El Bloque resucita a Roosevelt

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi ENVIADO ESPECIAL

ESPAÑA

El candidato Jorquera advierte de que sin inversión pública ni gasto social no se superará la crisis

17 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Con el habla cada vez más desgastada, Guillerme Vázquez volvió a repetirlo ayer. Y de tanto hacerlo camina directo a acabar la campaña electoral con la misma intensidad de voz que Marlon Brando en El Padrino. Sin inversión pública, sin gasto social, seguiremos dando vueltas a la noria hasta morir mareados. Lo dijo en A Coruña, en una convención sectorial sobre política económica y empleo, donde el nacionalismo, tan amigo de invocar las enseñanzas de la historia, aparece abrazado casi sin querer a la doctrina keynesiana de entreguerras y a su traductor en la práctica, el presidente Roosevelt.

Como en el crac del 1929, el Bloque tiene su New Deal (programa de reformas) en lo que constituye otra de las paradojas que nos regala esta crisis: la figura de Keynes, que en el fondo era un liberal, parece resurgir como la de un revolucionario de izquierdas.

Francisco Jorquera, el candidato número uno del BNG por A Coruña, fue el encargado de desgranar el programa económico nacionalista, que pivota sobre una reforma fiscal (elevar la presión a las rentas altas y combatir el fraude) y, lo más importante, el mantenimiento del gasto social y de la inversión productiva pública.

Llegados a este punto, la pregunta parece obligada. ¿Y si no hay dinero en la caja? La respuesta del Bloque es rotunda: se busca. Por ejemplo, en las partidas para gasto militar o en un derribo controlado de las diputaciones. Así de claro se mostró Jorquera en el salón del hotel coruñés. El BNG, con machacona insistencia, lleva meses porfiando sobre esto para movilizar el voto de izquierda. Y mucho antes de que se iniciara la campaña, tan proclive a promesas que luego estallan como un globo de feria. El BNG empezó ayer en el salón de un hotel coruñés que acogía también una conferencia del BBVA sobre planes privados de pensiones. Menos mal que los líderes sindicales de la CIG Xesús Seixo o Paulo Carril, que fueron a escuchar a Jorquera, no se confundieron de sala. Entre el público, al fondo, también estaba Aymerich, portavoz parlamentario, algo cabizbajo, como un militante más.

Por la tarde, segunda parada en las ciudades: Lugo. Un acto que tuvo en María Xosé Vega, cabeza de lista, su protagonista central. Y que fue más rural que urbano por la agonía del sector lácteo, actividad estratégica en la provincia. «¿Sabedes unha cousa?», dijo la candidata a un cálido auditorio, «convén ter memoria: as maiorías absolutas nunca trouxeron nada a este país; Aznar ninguneou a Fraga, e Rajoy fará o propio con Feijoo». Así cerró el BNG su jornada en Lugo, que tiene su propia crisis. Una crisis de la leche.