El hombre, ya detenido, sufría ataques epilépticos
28 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.Irina P., de 26 años y nacionalidad rusa, se dirigió a la puerta de sus vecinos para pedirles socorro. Pero ya era demasiado tarde. En los brazos llevaba a Sergio, su hijo de ocho meses, herido de tres puñaladas que le asestó su propio padre, Ihor D., de 38 años y de nacionalidad ucraniana. La joven también estaba herida de muerte por varios cortes en la espalda, brazos y piernas. Pese a que fue trasladada por los servicios del 061 hasta el hospital Carlos Haya de Málaga, donde llegó aún con vida, no se pudo hacer nada por salvarla. Mientras, dos vecinas llevaban en brazos al bebé hasta el Hospital Materno de la capital, que llegó muerto al centro hospitalario. La policía nacional detuvo ayer mismo a Ihor D. como presunto autor de la muerte con arma blanca de su pareja y del hijo de ambos. La madre de Ihor, aún impresionada por lo que acababa de ocurrir, trataba de explicar que su hijo era epiléptico y necesitaba tratamiento. Una medicación que no tomaba pese a las recomendaciones de su compañera sentimental, según los vecinos del barrio en el que vivían. La pareja vivía en el piso desde hacía algo más de dos años, según explicó la madre del presunto asesino, que se personó en la vivienda al enterarse del suceso. Pero la mujer no pudo seguir con el relato: la magnitud de lo que acaba de hacer su propio hijo le sobrepasó y acabó por derrumbarse.