tras el pitido final para cantar el himno y los clásicos 'campeones, campeones'.