El forense Etxeberría defiende con fotos que en la hoguera de Bretón ardieron dos niños

Europa Press

ESPAÑA

Confirma que los restos óseos que se hallaron en la hoguera de la finca son humanos y se corresponden con los de dos niños de la edad de los menores

03 jul 2013 . Actualizado a las 14:03 h.

El antropólogo forense Francisco Etxeberría, usando una presentación en 'power point', ha defendido en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Córdoba contra José Bretón, al que se acusa del asesinato de sus hijos, Ruth (seis años) y José (dos años), que los restos óseos que se hallaron en la hoguera de la finca de Las Quemadillas son humanos y se corresponden con los de dos niños, de la edad de los hijos del acusado. De este modo, mostrando al jurado fotografías de los restos óseos que él examinó y fotografió, el pasado 14 de agosto de 2012 en la comisaría madrileña donde se custodiaban, Etxeberría ha dicho que, al comparar la morfología de huesos de niños de la misma edad de Ruth y José con los que él estudió, la conclusión es inequívoca, son humanos y, además, por la segmentación y fracturas que presentan los huesos, ha deducido que no se quemaron «huesos secos, sino huesos con partes blandas», es de decir, en la hoguera se quemaron «cuerpos» de dos niños.

Etxeberría ha recordado que fue su amigo Luis Aviall (experto en georradar) quien le facilitó en julio de 2012 un croquis, dibujos e información sobre la hoguera de la finca de Las Quemadillas. Le pidió entonces fotografías, pero al no tenerlas Alviall, el forense escribió a la letrada María del Reposo Carrero, que ejerce la acusación particular en el caso en nombre de la madre de los niños, Ruth Ortiz, y le pidió poder estudiar los restos óseos, ante la duda de que fueran de animales, como se había determinado ya por la antropóloga forense de la Policía Nacional, Josefina Llamas. La abogada contactó con él y le facilitó informes y fotografías, incluida una de dientes, y su primera impresión fue que eran humanos, algo que luego determinó con el examen directo de los restos, a los que él les hizo 142 fotografías, el 14 de agosto de 2012, en la Comisaría de Madrid donde se custodiaban los restos, guardados en una caja que se abrió delante de él.

Entonces ya pudo comparar una vértebra humana de un niño con las halladas en la hoguera y, por la morfología, tiene claro que éstas últimas son humanas. También encontró parte de un fémur no adulto, además de tres astrágalos y tres huesos petrosos, que han sido claves también para la conclusión de su informe pericial de que los huesos son humanos y de dos niños, de las edades de Ruth y José.

Etxeberría no ha visto huesos de animales en la hoguera, es más, «ninguno de los huesos recuperados tienen morfología» que corresponda con la de animales domésticos y, aunque ha concedido que "los huesos de un oso se pueden parecer a los de un humano", también es cierto que "no son iguales".

Causa de la muerte

Por otro lado, Etxeberría ha dicho que no se puede establecer médicamente la causa de la muerte, dado el estado en que han quedado los restos. Pero puede opinar que «nada hay para pensar que ha sido una muerte natural, esto encaja en una muerte violenta» y, entiende que sería «una muerte violenta homicida». No ve posible que los niños fallecieran como consecuencia de un accidente ni de un suicidio. Junto a ello, el experto forense ha señalado que las fotos de los huesos, tal y como fueron hallados en la propia hoguera de la finca de Las Quemadillas, evidencian que son los mismos que él examinó meses después en la comisaría madrileña. Es decir, hay varias muestras óseas que él examinó y que fueron fotografiadas in situ por la Policía en la hoguera de las Quemadillas.