Comienza la guerra sucia en el PSOE

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID/LA VOZ.

ESPAÑA

Los partidarios de Gómez denuncian llamadas amenazantes de Ferraz para que den marcha atrás, mientras Lissavetzky respalda a Jiménez en presencia del líder del PSM

13 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Solo han transcurrido cuatro días desde que Trinidad Jiménez anunció el lunes que iba a disputar las primarias para ser la candidata a la Comunidad de Madrid y la guerra sucia ya ha estallado entre sus partidarios y los de su rival, Tomás Gómez. De momento, es soterrada y nadie quiere denunciar las supuestas conductas irregulares del otro bando con su nombre y apellidos.

Los seguidores del secretario general de los socialistas madrileños denuncian a quien quiera escucharlos las presiones «intolerables» que está ejerciendo el aparato de Ferraz dirigido por José Blanco sobre algunos de los 105 responsables de las agrupaciones locales que suscribieron el manifiesto de apoyo a Gómez. Este texto fue interpretado, a su vez, por los que avalan a la ministra de Sanidad como una presión inaceptable sobre los militantes.

Los dirigentes que respaldan a Gómez señalan concretamente a Antonio Hernando, secretario de Ciudades y Política Municipal, como el autor de llamadas «amenazadoras, subidas de tono y muy desagradables» para obligar a dar marcha atrás a los secretarios generales de las agrupaciones. «Está llamando a gente muy joven, de unos 30 años, que están empezando en la política, a los que amenaza con acabar con sus carreras, y dice que lo hace en nombre de Blanco y de Zapatero», afirmó ayer a La Voz un diputado regional muy próximo a Gómez. «Estamos muy sorprendidos y asustados por una actuación que roza otras ideologías», continúa. «Es absolutamente intolerable», concluye indignado.

Uno de los promotores del manifiesto pro Gómez reveló a este diario que el propio José Blanco citó a un diputado regional y a un concejal, cuyos nombres no quiso revelar, significados por su respaldo al líder del PSM, a su despacho de Fomento.

Tanto Blanco como Jiménez dijeron desconocer la existencia de esas supuestas presiones. El vicesecretario general del PSOE se limitó a decir que había «oído comentarios en todas las direcciones sobre las supuestas presiones en ambos sentidos». La ministra señaló que la «única persona» que está llamando a alcaldes, dirigentes y militantes es ella para recabar su apoyo.

Mientras, Jaime Lissavetzky, el elegido por el presidente del Gobierno para encabezar el cartel socialista en las elecciones a la alcaldía de Madrid, metía más presión sobre Gómez al expresar públicamente, y en su presencia, su respaldo a la ministra de Sanidad. «Para ganar a Esperanza Aguirre, Trini es la mejor», señaló el secretario de Estado para el Deporte con Gómez en la primera fila de la rueda de prensa en la sede del PSM. «Trini contará con mi voto y con mi apoyo en las primarias, desde el máximo respeto y lealtad institucional al secretario general», añadió. Lissavetzky enumeró las cualidades que reúne Jiménez: su «conocimiento de Madrid», su «valiosa experiencia internacional» y su «gran capacidad de gestión», demostrada «brillantemente» al frente de la sanidad y las políticas sociales en España, además de que «es la socialista que tiene más posibilidades de ganar a la derecha madrileña». Por su parte, dijo que va a «salir a darlo todo», que su decisión de presentarse es «personal» y que seguirá en su cargo hasta que quiera el presidente.

Chaves tercia

La guerra desatada ya entre los partidarios de Gómez y Jiménez obligó a Manuel Chaves a pedir a las direcciones federal y regional que no interfieran en las primarias. El presidente del PSOE insistió en que el debate no es ahora de las direcciones, sino exclusivo de los militantes y simpatizantes del PSM, que serán los que decidan de manera «individual y secreta».

Aunque Tomás Gómez ha dejado vía libre a Lissavetzky, su entorno sondeó a Gregorio Peces-Barba para que se presentara, según confirmó ayer el ex presidente del Congreso. Este explicó que únicamente habría aceptado si su nombre hubiera sido respaldado por todo el partido, ya que no está dispuesto a enfrentarse en primarias con Jaime Lissavetzky, del que dijo que es un «excelente cabeza de lista».