El creciente clima de tensión entre España y Marruecos es un nuevo capítulo de los cíclicos enfrentamientos que mantienen ambos países. Este episodio comenzó hace un mes. 16 de julio. Marruecos envía el primer comunicado al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, denunciando que agentes de policía españoles maltrataron a cinco jóvenes marroquíes que intentaban entrar en Melilla. 2 de agosto. El titular de Exteriores marroquí pide explicaciones al embajador español en Marruecos por un nuevo caso de maltrato. El Gobierno español responde que la versión de los hechos se contradice con la de la Policía Nacional. 6 de agosto. La tercera denuncia va dirigida a la Guardia Civil, a la que Rabat acusa de abandonar a ocho subsaharianos «en estado de salud crítico» en la costa marroquí cerca de Ceuta. España deja de responder a las quejas «para no entrar en una espiral de réplicas y contrarréplicas».
Rabat lanza otro comunicado denunciando dos nuevos incidentes racistas.
El Gobierno de Rabat exige a España una respuesta precisa a sus quejas.