El jurado pide que Bretón no tenga beneficios penitenciarios

Cecilia Cuerdo SEVILLA / COLPISA

ESPAÑA

Salas / Efe

El veredicto, bien acogido por las acusaciones, se aprobó por unanimidad

13 jul 2013 . Actualizado a las 11:13 h.

Por unanimidad. Así fue como el jurado popular declaró ayer a José Bretón culpable de haber asesinado a sus dos hijos el 8 de octubre del 2011 y simular su desaparición para vengarse de su mujer por haberlo abandonado. El juicio quedó así visto para sentencia. La variedad de testimonios y pruebas periciales expuestas en la vista oral permitió argumentar punto por punto su razonamiento acerca de cómo se produjeron los hechos que para el jurado quedan probados «sin lugar a dudas».

Las tres jornadas de deliberaciones habían hecho pensar que podía haber discrepancias. Pero nada más lejos de la realidad. El portavoz del jurado apuntó que hubo unanimidad al considerar probado que Bretón ideó un macabro plan por resentimiento y que aprovechó su «superioridad como padre y la indefensión de sus dos hijos», de 6 y 2 años, para suministrarles tranquilizantes con el fin de adormecerlos o matarlos. Posteriormente, los arrojó a una hoguera que avivó con gasoil y en la que dispuso una mesa metálica que convirtió el fuego en un horno crematorio.

El relato fue seguido atentamente por la exmujer, Ruth Ortiz, que sacó fuerzas para escucharlo en la sala, camuflada entre el público. Una muralla de policías en pie impidió que Bretón la viese cuando dejó la sala, esposado y con gesto serio. El mismo que mantuvo ante la lectura, con la mirada perdida al frente, sin pestañear ni intercambiar palabra con su letrado.

El furgón que lo condujo de nuevo a la cárcel fue despedido con pitos y gritos de «asesino».

Durante casi una hora, Bretón tuvo que escuchar cómo el jurado lo considera culpable de matar a sus hijos de forma intencionada y violenta, y de simular su desaparición o su secuestro. Un plan que fue preparando de forma concienzuda y del que dejó insinuaciones al mostrarse resentido hacia Ortiz ante sus conocidos. El testimonio de la suegra de Bretón parece clave, ya que el jurado recordó que el día que recogió a los niños en Huelva le adelantó sus intenciones al asegurarle que «era la última vez» que los veía. El jurado no dudó del carácter maniático y rencoroso esbozado por decenas de testigos en el juicio, y aseguró que manipuló a su psiquiatra para lograr los tranquilizantes con que ejecutar su plan. También consideró probado que montó una coartada con sus hermanos quedando con ellos en el parque y calculando tiempos para alertarlos del supuesto extravío.

La cadena de custodia

Los únicos puntos que no estiman probados son si Bretón acudió la mañana de los hechos a la finca para ultimar sus preparativos y si, cuando ya había incinerado a los pequeños, paró en varios contenedores para deshacerse de ropa u otros efectos de sus hijos que lo comprometieran. Los intentos de la defensa de sembrar dudas sobre la cadena de custodia no fructificaron. El tribunal subrayó que los restos hallados fueron los mismos que analizaron los forenses y antropólogos, y que un año después todos certificaron como pertenecientes a niños de 6 y 2 años. Ante la imposibilidad de cotejar ADN, «puede concluirse» que proceden de Ruth y José. El veredicto fue acogido con satisfacción por Fiscalía y acusación particular. Ambas piden 40 años de cárcel por un doble delito de asesinato y otro de simulación de delito, penas que ahora decidirá la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba. El jurado solicitó que Bretón cumpla íntegra la pena que le impongan y que no pueda acogerse a beneficios penitenciarios ni al indulto ante la gravedad de los hechos.