PP, PSdeG y BNG convierten el último pleno antes del 20-N en un ácido cruce de reproches sobre los políticos salpicados por procesos judiciales
04 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Sobre el papel estaba escrito que el Parlamento gallego dedicara ayer la última sesión de control previa al 20-N a debatir sobre el paro, los recortes sociales y las políticas de reactivación económica, conectando con los asuntos que más preocupan a los ciudadanos. Pero en cuestión de segundos, el hemiciclo fue rociado con la gasolina de los casos Arena y Campeón, que salpican a políticos del PP, PSdeG y BNG, provocando así una bronca monumental entre media docena de diputados, que llevó a la presidenta de la Cámara, Pilar Rojo, a amenazar con suspender el pleno.
El portavoz nacionalista, Carlos Aymerich, fue el encargado de darle un perfil electoral al debate parlamentario que tuvo lugar horas antes del arranque oficial de la campaña, al blandir contra el presidente de la Xunta el arma de los «vehículos de alta cilindrada» y los «deputados comisionistas de empresas», alusiones directas a los populares Javier Escribano y Pablo Cobián, que dimitieron de su escaño en O Hórreo tras ser salpicados por los casos Arena y Campeón, respectivamente.
Feijoo le devolvió el golpe al BNG recordando que también el nacionalista Fernando Blanco dimitió como diputado tras aparecer en el sumario de la operación Campeón. «Non sabemos o que ocorreu, pero hai acusacións gravísimas», advirtió el presidente, que de paso emplazó a Aymerich a pedir disculpas por esta dimisión en las filas de su grupo político.
Pero Aymerich no se amilanó y disparó por elevación: «¿E vostede, cando se enterou?», inquirió al jefe del Ejecutivo, dejando entrever que podría estar al corriente de que Javier Escribano estaba siendo investigado por la Justicia, pidiéndole además responsabilidades al conselleiro de Industria por este caso.
El debate se torció del todo en ese punto, una vez que el mandatario autonómico retrucó para aclarar, y además de forma solemne, que en su Gobierno «non hai ningún imputado en ningún caso». La reacción de la oposición a esta frase fue desaforada. «Non tes escrúpulos», bramó fuera de micro desde su escaño el nacionalista Bieito Lobeira, que fue llamado dos veces al orden, mientras los socialistas Beatriz Sestayo y Francisco Cerviño también protestaban a viva voz: «Inventas os datos», le espetó el segundo, lo que llevó a Rojo a amenazar con la suspensión tras tachar lo ocurrido de «lamentable espectáculo».
Acto seguido, tomó la palabra el líder del PSdeG, Pachi Vázquez, para seguir tirando del hilo y reprocharle a Feijoo que en su Gobierno había 13 imputados. «Doulle a relación cando queira... con nomes e apelidos», avisó. «Teño 10 membros no Goberno, é imposible ter 13 imputados», objetó el presidente, mientras desde la oposición se citaban nombres de responsables del Igape, Sogama o de la Consellería de Traballo. Y como colofón, Feijoo cerró la discusión con una alusión al ministro José Blanco: «Non comparto a política de gasolineira, nin como lugar de reunión nin para botarlle gasolina á política», dijo, aunque la política gallega, al menos ayer, ardió por sí sola.
Varios diputados se enzarzaron en una discusión por supuestos casos de corrupción
Pilar Rojo amagó con suspender el pleno al verlo como un «lamentable espectáculo»