El Gobierno socialista espera cerrar acuerdos con CiU tras las elecciones
ESPAÑA
El Gobierno tratará de recuperar a partir del lunes el diálogo con CiU. Las relaciones parlamentarias con los nacionalistas catalanes quedaron prácticamente bloqueadas a partir del verano debido al interés de la federación nacionalista que lideran Artur Mas y Josep Antoni Duran i Lleida de marcar distancias con los socialistas ante la inminencia de la cita electoral catalana, que se solventará este domingo en las urnas.
El último gran favor de CiU al Ejecutivo socialista fue hacer posible en mayo la aprobación del decreto de ajustes y recortes en el gasto público exigido por la Unión Europea y, en junio, la salvación del techo de gasto. Duran aclaró que lo hacía solo «por responsabilidad» y avisó a José Luis Rodríguez Zapatero de que no contase con sus diez escaños para nada más, incluidos los Presupuestos del 2011. Describió al presidente del Gobierno como «un cadáver político» y le aconsejó que, ante su soledad y debilidad parlamentaria, anticipase la convocatoria de las elecciones generales.
El pacto que el Gobierno alcanzó en octubre con PNV y Coalición Canaria ha cambiado radicalmente la situación, ya que permitirá la aprobación de los Presupuestos y descarta la necesidad de un adelanto electoral al garantizar una mayoría parlamentaria para los grandes asuntos hasta el final de la legislatura. Ahora, sea cual sea el resultado de las catalanas, comicios en lo que todo apunta a una clara victoria de CiU, el Ejecutivo quiere recuperar el apoyo de los nacionalistas catalanes al menos para aprobar las grandes reformas estructurales -pensiones, mercado laboral, competencia, Justicia- que calcula cerrar antes del próximo verano.
Zapatero no aspira a una sociedad estable con CiU, pero sí a dotar a estas importantes y polémicas leyes de un respaldo político lo más amplio posible, toda vez que teme que el PP volverá a negar su apoyo en la práctica totalidad de las reformas.
Animadores de la campaña
Los teloneros animan la campaña. El día antes de la gran cita en la carrera hacia la Generalitat -el duelo final que protagonizarán hoy Zapatero y Rajoy, el primero en Barcelona y el popular en Hospitalet de Llobregat- los números dos del PSOE y PP se encargaron ayer de animar una alicaída campaña que toca a su fin.
«No hay nada más que ver las manitas que se están haciendo estos días por debajo. La derecha catalana y la española no han dejado de moverse y ya no les dan miedo las relaciones de alto riesgo», dijo ayer el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, en un mitin del PSC en Manresa junto a José Montilla.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, tampoco rehuyó el mano a mano con los socialistas y reclamó ayer en Viladecans un cambio radical de la política económica y social del Gobierno para «demostrar que España no es Irlanda ni Grecia».