La imputación de Oriol Pujol es un duro golpe al ya maltrecho Artur Mas, que se encuentra en un momento de máxima debilidad política, atrapado entre su promesa de celebrar un referendo soberanista y la necesidad de ayuda de Madrid para hacer frente a la gravísima situación económica de Cataluña. Aunque la consulta soberanista siga en su agenda, su prioridad absoluta ahora es evitar la quiebra. Para ello debe tender puentes con el Gobierno y por eso está reiterando los llamamientos al diálogo. Quiere que relaje el objetivo del 0,7 % de déficit para este año, lo que mitigaría los recortes de 4.400 millones que debería hacer si no es así. Rajoy está por la labor, primero porque no puede dejar caer una autonomía como Cataluña, pero también porque esa concesión demostraría su buena voluntad y le serviría para rebajar la tensión con la Generalitat y amainar el desafío soberanista.
Mas está en un callejón sin salida, ya que no puede abandonar su compromiso de realizar el referendo porque eso, como ya ha advertido su socio ERC, rompería el pacto de gobierno. Pero Rajoy no está dispuesto a permitir ningún tipo de consulta. Mientras, en CiU crecen los partidarios de un acercamiento al PSC, sobre todo después de que estos se hayan desmarcado el PSOE apostando por el derecho a decidir.
Mazazo a la credibilidad
En este contexto tan complicado, la dimisión del quinto hijo del expresidente Jordi Pujol, el hombre fuerte de CDC y representante del ala independentista, es un mazazo para la credibilidad del proyecto soberanista. No es, además, el único caso de corrupción que afecta a CiU, sino que se suman el de Lloret de Mar o la reciente sentencia que certifica que Unió se financió irregularmente.
La implicación de Oriol Pujol -al que los implicados llamaban Zumosol- en el escándalo de las ITV nació a raíz de las conversaciones entre dos imputados del caso Campeón. De hecho es la derivada catalana del caso que tiene su epicentro en Galicia. Desde que en julio del 2012, un informe de la Agencia Tributaria lo situara como «colaborador necesario» de una trama empresarial que pretendía amañar la concesión de estaciones de ITV, la estrella del hereu o el Príncipe, como le llaman, que se perfilaba como sucesor de Mas, empezó a declinar. Pujol fue clave para que su padre se decidiera por Mas como heredero en detrimento de Duran i Lleida y luego para que diera el giro soberanista.
Oriol Pujol ha querido presentar su imputación, así como el informe policial fantasma que, en plena campaña electoral, aseguraba que la familia Pujol y Mas tenían cuentas en Suiza, como una conspiración contra la apuesta soberanista, pero la investigación del caso ITV comenzó una año antes de que eligiera esa vía.