La crisis reabre el debate sobre el Estado de las autonomías

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID/LA VOZ.

ESPAÑA

Rajoy pide una revisión profunda y los socialistas salen en tromba contra él

31 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Hay que repensar el Estado de las autonomías, cuyo elevado coste se revela particularmente gravoso en épocas de crisis? ¿Es un sistema económicamente sostenible y eficiente? Duplicidades de funciones e instituciones, deuda galopante, 17 normativas diferentes, fragmentación del mercado, televisiones propias ruinosas con un déficit de 1.500 millones, inflación de cargos y funcionarios (180.000 más en plena crisis), falta de coordinación entre Administraciones, traspaso continuo de competencias por intereses partidistas sin que se cierre el modelo, excesos identitarios en algunos casos, «miniestados» con poderosos y desafiantes barones regionales, educación sesgada. Son algunas de las deficiencias de un sistema que, por otro lado, ha supuesto importantes avances, al acercar la Administración a los ciudadanos.

Los Gobiernos regionales han pasado de gestionar el 20% de los recursos en 1985 a casi el 40% del presupuesto total, frente a un escaso 21% del central, lo que demuestra su creciente poder y también su responsabilidad en la gestión económica.

El martes, Mariano Rajoy puso en el debate político el asunto al abogar por una «revisión profunda». El líder del PP denunció «las patologías derivadas del uso inadecuado del Estado de las autonomías» como un grave obstáculo para la recuperación económica, por la fragmentación normativa y las duplicidades de tareas en que ha derivado. El banquero Emilio Botín lo secundó.

Un día antes, Feijoo abordaba el asunto desde otra perspectiva y defendía el Estado autonómico como una forma de fortalecer lo común. Por su parte, el Gobierno y los socialistas salían en tromba a descalificar la propuesta de Rajoy e incluso Gaspar Zarrías señalaba que le seguía gustando la «España una, grande y libre». José Montilla admitió que las Administraciones necesitan mejorar su eficiencia y evitar duplicidades, pero rechazaba que la salida de la crisis pase por reformar el Estado de las autonomías. Mientras, Duran i Lleida (CiU) aprovechaba para poner en duda que tenga que haber 17 autonomías.