La Audiencia quiere interrogar a cuatro chefs vascos por pagar el impuesto revolucionario

Melchor Sáiz-Pardo MADRID

ESPAÑA

El etarra Beotegui reconoce que Arzak se reunió con él para tratar de reducir a la mitad la cantidad a pagar Arzak, Arguiñano, Berasategui y Subijana son los cocineros chantajeados

14 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andréu estudia interrogar en breve a los conocidos restauradores vascos Carlos Arguiñano, Martín Berasategui, Pedro Subijana y Juan María Arzak. El magistrado quiere comprobar la veracidad de la declaración del presunto miembro de ETA José Luis Beotegui Ibáñez de Opacua, detenido la pasada semana, que aseguró ante la Guardia Civil y ratificó ante el juez que la banda exigió doce millones de las antiguas pesetas (72.000 euros) a cada uno de los cuatro cocineros y que al menos Subijana y Arzak pagaron el denominado impuesto revolucionario. Fuentes de la Audiencia Nacional precisaron que la intención del instructor Andréu es determinar si efectivamente se produjeron los supuestos pagos y si los cuatro cocineros, que en principio declararían en calidad de testigos, cedieron de «manera forzada» a la extorsión. El magistrado descartaría así que los restauradores pudieran haber incurrido en un delito de colaboración con banda armada y otro de allegamiento de fondos a ETA, penados con entre cinco y diez años de cárcel. Beotegui, arrestado el 7 de octubre en la localidad vizcaína de Ugao-Miravalles tras la caída de la cúpula de ETA en Francia cuatro días antes, reconoció el pasado lunes en la Audiencia Nacional haber «ayudado» en varias ocasiones a la banda terrorista en la recaudación del chantaje a empresarios del País Vasco. Pariente de Arzak Según su declaración, entre las cartas de extorsión que admitió haber enviado en los últimos años había misivas dirigidas a los cuatro restauradores. El detenido no supo, sin embargo, precisar la fecha exacta en la que hizo llegar los mensajes etarras a los cocineros, aunque señaló que él mismo hizo de intermediario entre la banda terrorista y dos de los extorsionados, Arzak y Subijana. Beotegui desveló ante la Guardia Civil y el magistrado que Juan María Arzak, pariente político suyo, le contactó, en nombre también de Subijana, para saber cómo hacer efectivo el chantaje e intentar reducir a la mitad la cantidad exigida. Aunque el colaborador etarra, tras consultar a la cúpula de la banda, no logró una rebaja, sí que consiguió que la organización terrorista fraccionara el pago: seis millones de pesetas en el acto y un millón al año durante seis años. Siempre según el testimonio del terrorista, tanto Subijana como Arzak le abonaron los seis millones de pesetas del primer pago. Un dinero que él mismo entregó a la banda, como había hecho en otras ocasiones con el dinero facilitado por otros empresarios chantajeados. Sin embargo, explicó que nunca fue contactado por los otros dos cocineros -Carlos Arguiñano y Martín Berasategui-, por lo que dijo desconocer si ambos habían cedido a la extorsión. Beotegui negó ante el juez su pertenencia a la banda, aunque sí que confesó una serie de «favores personales» a miembros de la organización en los últimos años. Además de haber colaborado en la recaudación del impuesto revolucionario, el acusado reconoció haber ocultado a etarras en su casa y formar parte del aparato de mugas (fronteras) que ayuda a cruzar la frontera francesa.