Rajoy quiere llegar a su reunión del próximo mes con el presidente con un acuerdo previo sobre la reforma judicial
26 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.La estrategia de presentarse como un partido sin hipotecas con los nacionalistas hace aguas. El Gobierno y el PSOE ansían ya llegar a un acuerdo de legislatura con CiU como socio preferente o, en su defecto, con el PNV, para evitar quedarse continuamente en solitario en el Congreso, como le ha ocurrido en las dos últimas semanas. El secretario de Organización socialista, José Blanco, admitió ayer que el principal objetivo de los suyos es forjar alianzas «estables» en el Parlamento y firmar pactos de Estado con el PP. Y no son pocos los dirigentes que piden a Zapatero que recupere la iniciativa política para contrarrestar el giro al centro de los populares.
Por su parte, Mariano Rajoy quiere rubricar su nuevo estilo de oposición con la firma de pactos de Estado con el Gobierno. El próximo mes se reunirá con Zapatero, y acudirá a la cita con la intención de cerrar los flecos del acuerdo para la reforma de la Justicia que los grupos parlamentarios de los partidos mayoritarios preparan desde el principio de la legislatura.
En el Ejecutivo y en la dirección del PSOE achacan los revolcones parlamentarios del último mes a la coyuntura económica. Es lógico, dicen, que en un momento en el que los ciudadanos perciben dificultades todos quieran aparecer como los más reivindicativos frente al Ejecutivo. Muchos dirigentes admiten, sin embargo, que el problema va más allá y que ha llegado el momento de asumir que las relaciones con las distintas fuerzas parlamentarias no pueden ser ya las de la anterior legislatura. Sobre todo, porque hay un nuevo PP más dialogante y centrado. Pero también porque antiguos socios como IU o ERC sienten cierto recelo hacia un PSOE que los ha fagocitado al acumular el voto anti-PP, porque el PNV está en «campaña electoral» y los socialistas son sus principales rivales, y porque CiU no perdona que el PSC esté en el poder, pese a no haber ganado las elecciones.
El diagnóstico puede variar, pero la receta es idéntica para la inmensa mayoría de las fuentes consultadas: urge un entendimiento con los nacionalistas catalanes. «El problema es que es poco probable que pueda alcanzarse», subrayan en la dirección del grupo parlamentario. Los socialistas asumen que CiU exigirá un precio demasiado elevado a cambio de su apoyo.
En la dirección socialista tratan de restar relevancia a la situación y se aferran a que, hasta ahora, los traspiés no han tenido trascendencia real. Insisten en que lo importante es sacar adelante las leyes y cuentan con que cuando llegue el momento de negociar los Presupuestos del Estado, el primer gran reto a la vuelta del verano, tanto CiU como el PNV adopten una actitud responsable y posibilista.
Dirigentes clave tanto en la cúpula del partido como en la del grupo advierten de que el Gobierno se tiene que «poner las pilas» para paliar con un «discurso potente» las carencias que se han puesto de manifiesto en el Parlamento. Argumentan que el Ejecutivo ha hecho todo lo que debía ante las dificultades que se le han presentado, sean la crisis o las huelgas de transportistas y pescadores, pero ha fallado la «política con mayúsculas». «Por eso no podemos permitirnos el lujo de que la discusión se centre en cuestiones técnicas; hay que buscar un relato con carga ideológica», subrayan.
Reunión con Zapatero
Todavía no se habían cerrado las puertas del congreso del PP en Valencia y el líder de la oposición ya urgía a sus representantes a acelerar la negociación con el PSOE para poder sellar en julio con el presidente del Gobierno el Pacto por la Justicia.
La portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, y el coordinador de Justicia del PP, Federico Trillo, trabajan a marchas forzadas para buscar un acuerdo con el ministro de Justicia y el responsable del Grupo Socialista, José Antonio Alonso.
El pacto que quiere exhibir Rajoy cuando salga de su entrevista con Rodríguez Zapatero incluye todas las cuestiones relacionadas con la modernización de la Administración de Justicia, el diseño de un nuevo modelo judicial y la renovación de los órganos institucionales. Fuentes cercanas a la negociación no son tan optimistas como el líder del PP sobre una rápida consecución del pacto.