Rajoy atribuye el juguete bomba a la «kale borroka» y el Gobierno vasco lo cuestiona

S. BARRAL / J. MORALES PONTEVEDRA/ MADRID

ESPAÑA

Mientras los cuerpos de seguridad investigan la explosión del juguete bomba que mató a una mujer de 62 años y dejó malherido a su nieto de 16 meses, los gobiernos central y vasco no se ponen de acuerdo sobre la autoría del atentado. Mariano Rajoy lo atribuyó sin rodeos a la «kale borroka», mientras que Josu Jon Imaz, portavoz del Gobierno vasco, cuestiona esta opinión.

21 ago 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Un portavoz del PP consideró irónico, refiriéndose a EH, que «quienes utilizaron a niños recién nacidos en la campaña electoral vasca sean los mismos que han matado a una abuela en San Sebastián y han dejado muy grave a un niño de poco más de un año». La explosión del juguete bomba que el lunes acabó con la vida de una mujer de 62 años y dejó gravemente herido a su nieto en San Sebastián ha puesto en entredicho la coordinación entre los gobiernos central y vasco contra el terrorismo. Horas después del trágico suceso, responsables de ambos ejecutivos no se ponían de acuerdo sobre su autoría. El ministro del Interior, Mariano Rajoy, afirmó en Pontevedra que «aunque no se puede descartar ninguna hipótesis, los servicios de información de Interior indican que se trata de un clásico acto de kale borroka». Desechó la posibilidad de que el objetivo fuese el dueño del bar donde apareció el juguete trampa y señaló que los radicales lo dejaron en el establecimiento porque no pudieron utilizarlo. Recordó que el abandono del juguete ocurrió horas después de la manifestación ilegal de Batasuna, que desencadenó graves incidentes. «ETA, como hemos dicho en muchas ocasiones -afirmó-, no es sólo el comando que asesina o que coloca el coche bomba, sino que es todo el entorno de personas que tiran cócteles molotov, fabrican artefactos caseros y pretenden generar caos y terror». Colaboración ciudadana Mientras, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, aseguró que la prioridad absoluta tanto de su Ejecutivo como de la Ertzaintza es el esclarecimiento del «asesinato y de la barbarie» de San Sebastián. Eludió relacionar esta acción con la lucha callejera y se limitó a afirmar que «no se descarta ninguna hipótesis ni se cierra ninguna línea de investigación», para lo que solicitó la colaboración ciudadana para resolver el caso. Tras las manifestaciones de Rajoy, desde la sede del PP en Génova se aseguró que aunque todavía hay que mostrarse prudentes, «está claro que es una acción de los terroristas o de sus aprendices, porque en un cochecito de juguete nadie mete explosivos si no es con algún fin». Aunque cualquier muerte resulta «estéril», el PP cree que no hay nada «más vil, bajo y ruin que introducir explosivos que pueden causar la muerte en un juguete». El PP confió en que la colaboración entre los Gobiernos central y vasco sea, leal y sincera, e instó al PNV a que «se deje de directrices e injerencias político-partidistas en el funcionamiento de la Ertzaintza». Asimismo, el PSOE cree que todo apunta a la «espiral indiscriminada asesina del entorno de ETA» y, al mismo tiempo, demuestra la «sofisticación del ensañamiento de una máquina de matar que sólo entiende la lógica de la violencia». Observan «coincidencias muy claras» en el hecho de que el juguete trampa apareciera el día en el que los jóvenes radicales de Segi trataron de manifestarse sin permiso.