Guillermo Fernández Vara cuestiona la credibilidad del Ejecutivo y propone cambios en el Gabinete
08 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.La crisis económica no solo ha revitalizado la contestación interna en el PSOE hacia Zapatero sino que ha hecho renacer la tensión entre los barones socialistas y el Gobierno central. El poder territorial del PSOE, con barones como Chaves, Rodríguez Ibarra o Bono, fue siempre un contrapeso al Ejecutivo de Felipe González. Pero el hiperliderazgo de Zapatero había reducido el papel de los barones al de segundos espadas de la política. Ahora, en el momento de mayor debilidad del líder socialista, ese poder regional del PSOE emerge de nuevo censurando la política del presidente del Gobierno.
El último barón que ha cuestionado la forma de gobernar de Zapatero es el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, que ayer apostó por un cambio de Gobierno que sitúe en el Ejecutivo a políticos con más credibilidad. «Lo que hay que analizar es si algunos miembros del Gobierno tienen en estos momentos esa capacidad, es la pregunta a la que hay que contestar. Si la respuesta es no, será necesario poner al frente de algunas de las instituciones a gente a que se la crea», dijo.
Afirmó además que «a veces uno tiene que mirarse al espejo y ser consciente de su insuficiencia», porque no se puede ir dando lecciones a los demás «cuando tenemos cosas que arreglar en nuestras propias casas».
La reflexión de Fernández Vara llega semanas después de que otro barón, el castellanomanchego José María Barreda, propusiera un cambio de Gobierno y un Ejecutivo más reducido.
Reunión con Zapatero
En febrero, Barreda fue inmediatamente desautorizado por la dirección socialista. Pero desde entonces, la contestación hacia Zapatero ha crecido y también lo ha hecho la preocupación de los barones socialistas ante las medidas económicas que está tomando el presidente sin consultar para nada con unos dirigentes regionales que sufren las consecuencias políticas y ven amenazada su reelección.
Hace unos días, Barreda insistía en sus críticas y aseguraba que el tijeretazo en el gasto «se ha explicado muy mal y no se ha hecho pedagogia». Ese descontento de los barones con Zapatero se hizo explícito en la reunión que celebraron el 12 de mayo, un día después de que se anunciaran las duras medidas de ajuste en el Congreso. Allí, los dirigentes regionales del PSOE se quejaron al presidente por no haber sido informados con anterioridad de lo que iba a plantear.
Zapatero les pidió su apoyo y se lo dieron. Pero los socialistas que gobiernan en sus comunidades se mostraron especialmente críticos. Barreda y Fernández Vara llevaron allí la voz cantante, pero también el vasco Patxi López y el balear Francesc Antich pidieron explicaciones y reclamaron que se acompañen los recortes sociales con guiños a la izquierda y con más presión fiscal a los más ricos. Los dirigentes regionales del PSOE no solo pidieron que Zapatero les informe sobre sus planes, sino también ser actores intervinientes en unas decisiones que, en términos electorales, la mayoría van a sufrir antes que el presidente.