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En el PP dan por hecho que Rajoy hará cambios en la cúpula

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

16 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La declaración de María Dolores de Cospedal ante el juez Ruz en la que, según varios letrados de la acusación y de la defensa que estuvieron presentes, indicó que fueron Rajoy y Arenas quienes pactaron con Bárcenas sus privilegiadas condiciones de salida, incluyendo el pago de nóminas mensuales de más de 18.000 euros, ha causado malestar en Moncloa y estupor en Génova. Nadie lo entiende. Habrá que esperar a conocer la transcripción literal de su deposición para comprobar en qué términos lo apuntó, pero lo cierto es que se desligó completamente de ese acuerdo, con lo que la autorización final tuvo a la fuerza que ser de Rajoy, por mucho que le aconsejara Arenas.

Su posición se ha debilitado tras su paso por la Audiencia Nacional. Ya sabemos que Rajoy la marginó del pacto alcanzado con Bárcenas y que, según ella misma reconoce, no controlaba las cuentas del partido, a pesar de que los estatutos del PP señalan que como secretaria general es responsable de la dirección de «todos los servicios».

El caso Bárcenas por lo que respecta a Rajoy está muy lejos de haberse zanjado con su comparecencia del 1 de agosto. Desde entonces se ha publicado la nómina del extesorero, que certifica que cobraba un sueldo del PP cuando, según dijo el presidente, ya no estaba en el partido. Tendrá que explicar a cambio de qué lo hacía. Y De Cospedal le ha puesto en un brete al señalarle como responsable último del acuerdo.

Dos posiciones en el PP

En este contexto, dirigentes del PP plantean renovar el partido para afrontar el caso Bárcenas, que volverá a primer plano tras las vacaciones, y detener la sangría de votos y la pérdida de confianza que muestran las encuestas. Y dan por hecho que habrá cambios. Sobre todo después del paseíllo por la Audiencia. Un sector del partido es partidario de llevar a cabo una remodelación total de la cúpula, lo que supondría la salida de De Cospedal. Otros por un cambio moderado con la actual número dos liderando la transición. En este segundo escenario, el más probable si es que Rajoy se decide a mover piezas, entraría la figura del coordinador general, que limitaría el poder de la número dos y la permitiría dedicar más tiempo a Castilla La-Mancha.

Es sabido que las relaciones de De Cospedal con Soraya Sáenz de Santamaría no son buenas y la declaración de la primera las ha tensado aún más. Mariano Rajoy podría colocar en ese puesto a alguien de su máxima confianza, que tuviera también la de la vicepresidenta.

Ayer el PSOE continuó su presión a Rajoy. «Ahora ya no es palabra de Bárcenas contra palabra de Rajoy. Es palabra de Rajoy contra palabra de Cospedal. ¿Tiene algo que decir Mariano Rajoy?», señaló la vicesecretaria general, Elena Valenciano. «Hay que exigir responsabilidad política a quienes dirigen o dirigían un partido y son incapaces de dar cuenta de lo que hicieron con el dinero, de cómo entró el dinero, de por qué entró, de cómo se cobró y de cómo se gastó», dijo Rosa Díez (UPyD), que señaló que su partido va a presentar en el Congreso una iniciativa para que las mentiras en sede parlamentaria sean delito.