El PSOE corteja a CiU, que exige limitar la solidaridad territorial

Enrique Clemente Navarro
Enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Zapatero justifica la urgencia de la reforma «porque la necesitamos»

01 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

A José Luis Rodríguez Zapatero le gustaría sumar a CiU al acuerdo con el PP para la reforma de la Constitución, pero sabe que es poco factible. Por eso, su objetivo es lograr que se abstenga, sobre todo después de que su portavoz, Josep Antoni Duran i Lleida, consideraba que rompe el consenso constitucional y los diputados de su grupo ni siquiera votaran en señal de protesta. Para conseguirlo, se ha implicado personalmente en la negociación contrarreloj de cara a la votación de la propuesta mañana en el Congreso. Ayer apeló al «sentido de la responsabilidad» y la «moderación» de que hace gala la federación nacionalista, pero admitió que hay algunas cosas que propone su portavoz que son «difíciles de incorporar».

CiU exige, entre otras cosas, limitar la solidaridad interterritorial, estableciendo un tope del 4 % del PIB en el llamado déficit fiscal de Cataluña, que según sus cálculos es actualmente del 9 %. También reclama que el límite de déficit de las autonomías no lo fije la ley orgánica que desarrollará el nuevo artículo 135 de la Constitución, sino las propias comunidades. El pacto PSOE-PP prevé que será del 0,14 % para todas.

Zapatero justificó la «máxima velocidad» con la que se va a hacer la reforma diciendo simplemente que se ha hecho así «porque la necesitamos». Insinuaba de esta forma que era una señal urgente que debía lanzarse a los mercados. El presidente del Gobierno señaló que «va a dar y está dando resultados positivos para la confianza, la estabilidad y el futuro de la credibilidad de España».

Mucho más gráfico fue Alfredo Pérez Rubalcaba, quien aseguró que defiende la reforma porque «lo que está pasando en Grecia no lo quiero para mi país, aunque me cueste votos». El candidato socialista dijo que servirá como «dique de contención ante las próximas turbulencias financieras que se prevén para el otoño por las grandes colocaciones de deuda que tienen que hacer los países europeos. En su análisis, el PSOE se sitúa en un término medio entre «los manirrotos que defienden la deuda excesiva y los fanáticos del déficit cero», en alusión a los grupos de izquierda y a los neoliberales, respectivamente.

El PP admitió ayer que se está negociando con CiU porque así lo acordaron desde el primer momento los dos partidos mayoritarios.