Maragall hace autocrítica pero CiU ve inevitable el adelanto electoral

Paco Soto BARCELONA

ESPAÑA

El «president» admite que quizás no midió bien sus palabras en la polémica del 3% Los nacionalistas llaman «buitres» a los republicanos por intentar sacar partido de la crisis

02 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

La tormenta política en Cataluña, desatada a raíz de la insinuación del presidente de la Generalitat de que Convergència i Unió cobraba un 3 por ciento de comisión en la adjudicación de obras públicas, no amaina. Los nacionalistas consideran «inevitable» el adelanto de las elecciones autonómicas, como ha exigido el PP, a pesar de los intentos que hizo Pasqual Maragall por que las aguas volvieran a su cauce al reconocer que en aquel momento no midió bien sus palabras. El portavoz de Convergancia en el Parlamento de Cataluña, Felip Puig, señaló ayer que «es imposible que la legislatura se pueda agotar en las actuales condiciones». Según dijo, «muchos dirigentes» del tripartito piensan lo mismo. Puig fue muy crítico con el Govern y advirtió de que «no podemos hacer como si lloviese cuando se nos ha escupido a la cara». Cargó también contra los republicanos de ERC, a quienes consideró unos «buitres» que en la actual crisis catalana, surgida en el debate sobre los socavones del Carmel, «intentan ver qué pueden sacar». Desde Montevideo, en una entrevista concedida al Canal 10 de la televisión uruguaya, Maragall hizo una leve autocrítica al reconocer que «probablemente en alguna ocasión he podido decir alguna palabra que no tenía que decir». No obstante, repartió culpas e hizo este comentario extensivo a CiU porque «todo el mundo», y no sólo él, «puede no haber medido sus palabras». En su defensa salió desde Bilbao el ministro de Industria y primer secretario del PSC, José Montilla, que subrayó que él no contribuirá a que «el suflé catalán suba» más y confió en que ya se esté imponiendo «la cordura», salvo -según dijo- en el PP, al que acusó de tratar de interferir en la política catalana. Antes de que Maragall reconociera que se pudo equivocar, Artur Mas le acusó de haber provocado «un incendio por todas partes» y «quemaduras de tercer grado». Después de escucharle exigió que «pida perdón en toda regla», porque, a su juicio, sus palabras se quedaron en una «media rectificación», aunque moduló el tono de su crítica. Comprensión de los socios Por su parte, los socios del PSC valoraron la autocrítica del presidente catalán. Para el portavoz de ERC en la Cámara catalana, Joan Ridao, la de Maragall ha sido una rectificación con «la boca pequeña», pero ha actuado con «voluntad y afán conciliador» con la intención de zanjar la crisis. Asimismo, lamentó que Mas, «lejos de retractarse, acuse al presidente de cometer una salvajada» con unas declaraciones «fuera de lugar». Cree que el incendio del que habla el convergente «no se puede apagar sin un esfuerzo por parte de todos los partidos». Por su parte, el portavoz de ICV-EU-IA, Jaume Bosch, destacó que «todo lo que contribuya a serenar los ánimos»?en la crisis «es positivo y bienvenido».